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El socialista Pedro Sánchez rechazó la invitación del presidente español Mariano Rajoy para formar gobierno, lo que significó el primer revés para el mandatario en sus negociaciones para lograr su investidura. Sin embargo, el secretario del Partido Socialista Español (PSOE) deslizó su interés en una jefatura alternativa y progresista, conformada a través de una hipotética alianza con el izquierdista Podemos, a la que deberían añadirse otras fuerzas políticas, como es el caso de la agrupación de centroderecha Ciudadanos.
El jefe del gobierno saliente se reunió en La Moncloa durante 45 minutos con el líder socialista, sobre quien recaen todas las miradas, una vez que Ciudadanos, la cuarta fuerza parlamentaria, anunció su abstención para permitir la gobernabilidad. Pero Sánchez, amenazado por la emergencia de Podemos, descartó hacer lo mismo. “Vamos a votar en contra de la continuidad del PP al frente del gobierno, con Mariano Rajoy como presidente del gobierno”, dijo tras la reunión.
“Los españoles votaron por un cambio progresista presidido por el diálogo, que es precisamente lo que no ha tenido Rajoy y el PP durante estos últimos años”, opinó. “Decir ‘no’ a Rajoy es decir ‘sí’ al cambio”, expresó Sánchez desde la sede de su agrupación. El dirigente socialista pidió a todos los partidos que se abran al diálogo para abordar los elementos de una reforma estructural que, a su juicio, necesita España. Entre ellos, una recuperación económica justa tras la crisis, un pacto educativo y una reforma federal de la Constitución para solventar la situación en Cataluña. “El Partido Socialista va a explorar todas las opciones para que haya un Gobierno de cambio”, añadió.
El PSOE dejará que sea el PP el que trate de investir presidente. Si lo consigue, los socialistas se mantendrán en la oposición. Pero si finalmente Rajoy fracasa en su intento, Sánchez no descarta una jefatura alternativa progresista. “El compromiso es que España tenga un Gobierno y se garantice la pluralidad expresada por los electores”, apuntó. Este gobierno alternativo pasaría por una hipotética coalición con Podemos a la que deberían añadirse otras fuerzas políticas como Ciudadanos, que ya descartó este tipo de alianza, o los independentistas catalanes, que reclaman un referéndum de autodeterminación rechazado por parte del PSOE.
Según señaló el periódico español El País, durante el encuentro, Sánchez le comunicó a Rajoy que el cambio y la pluralidad por la que optaron los españoles deben reflejarse en la Mesa del Congreso, y el PSOE quiere la presidencia del Parlamento. De esto sí hablará el PP con los socialistas y con todas las demás fuerzas políticas, pero no Sánchez y Rajoy, sino que será una comisión negociadora, en el caso del PSOE dirigida por Antonio Hernando, quien negocie los puestos en la Mesa del Congreso.
Pese al panorama adverso, desde el PP no se dan por vencidos. A través del vicesecretario de organización del partido, Fernando Martínez Maíllo, dijeron que la negativa del PSOE sólo es “un primer no” y que están dispuestos a seguir dialogando con otras fuerzas. “No es el mejor de los comienzos. Pero estamos en el primer asalto, queda tiempo y espacio suficiente”, aseguró. “El objetivo es dotar a España de un gobierno estable lógicamente liderado por el partido que ha ganado las elecciones.” Para ello, Rajoy recibirá en la mañana del lunes al líder de Podemos, Pablo Iglesias, y hará lo mismo por la tarde con el número uno de Ciudadanos, Albert Rivera.
Sin embargo, Iglesias aprovechó las redes sociales para anticipar cuál será la postura de su partido durante la reunión. “El lunes Mariano Rajoy nos recibirá en La Moncloa. Le explicaré nuestra propuesta de país que no es compatible con que el PP siga gobernando”, escribió en Twitter.
Por su parte, el líder de la agrupación de centroderecha ofreció ayer al PP y al PSOE una mesa de negociación a tres bandas para sellar un “acuerdo de mínimos” que permita poner en marcha la legislatura, garantizar la estabilidad económica y pactar una “hoja de ruta” reformista. Una de sus líneas rojas, en la que coincide con Rajoy, es la unidad de España frente al desafío independentista de Cataluña. Por eso dejó fuera a Podemos, que propone un referéndum vinculante en la región en un año. “Podemos se ha autoexcluido de cualquier acuerdo para garantizar la unidad de España al aliarse regionalmente con partidos nacionalistas y defender un referéndum de autodeterminación en Cataluña”, opinó. Rivera reclamó responsabilidad a los socialistas para evitar un bloqueo institucional y “que haya elecciones cada tres meses”.
Analistas predicen semanas de incertidumbre antes de que pueda formarse un gobierno en España encabezado por el PP o el PSOE, que obtuvieron 123 y 90 bancas respectivamente. Si no se logra, la alternativa sería celebrar nuevos comicios el año próximo. Esta posibilidad inquieta al poder económico del país y de la Unión Europea, por temor a que el partido Podemos, que alcanzó el tercer lugar en las elecciones (69 escaños), mejore aún más su desempeño y sea capaz de formar un gobierno progresista que anule los ajustes aplicados por Rajoy desde el inicio de la crisis financiera española, en 2009.
En enero, el nuevo Parlamento surgido de las elecciones del domingo pasado celebrará una votación para decidir su Rajoy puede reasumir su cargo al frente de un gobierno. El líder del PP necesita que los socialistas se abstengan al menos en la segunda votación para poder ser investido por mayoría simple, después de haber logrado que Ciudadanos adoptara esa posición.
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