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El mundo|Lunes, 13 de julio de 2015
Alemania lidera el grupo de europeos inflexibles con Grecia, que desoyen las voces discordantes

Los halcones llevan la batuta europea

La iniciativa que el Ministerio de Finanzas germano filtró el sábado proponía que Grecia saliera del euro durante cinco años, y contribuyó a enturbiar la negociación. En cambio, Francia impulsó la posición griega.

Por Marcelo Justo
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Conversan los ministros de Finanzas alemán y eslovaco, Wolfgang Schäuble y Peter Kazimir.

Página/12 En Gran Bretaña

Desde Londres

Nada como las voces de los líderes de la cumbre en Bruselas para mostrar la profunda división del Eurogrupo sobre la propuesta presentada por el gobierno de Alexis Tsipras para obtener un tercer rescate. La idea que hizo circular Alemania desde el sábado sobre una posible salida griega del euro durante cinco años contribuyó a enturbiar un poco más las aguas. Más allá del resultado de la negociación, el espectáculo que está dando la supuesta “unión europea” es poco edificante.

El sinuoso socialista Martin Schultz, presidente del europarlamento, que en su momento criticó la Austeridad como remedio y que luego se convirtió en su adalid, hoy busca un acuerdo. “Algunos piensan que Grecia debe abandonar la Eurozona y que eso no representa un riesgo. Un grupo más amplio piensa que la salida de Grecia todo lo contrario. Si la Unión Europea va a ser una fuerza con credibilidad debe resolver sus problemas. Necesitamos un compromiso”, dijo en una conferencia de prensa previa a la cumbre.

El ministro de Finanzas de Eslovaquia, Peter Kazimir, uno de los más fuertes oponentes de un nuevo rescate griego, no mostró ningún deseo de compromiso. Después de bromear con los periodistas de que no podía hablar porque era católico y los católicos no trabajaban los domingos, Kazimir se puso serio, enfático y contundente: “No es posible llegar a ningún acuerdo hoy”.

Uno de sus más firmes aliados en el campo del “no”, el ministro de finanzas de Finlandia, Alex Stub, habló de una serie de durísimas precondiciones a la propuesta del gobierno griego que ya contempla un aumento de 4,5 mil millones de euros en impuestos y reducción del gasto fiscal respecto al plan que la misma Eurozona había presentado a fines de junio. “Para este miércoles 15 de julio el parlamento griego deberá aprobar nuevas leyes con profundas reformas del mercado laboral, las pensiones y los impuestos. El eurogrupo también quiere un compromiso mayor con las privatizaciones. Si vamos a abrir una negociación sobre un rescate, es necesario que estas condiciones sean aprobadas por el gobierno griego y el parlamento”, patoteó Stub.

Finlandia es uno de los ocho países de la zona del euro que tendrán que aprobar con una votación parlamentaria el acuerdo (los otros siete son Alemania, Francia, Austria, Estonia, Letonia, Eslovaquia y la misma Grecia). El problema es que Timo Soini, líder del grupo nacionalista, Finlandeses Verdaderos, ha jurado que hará caer al gobierno de coalición si aprueba un nuevo rescate para Grecia.

La realidad es que tanto Finlandia como Eslovaquia son acompañantes del grupo de halcones europeos que tiene un líder indiscutido: Alemania. El acuerdo no requiere unanimidad: una mayoría del 85 por ciento para aprobarlo. Según le comentó a Página/12 un veterano en estas negociaciones, el economista greco-chipriota Panicos Demetriades, presidente del Banco Central de Chipre durante las negociaciones para el rescate de Chipre en 2012, “si los alemanes están a favor nadie más se opondrá”.

Francia ha impulsado la posición griega y hasta ha ayudado para la redacción de la última propuesta del gobierno de Alexis Tsipras. El presidente François Hollande rechazó de plano la alternativa que Alemania filtró a la prensa para una temporaria suspensión de Grecia de la Eurozona. “Lo que está en juego es Europa. Esto no es sobre el futuro de Grecia. Es el concepto que tenemos de Europa. Grecia está en la Eurozona o está afuera. Pero si está afuera, es Europa la que se hunde”, señaló a la prensa.

