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El mundo|Lunes, 24 de agosto de 2015
Italia rescató el fin de semana a 4400 migrantes en 22 operaciones distintas

El drama migratorio confronta a Europa

“La solución humanitaria no puede sustituir a la solución política”, advirtió Roland Schilling, vicedelegado de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados. La UE no hace mucho más que operaciones de rescate.

Por Elena Llorente
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Migrantes esperan una respuesta en un campo de recepción en la estación de tren de Ventimiglia.

Página/12 En Itaila

Desde Roma

Los 4400 migrantes salvados el sábado, en veintidós operaciones distintas, por la Guardia Costera italiana y otras embarcaciones por ella coordinadas, están comenzando a llegar a la península para ser distribuidos en distintas regiones. Nunca se había visto una cifra semejante de rescatados en un solo día en el estrecho de Sicilia (el espacio de mar de unos 100 km que separa la isla de Sicilia, es decir, Italia de Libia). Y éstos más de 4000 son sólo los que tratan de llegar a Italia. De Grecia, en cambio, muchos sirios y afganos que atravesaron primero Turquía decidieron llegar a la Unión Europea a través de Macedonia. Macedonia, que no es miembro de la Unión Europea pero está en Europa, se agregó así a la lista de las zonas fronterizas con grave crisis migratorias, como son Italia, Grecia, Hungría, y Francia-Gran Bretaña, por lo que ocurre en Calais.

Al principio, Macedonia trató de cerrar las fronteras con la policía, tirando incluso gases lacrimógenos. Pero la gente estaba decidida. Muchas madres con niños pequeños, ancianos y jóvenes padres de familias acamparon por varios días en torno de las fronteras, en pésimas condiciones de higiene y alimentación, haciendo presión incluso con sus cuerpos para que los dejaran pasar. El gobierno de Macedonia terminó accediendo. En las últimas 24 horas han llegado a Serbia, pasando por Macedonia, cerca de 8000 refugiados que han sido colocados en los centros de recepción de Presevo, en el sur del país, según informó el secretario de la Cruz Roja local, Ahmet Halimi. La mayor parte de estos viajeros de Siria, Irak, Pakistán y Bangladesh quiere llegar a otros países de Europa. Alemania, Francia, Inglaterra y los países escandinavos son los más requeridos, donde tal vez tienen familiares o por lo menos saben que conseguirán trabajo y una vida tranquila.

En cuanto a los 4400 rescatados, la Guardia Costera recibió 20 llamadas de auxilio el sábado por la mañana de los migrantes que viajaban en 22 barcazas o lanchas inflables. Los traficantes suelen darles un teléfono o al menos un número de la Guardia Costera para que llamen pidiendo auxilio y así ser salvados. Los colaboradores de los traficantes –que suelen ser migrantes ellos mismos y que así se ganan algunos euros– manejan las lanchas y suelen mezclarse luego con el grupo, de manera de pasar inadvertidos cuando son rescatados y llegan a tierra. A no ser que durante el viaje ocurran serios problemas, como la muerte por asfixia de más de 15 personas la semana pasada, obligados a viajar en el sótano de la barcaza sin permitírseles salir a la luz. Los que ven hechos similares a éstos al llegar cuentan su experiencia a las autoridades y la policía puede detener a algunos de los traficantes. El sábado fueron arrestados cuatro de ellos en Messina y seis en Palermo, ambas ciudades de Sicilia. Tenían entre 20 y 40 años y buena parte de ellos eran egipcios. En el caso de los arrestados en Palermo, los inmigrantes contaron que durante la navegación decenas de mujeres y niños fueron encerrados en el sótano de la nave bajo llave y sólo les fue permitido salir cuando sus familias pagaron una considerable suma –además de la pagada antes de embarcarse– como rescate.

Pero aparte de las operaciones de rescate realizadas por las autoridades italianas y ciertas cuotas de refugiados que aceptan recibir algunos de los países, la Unión Europea no está haciendo mucho más. Y en este aspecto fue muy claro el vicedelegado para el sur de Europa de la UNHCR, la agencia de Naciones Unidas para los refugiados, Roland Schilling. “Tenemos necesidad de mayor colaboración en Europa. La solución humanitaria no puede sustituir a la solución política –dijo en declaraciones a Rai News, la televisión pública italiana–. Estamos viviendo una tragedia terrible. La mitad de la población siria está en movimiento, refugiándose en los países cercanos o en otros. Hay necesidad de una mayor asistencia humanitaria pero también de una mayor solidaridad entre los países europeos.”

“Nosotros esperamos que los gobiernos europeos den ayuda. Estamos asistiendo al gobierno griego en su actividad de coordinación y también asesoramos a Italia para ordenarse mejor. Pero queremos mantener nuestros recursos para las situaciones graves del Tercer Mundo, como siempre ha sido. Aunque, si las cosas siguen así, tendremos que aumentar nuestra actividad y dar ayudas de emergencia en el centro de Europa. Y lo haremos”, concluyó.

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