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El mundo|Domingo, 26 de julio de 2015
BOMBARDEO POSICIONES DEL EI Y DEL PKK Y REALIZO UNA REDADA EN VARIAS CIUDADES

Ofensiva de Turquía en varios frentes

Por tercera vez en 24 horas, los cazabombarderos volvieron a atacar posiciones del EI en territorio sirio. A su vez, el PKK respondió al gobierno turco oficializando el fin de la tregua con Ankara. Y hubo choques en Estambul.

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Militantes de izquierda enfrentan a la policía en las calles de Estambul.

Turquía intensificó ayer su ofensiva contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI) en Siria y bombardeó posiciones de los rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en Irak. Este grupo respondió al gobierno turco oficializando el fin de la tregua con Ankara. Además, por segundo día consecutivo, la policía antiterrorista turca realizó decenas de detenciones de presuntos militares del grupo jihadista y del PKK en Estambul, Ankara, Adana (sur), Konya (centro) y Manisa (noroeste).

Por tercera vez en 24 horas, los cazabombarderos volvieron a atacar posiciones del EI en territorio sirio. A diferencia de los ataques efectuados el viernes, esta vez los cazas entraron en espacio aéreo sirio.

Estos bombardeos suponen un giro en la política del gobierno islamita conservador turco, acusado por sus aliados de hacer la vista gorda e incluso de apoyar a las organizaciones radicales en guerra contra el régimen del presidente sirio Bashar al Assad. El canciller turco, Mevlut Cavusogli, anunció que la operación militar contra el EI desembocará en la creación de una franja de seguridad donde puedan refugiarse los desplazados de ese país. “Defendemos una franja de seguridad y de exclusión aérea. Hemos dicho que hace falta establecer en Siria una zona de seguridad para ubicar a los refugiados. La franja que se limpie del EI será una franja de seguridad”, aseguró en una rueda de prensa.

En tanto, el frente contra el PKK se abrió el viernes por la noche, cuando los aviones bombardearon siete objetivos de los rebeldes, refugios, hangares y depósitos de municiones, en sus retaguardias en las montañas Kandil, en el extremo norte de Irak. El premier turco, Ahmet Davutoglu, explicó que las operaciones continuarán hasta en tanto el gobierno considere que el país no se encuentra más bajo amenaza.

Davutoglu aseguró haber hablado con el presidente de la región autónoma kurda de Irak, Masud Barzani, quien le expresó, según sus palabras, su “solidaridad con las víctimas”. Pero un comunicado posterior de Barzani aclaró que en realidad le había expresado al mandatario turco su disgusto con el nivel de violencia que alcanzó la situación. “Las condiciones para mantener el alto el fuego han sido eliminadas”, replicó poco después el PKK a través de su brazo militar, las Fuerzas de Defensa del Pueblo (HPG). “Denunciamos la agresión bélica de Turquía y aseguramos ejercer la resistencia”, expresó la organización en un comunicado.

Creado en 1978, el PKK, que reivindica el reconocimiento de Kurdistán, que abarca territorios de Turquía, Siria, Irán e Irak, lanzó su brazo armado en 1984 para enfrentar al poder turco. Sin embargo, desde el 2000 las reivindicaciones del partido se concentraron en el reconocimiento por parte de Turquía de la identidad kurda y la amnistía para sus combatientes. En 2013, el PKK proclamó un cese al fuego unilateral, pero la negociación con Ankara no concluyó en un acuerdo.

En tanto, las redadas en territorio turco comenzaron el viernes por la mañana y en ellas participan miles de policías. Según el último balance proporcionado ayer por el gobierno, los operativos capturaron hasta el momento 590 personas, entre las que figuran decenas de extranjeros sospechosos de colaboración con los grupos que hacen llegar jihadistas a Siria a través del territorio turco.

Desde el lunes, la tensión va en aumento en numerosas ciudades, ya que la policía turca reprime las manifestaciones contra la política del presidente Recep Tayyip Erdogan. En Ankara, las fuerzas de seguridad utilizaron ayer carros hidrantes para dispersar una manifestación de unas 300 personas. Mientras que, en Estambul, efectivos policiales y manifestantes se enfrentaron tras el entierro de una activista de extrema izquierda que murió el viernes en manos de la policía. La ola de violencia también se trasladó al interior del país: en la provincia de Erzurum, en el este de Anatolia, fueron secuestrados tres trabajadores sanitarios con una ambulancia. En tanto, ayer por la mañana, otros 15 trabajadores sufrieron la misma suerte en la provincia de Sirnak, en el sudoeste del país. En un afán de apaciguamiento, el principal partido kurdo de Turquía anuló la marcha anti jihadista prevista el domingo en Estambul.

En otra señal del giro estratégico de Turquía, las autoridades dieron el visto bueno a Estados Unidos y a otros países de la coalición anti jihadista para que puedan utilizar sus bases, como la de Incirlik (sur). Estos países reprochaban a Ankara su actitud pasiva contra el EI y su negativa a intervenir militarmente en apoyo a las milicias kurdas de Siria. El gobierno turco siempre fue reacio a ello por miedo a la creación de una región autónoma hostil en el norte del país.

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