No es la posición alemana. Es evidente que en el interior del gobierno germano una tendencia liderada por el ministro de Finanzas Wolfgang Schäuble busca una salida de Grecia de la Eurozona bajo la premisa de que será la solución a los problemas e incertidumbres del euro. La iniciativa que el Ministerio de Finanzas germano filtró el sábado proponía que Grecia saliera del euro durante cinco años, volviera a solicitar su ingreso al euro y colocara unos 50 mil millones de euros en un fondo independiente para pagar sus deudas.

Esta suerte de túnel del tiempo, que retrotraería el reloj a antes del ingreso de Grecia al euro, provocó una fuerte reacción. En Alemania el Partido Verde la denunció como inconstitucional. El vicecanciller del gobierno de coalición, el socialdemócrata Sigmar Gabriel, alegó que los mismos griegos tendrían el poder de decisión sobre esa iniciativa. “En una situación tan difícil es obvio que todas las posibilidades tienen que estar sobre la mesa, pero solo se llevará adelante si el gobierno griego piensa que es la mejor alternativa”, dijo.

En Bruselas una ojerosa canciller alemana Angela Merkel aportó lo suyo diciendo que no habría que buscar un acuerdo “pasara lo que pasara” y que era “necesario sopesar costos y beneficios”.

La presión doméstica sobre la lenta, cautelosa y escasamente imaginativa canciller es clara. El CEO de la Bolsa de Berlín Artur Fischer señaló que cualquier decisión que tome tendrá costo político. “Si se juega por un tercer rescate, se aísla a nivel doméstico y corre el peligro de encontrarse en el mismo punto en seis meses o un año. Si impulsa la salida de Grecia y Grecia se hunde, las imágenes de ese hundimiento la condenarán a nivel internacional”, señaló a la prensa germana.

Una petición online encabezada por el economista francés Thomas Piketty para que el gobierno alemán le garantice a Grecia un recorte de su deuda como el que recibió Alemania después de la segunda guerra mundial, ha tenido un fuerte impacto. El titular del New York Times “Alemania se olvida de la lección histórica de la Guerra en el debate sobre el alivio de la deuda” también generó una intensa polémica de un país que se siente aislado e “incomprendido”. Entre los germanos crecen las voces críticas por derecha y por izquierda. El ex canciller verde Joschka Fischer la acusó en el prestigioso semanario Die Zeit por la actual situación y por “actuar como una contadora en vez de cómo una política”.

Entre los divididos socialdemócratas europeos aumentan las voces que se oponen a la posición germana. El presidente del bloque político más grande del parlamento europeo, el socialdemócrata Gianni Pittela, atacó duramente a Schäuble. “Sus trucos y juegos políticos están generando un peligro cada vez más grande de que esto termine en una salida de Grecia de la eurozona. Schäuble y sus aliados serán los responsables históricos frente a todos los europeos de esto”, dijo Pittela.

Igualmente contundente fue el primer ministro italiano Matteo Renzi. “Italia no quiere que Grecia abandone el euro ni quiere humillar a un socio europeo después que ha dado marcha atrás en prácticamente todo. A Alemania solo le digo una cosa: basta. Es hora de que actuemos con un poco de sentido común”, indicó Renzi a Il Messagero.

La realidad es que, contrario a lo que pensaba el filósofo René Descartes y tal como prueba hoy la Eurozona, el sentido común es el menos común de los sentidos. El único consuelo a este batifondo de voces discordantes lo aportó el primer ministro de la minúscula Malta, Joseph Muscat. “El hecho de que esta cumbre tome lugar es una prueba de que estamos dispuestos a hacer todo lo posible. No estamos discutiendo la salida de Grecia: estamos discutiendo todas las opciones. Pero está claro que no hay unanimidad sobre qué hacer”, dijo.

Entre tanto Rusia aportó su granito de arena con una iniciativa que desespera a Estados Unidos que teme que una salida de Grecia desestabilice una zona geopolíticamente clave y empuje al gobierno de Tsipras a los brazos del de Vladimir Putin. El ministro de energía Alexander Novak indicó que Rusia va a ayudar a la recuperación griega. “Queremos apoyar la revitalización de la economía griega ampliando la cooperación en el sector energético. Estamos viendo la posibilidad de comenzar bien pronto la entrega directa de recursos energéticos a Grecia.”

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