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Las autoridades del estado de Baviera, en Alemania, lograron desarticular una banda neonazi sospechada de preparar atentados contra albergues de refugiados. Según informó la fiscalía de la localidad de Bamberg, la célula de ultraderecha estaba integrada por once hombres y dos mujeres de entre 21 y 36 años, que fueron detenidos. Entre sus objetivos, el grupo –que fue calificado como peligroso por el Ministerio Público–, planeaba arrojar artefactos explosivos en dos refugios de Bamberg en el marco de una manifestación de ultraderecha que había sido convocada para el 31 de octubre. A los detenidos se los acusa de presuntos delitos de participación en una organización criminal, preparación de explosivos y lesiones graves. El ministro alemán de Interior, Thomas de Maizière, advirtió horas antes de la redada, durante una visita a un centro de refugiados, que este tipo de operativos preventivos buscaba evitar delitos o atentados en el marco de la ola de violencia xenófoba que volvió a ganar fuerza en el país germano en los últimos meses.
En tanto que el ministro de Justicia de Alemania, Heiko Maas, vio con gran preocupación el incremento de ataques a centros de refugiados, hechos a los que calificó como una vergüenza para el país. En un comunicado difundido ayer, el Ministerio bávaro de Interior informó que los arrestos tuvieron lugar el miércoles durantre una redada de doce viviendas y locales. Más de 90 agentes participaron del operativo. Se incautaron explosivos, armas de fuego, munición, bates de béisbol, armas blancas, propagada nacionalsocialista, banderas y otros objetos con la cruz gamada. Los miembros del grupo habían encargado material pirotécnico en Polonia y uno de los envíos, de varios kilos, fue interceptado por la policía antes de que llegara a sus manos.
Ese material, explicó la fiscalía, contenía sustancias explosivas altamente peligrosas y potentes, con capacidad de causar heridas e incluso la muerte. Un vocero del Ministerio Público contó que la Fiscalía seguía la pista de este grupo neonazi acusado, además, de planear un ataque para destrozar una sede de militantes de izquierda.
De Maizière señaló sobre el aumento de los ataques racistas: “Es un balance atroz. El incremento de la violencia xenófoba es vergonzoso para nuestro país. Cada ataque a un centro de refugiados es un ataque contra nuestra tolerante democracia”. En su opinión, todos los demócratas debieran actuar de manera decidida y unida contra el odio, las amenazas y la violencia. “Toda la dureza del aparato judicial caerá sobre quienes comentan delitos contra refugiados, policía o personas que ayuden a los refugiados”, sostuvo. El ministro de Interior hizo esas declaraciones en un centro de Bamberg en el que son alojados ciudadanos de los Balcanes que se encuentran a la espera de que se resuelvan sus solicitudes de asilo o de ser expulsados del país. Se trata de uno de los albergues que los neonazis tenían entre sus objetivos.
El diario local Süddeutsche Zeitung y las emisoras regionales de radio NDR y televisión WDR filtraron un documento interno de la Oficina Federal de Lucha contra la Criminalidad de Alemania (BKA) que alerta sobre la existencia de un “consenso ideológico” en un “espectro de extrema derecha muy heterogéneo” contra la política de asilo y la gestión de la crisis de los refugiados del gobierno de Angela Merkel. Asimismo, el texto señala la posibilidad de que se produzca un incremento de ataques xenófobos contra refugiados y cualquier referente político y social que los apoye en Alemania. “Se cree que la extrema derecha intensificará su agitación contra la política de asilo del país”, escribió la BKA. “El que suele ser un espectro de la extrema derecha muy heterogéneo encuentra aquí un consenso ideológico”, agregó el texto. Las agresiones contra centros de acogida continúan en aumento. Desde comienzos de año, la Oficina Federal de lo Criminal de la Policía Nacional registró un total de 576 delitos con un claro sesgo ultraderechista y xenófobo, más del doble de los delitos registrados en todo 2014.
La advertencia de la oficina federal se enmarca en un dossier hecho días antes del atentado contra la candidata independiente, Henriette Reker. El fin de semana pasado la flamante alcaldesa de Colonia y una de las principales defensoras de la política de asilo alemana fue atacada y herida de gravedad el día anterior a la elección. La política, respaldada por democristianos, liberales y verdes, obtuvo el 52,7 por ciento de los votos y se convirtió en la primera mujer en estar al frente de la alcaldía de Colonia. Reker, de 58 años, aceptó ayer, en el mediodía alemán, el cargo de alcaldesa desde su cama del hospital donde se recupera de las heridas después de haber sido operada de urgencia el sábado tras ser apuñalada en el cuello por un hombre de 44 años que había militado en un grupo neonazi.
Los refugiados recién llegados intentan establecerse y pedir asilo en Alemania o en países nórdicos donde existen mejores posibilidades de trabajo que en el sur del continente, sumido en una profunda crisis económica. En los últimos meses se sucedieron ataques xenófobos en Alemania –principalmente en el este y sur del país– contra refugiados en los centros de recepción donde se albergan. La situación llevó recientemente al comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Nils Muiznieks, a advertir el aumento del racismo y la intolerancia que se observa en el país y exigió reforzar las medidas represivas para combatirlos.
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