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El mundo|Lunes, 21 de diciembre de 2015
El Líbano acusa a Israel del ataque aéreo selectivo en el que murió Samir Qantar

Matan a un líder de Hezbolá en Siria

El gobierno de Israel no negó ni confirmó la acusación de Hezbolá, aunque el comentarista militar Ben-Yishai escribió en el sitio Ynet que la información del Líbano “reflejaba más o menos los hechos en el campo”.

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Qantar murió en el ataque aéreo y el edificio en el que se encontraba quedó destruido.

Samir Qantar, importante líder del movimiento libanés Hezbolá que pasó casi tres décadas tras las rejas en Israel, murió en la noche del sábado por un bombardeo aéreo que tuvo lugar en las afueras de Damasco, lanzado, según informó ayer la milicia chiíta, por Tel Aviv. El ministro de Infraestructura israelí, Yuval Steinitz, se negó a confirmar o rechazar la acusación de Hezbolá, aunque el comentarista militar israelí Ron Ben-Yishai escribió en el sitio web de noticias Ynet que la información del Líbano “reflejaba más o menos los hechos en el campo”.

Frente al silencio de Steinitz, la ministra de Justicia israelí, Ayelet Shaked, dijo estar feliz al ser informada de la muerte de Qantar. De confirmarse la autoría de Israel, se trataría de un ejemplo más de una larga serie de asesinatos selectivos de dirigentes y combatientes extranjeros cometidos por Israel en las últimas décadas en distintas partes de Medio Oriente.

“El decano de los prisioneros libaneses murió el sábado por la noche cuando dos aviones del enemigo sionista (Israel) bombardearon un edificio residencial en Yaramana, en las afueras de Damasco”, informó el comunicado de Hezbolá difundido por su canal de televisión libanés Al Manar. Según este medio, los dos cazabombarderos lanzaron cuatro misiles contra el edificio en donde estaba Qantar. Las imágenes difundidas mostraron un edificio de departamentos completamente destruido.

Qantar había sido apodado “decano de los prisioneros libaneses” por ser el combatiente de ese país que más tiempo pasó tras las rejas en Israel. En 1979, cuando era aún menor de edad, este combatiente druso fue condenado a cadena perpetua por haber presuntamente participado en el asesinato de ciudadanos israelíes junto a otros libaneses que se habían unido a una de las milicias que luchaban contra la ocupación militar israelí, el Frente de Liberación Palestino. Sin embargo, Qantar siempre negó los cargos de asesinato y sostuvo que las víctimas israelíes habían quedado en medio del fuego cruzado.

Tras 29 años en la cárcel, en 2008, Israel selló un acuerdo con Hezbolá, el movimiento político armado que nació para resistir a la otrora ocupación militar israelí del sur del Líbano, y lo intercambió junto a otros prisioneros por el cuerpo sin vida de dos de sus soldados. Desde entonces, Qantar se sumó a las filas de Hezbolá e incluso se lo llegó a ver junto al líder máximo del movimiento islamista, Hassan Nasrallah.

Hace apenas tres meses, el Departamento de Estado de Estados Unidos incluyó en su lista de organizaciones y personalidades consideradas terroristas a Qantar. Según Washington, desde su liberación en 2008, el líder miliciano se había convertido en “uno de los portavoces más visibles y populares” de Hezbolá, organización que la Casa Blanca declaró terrorista hace tiempo.

En su comunicado de septiembre pasado, Estados Unidos sostuvo que Qantar cumplía un “importante papel operativo” en Hezbolá, ya que con la ayuda de Irán y Siria había conseguido reforzar la infraestructura de esa organización islamista libanesa en los Altos del Golán, el territorio sirio que Israel ocupa ilegalmente desde 1967.

La muerte de Qantar desató unas horas después un intercambio de misiles. Tres cohetes de tipo Katiusha fueron disparados desde Líbano contra el norte de Israel, informó una fuente de los servicios libaneses de seguridad. “Los cohetes fueron disparados desde una aldea libanesa situada a 5 kilómetros de la frontera con Israel”, señaló otra fuente libanesa.

Fuentes militares libanesas confirmaron que los misiles partieron desde la población de Qulayla, cerca de la ciudad de Tiro, situada en el sur del Líbano, plaza fuerte de Hezbolá. Según las fuentes, los lanzamientos fueron realizados en un intervalo de seis minutos, entre las 15.35 y las 15.41 hora local (10.35 y las 15.41 hora argentina).

Los medios libaneses informaron que aviones israelíes violaron el espacio aéreo, realizaron vuelos rasantes y ataques simulados en las zonas desde donde fueron disparados los obuses. La agencia oficial de noticias ANN indicó que el Ejército reforzó la seguridad en la frontera con Israel, entre las poblaciones de Ras el Ain y Nakura. La Fuerza Provisional de Naciones Unidas en Líbano (Finul) y el ejército libanés buscaban determinar el emplazamiento desde el cual fueron disparados los cohetes.

Israel, en tanto, bombardeó varias zonas del sur del Líbano. Se desconoce si el ataque causó víctimas. De acuerdo con un comunicado militar israelí, “las informaciones preliminares sugieren que tres cohetes alcanzaron el norte de Israel”. La nota del Ejército de ese país señaló que se estaban realizando investigaciones en la zona de los impactos y que poco antes de la caída de los proyectiles las sirenas antiaéreas se activaron en la zona norte del país, limítrofe con la frontera libanesa.

En enero pasado se registró una escalada de tensión en la frontera entre Israel y Líbano, después de que el 18 de enero Israel matara en un ataque lanzado por un avión no tripulado en Siria a seis miembros de Hezbolá –entre ellos un joven oficial, hijo del ex jefe de su brazo armado, Imad Mughniye, asesinado en Damasco en 2008– y un general de la Guardia Revolucionaria iraní. En respuesta a ese ataque, la milicia chiíta mató a dos soldados israelíes en otra acción que tuvo lugar contra una patrulla militar en los disputados territorios de Chebaa, al norte de Israel.

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