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Seis de cada diez argentinos creen que los atentados en París tienen un fuerte impacto en la Argentina, mientras que una minoría piensa que la cuestión es ajena al país. Respecto de cuál debe ser la reacción argentina, más de la mitad de las personas consultadas afirma que debe mantenerse la neutralidad, en tanto que una de cada cuatro personas sostiene que no corresponde la neutralidad, sino que la Argentina tiene que sumarse a la lucha internacional contra el terrorismo.
Las conclusiones surgen de una encuesta realizada por la consultora Ibarómetro, que fundó Doris Capurro y que hoy lidera el sociólogo Ignacio Ramírez. En total se entrevistaron 1500 personas a nivel nacional, a través de encuestas telefónicas, con respeto de las proporciones por edad, sexo y nivel económico-social.
“Es interesante que a la hora de identificar causas –analiza Ramírez–, los argentinos dividen responsabilidades: una parte le echa la culpa al fundamentalismo islámico (32 por ciento) y otra parte le endilga la culpa a las acciones bélicas de las potencias occidentales (35 por ciento). En este sentido, muestran los signos de la matriz cultural de los argentinos, marcadamente opuesta a soluciones de guerra para dirimir conflictos, ajena a ambiciones expansionistas y acostumbrada a la ausencia de conflictos religiosos o de convivencia”.
De todas maneras, en la encuesta queda claro que el tema no es tan lejano. La mitad de los consultados manifiesta cierto miedo ante lo ocurrido y el 59 por ciento piensa que los atentados tienen un impacto fuerte en la Argentina. “Los ataques aparecieron como una irrupción en la agenda mediática dedicada a la carrera presidencial argentina –concluye Ramírez–. No fueron percibidos como algo política y afectivamente ajeno, es decir, causaron una extendida angustia empática. Igual, no parece que los argentinos perciban que pueda producirse algo similar en el país. Es un miedo mirado desde acá.”
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