Imprimir|Regresar a la nota
El mundo|Viernes, 22 de enero de 2016
Sarah Palin dijo que el magnate republicano va a enfrentar al Estado Islámico

La dama del Tea Party apoya a Trump

El sorpresivo apoyo de Palin al precandidato republicano podría ser más perjudicial para su contendiente Ted Cruz, que en las últimas encuestas obtiene una leve ventaja en Iowa, de cara a las primarias.

Por David Usborne *
/fotos/20160122/notas/na20fo01.jpg
La aparición de Palin cae mal en el establishment republicano.

Desde Ames, Iowa

Sarah Palin dijo mucho en los pocos minutos que estuvo en el escenario, como si no hubiera podido hablar durante los últimos ocho años, que por supuesto no fue así. Pero comenzó sugiriendo que su presencia iba a llamar la atención de los medios. Fue una rara subestimación. Hizo que todo Iowa volteara, incluso todo Estados Unidos.

Al llevar a Palin a su acto en un gigantesco galpón de ganado en la escuela agrícola de la Universidad de Iowa en Ames y aceptar su respaldo, Donald Trump apostaba sólo a eso, otro apoyo para los titulares a 10 días de la noche del caucus, cuando los residentes de Iowa serán los primeros en el país en expresar sus preferencias por quienes serán los candidatos presidenciales de los republicanos y los demócratas.

Su regreso al centro del escenario es una patada al hígado para el establishment republicano, que casi no tiene buenos recuerdos de Palin como compañera de fórmula desafortunada de John McCain en 2008. Acaba de aceptar el hecho de que ninguno de los postulantes “tradicionales” en el campo ahora tiene una oportunidad de ganar en Iowa, donde la competencia se reduce a Trump contra el senador Ted Cruz de Texas.

Esos rezagados, especialmente el senador Marco Rubio de Florida, Chris Christie, gobernador de Nueva Jersey, y el antiguo gobernador de Florida Jeb Bush, seguramente miraban con consternación. Para ellos, y el gobernador de Ohio John Kasich, llegando segundo o tercer lugar en las elecciones primarias del 9 de febrero en New Hampshire, donde Trump lleva amplia ventaja, ahora se ha convertido en su prioridad más realista y urgente.

Pero quizás el sorpresivo apoyo de Palin a Trump sea más perjudicial para Cruz, que en las últimas encuestas obtiene una leve ventaja sobre el magnate aquí en Iowa. El senador, que, irónicamente, disfrutó de lo que resultó ser un respaldo fundamental de Palin cuando se postuló para el Senado de Estados Unidos en 2012, lo consiguió apelando a los votantes del Tea Party y los cristianos evangélicos. Mientras el show PalinTrump alcanzaba su máximo clima, un hombre gritó: “Ustedes son una broma”. El precandidato se dirigió a ella en repetidas ocasiones llamándola “muy especial”, y ella lo saludó como un futuro “comandante en jefe que va a patear el culo del Estado Islámico”. “El es del sector privado, no un político”, dijo. “¿Pueden gritar un aleluya?”.

Bush podría estar de acuerdo con el hombre que les gritó. El tiene carteles de campaña por todo el estado con una de sus frases más famosas expresiones: “Donald Trump está descontrolado”.

El puede parecerlo. En una sola frase pasó de afirmar que si las víctimas en París hubieran tenido armas “en sus tobillos” y las “balas hubieran ido en la otra dirección” la tragedia en la ciudad se habría evitado, a meditar acerca de otro apoyo que obtuvo el martes, de la hija de John Wayne, Aissa Wayne. Eso llegó incluso cuando surgió que el hijo mayor de Palin, Track Palin, de 26 años, había sido arrestado por un caso de violencia doméstica en el que su novia tenía miedo de que se pegara un tiro con un rifle de asalto AR15. A pesar de todo eso, hay una estrategia en la extravagancia que rodea a Trump.

Posiblemente no hubo ningún movimiento más inteligente para Trump que afirmar a Palin como suya, porque, sea cual sea lo que la elite puede decir de ella, ella sigue siendo adorada por el Tea Party. El lunes de esta semana él cortejó a los evangélicos apareciendo en la Liberty University de Virginia, la universidad más cristiana de todas las universidades cristianas. Así, en 48 horas se había metido en el bolsillo a ambos de los bastiones de Cruz.

Por otra parte, realizó el movimiento de Palin en un día en que Cruz había sufrido una herida anterior, nacido de su negativa a hacer lo que todos sus rivales han hecho, mostrar apoyo por una iniciativa federal de larga duración que requiere que toda la gasolina que se vende en Estados Unidos tenga al menos un contenido de 10 por ciento de etanol. En consonancia con su desdén conservador hacia todas las cosas impuestas por Washington, Cruz quiere eliminarla, llamándola un subsidio disfrazado para los productores de maíz de Iowa, que producen etanol.

Fue ésa la postura que provocó una fuerte denuncia a Cruz del gobernador de Iowa Terry Branstad, él también un republicano, durante una cumbre sobre fuentes de energía renovables de aquí este martes. Preguntado por los periodistas si, por tanto, le gustaría ver a Cruz perder el día del caucus, el gobernador dijo “Sí”, de plano. De Cruz, continuó: “El está en gran medida financiado por las grandes petroleras. Así que creemos que una vez que los residentes de Iowa se den cuenta de este hecho, se podrían encontrar otras cosas atractivas, pero él podría ser muy perjudicial para nuestro estado”.

“Es un mal día para Cruz, lo es realmente”, comentó Jamie Johnson, un asesor republicano en el estado, que solía ser el director nacional de Rick Perry, el ex gobernador de Texas, antes de que este se retirara. No quiso decir qué sería más perjudicial, la puñalada por la espalda de Branstad o el tener a Palin al lado de Trump.

Ciertamente, esto importará, afirmó Johnson porque alrededor del 10 al 15 por ciento de los republicanos de Iowa se identifican primero como partidarios del Tea Party. “No me importa lo que digan, esto le hará daño a Cruz”, argumentó. “Creo que tiene un efecto positivo del 2 al 5 por ciento para Trump”. Que podría resultar crítico si la carrera entre los dos hombres está tan cerca como lo sugieren las encuestas.

Por su parte, el senador Cruz trató de restarle importancia al apoyo de Palin a su enemigo principal. “Me encanta Sarah Palin. Sin su apoyo, yo no estaría en el Senado. Independientemente de lo que haga en 2016, siempre voy a ser un gran admirador de ella”, tuiteó.

* De The Independent, de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.