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Desde Nueva York
Los republicanos que rastrearon los miles de correos electrónicos de Hillary Clinton, en un esfuerzo por hacer descarrilar su candidatura a la presidencia de Estados Unidos, pueden haber estado decepcionados por la última tanda emitida. La cantidad de correos hechos públicos el lunes por el Departamento de Estado muestra los esfuerzos de los asistentes para pedir consejos por un golpe que sufrió en 2012 e ilustran la dificultad personal de Clinton con la tecnología.
En lugar de revelar secretos perjudiciales sobre su manejo de los ataques de 2012 en la sede diplomática de Estados Unidos en Bengasi, Libia, o cualquier otra cosa que pueda socavar sus credenciales para la Casa Blanca, los correos electrónicos dados a conocer ahora exponen su lado más humano, incluyendo un intento desesperado de encontrar el canal de televisión para ver la serie Homeland y buscar asesoramiento sobre cómo se hace el peinado “rodete cola de caballo”.
Los e-mails se están dando a conocer mensualmente después de la investigación que reveló que usó un servidor de correo electrónico privado mientras estaba en el Departamento de Estado. Pero la banalidad de muchos intercambios sugiere que la controversia que una vez amenazó su campaña comenzó a disminuir.
Clinton trató de resolver el enigma del rodete cola de caballo buscando en Internet videos sobre estilos de peinados. Un domingo en octubre de 2012, le pidió a un asistente que la ayudara a encontrar el canal Showtime para poder ver Homeland. “Pregunta estúpida”, era el tema del correo dirigido al principal asesor, Philippe Reines. Este trató de ayudar. “Si usted tiene Comcast, es el canal 339 o 340 (uno es HD y uno no es). Si usted no tiene Comcast, puedo buscarlo por usted”, se ofreció, a lo que Clinton respondió: “No le sorprenderá oír que no estoy segura”.
Otro correo incluía una lista de 94 países que Hillary Clinton no había visitado como secretaria de Estado. El tema del correo era “100 y contando...” en una aparente referencia a las naciones que había visitado. “Con unos siete meses que le quedan, tiene tiempo suficiente para subir la cifra de los países”, escribió Reines. “110 es un objetivo razonable.”
Un intercambio entre Hillary y Reines revela que él se acercó al comisionado de la Liga Nacional de Fútbol para pedirle consejos sobre el golpe recibido por Clinton cuando se desmayó a fines de 2012. En el correo Hillary dice que “tener la cabeza rota” no era divertido.
En el ataque de Bengasi en el que murieron cuatro estadounidenses, Clinton compartió su angustia con su hija, Chelsea. “Dos de nuestros funcionarios fueron asesinados en Bengasi por un grupo estilo Al Qaida: el embajador, a quien yo elegí y un joven encargado de las comunicaciones de servicio temporario con una esposa y dos hijos pequeños”, escribió. “Día muy duro y me temo que más de lo mismo mañana.”
En enero de 2013, después de una audiencia en el Capitolio por los ataques de Bengasi, que ocurrieron poco después de que sufriera una conmoción cerebral en una caída y luego tuviera un virus estomacal, Hillary Clinton recibió mensajes de felicitación por su manejo del cuestionamiento republicano. “Estoy siendo inundada con mensajes de correo electrónico acerca de lo bien que lo manejó”, escribió su subjefa de personal y confidente cercano, Huma Abedin.
Clinton transmitió un mensaje de un ex asesor de campaña, Mark Penn, quien dijo que hubo un momento en que pareció perder los estribos ante las preguntas y que se veía sacudida. Reines, sin embargo, no se dejó impresionar. “No me embrome!”, respondió. “Usted no se veía sacudida. Usted parecía real. Hay una diferencia. Una grande.”
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.
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