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El mundo|Viernes, 22 de enero de 2016
EL GOBIERNO RUSO NEGO QUE SUS SERVICIOS SECRETOS ESTEN DETRAS DEL ASESINATO DE LITVINENKO

Apuntan a Moscú por la muerte del espía

El juez británico Robert Owen presentó las conclusiones de la comisión de investigación que preside y afirmó que dos agentes del FSB (servicio de seguridad ruso) utilizaron un veneno radiactivo para matar a Alexander Litvinenko.

Por Robert Verkaik *
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La viuda Marina Litvinenko, junto a su abogado Ben Emmerson, se mostró satisfecha por el informe británico.

Casi 10 años después del asesinato de un espía ruso en las calles de Londres, finalmente se sabe quién sería “probablemente” responsable. El juez Robert Owen presentó las conclusiones de la comisión de investigación que preside y afirmó que dos agentes del FSB (servicio de seguridad ruso) utilizaron un veneno radiactivo para matar a Alexander Litvinenko. El gobierno de Moscú consideró “inaceptable” el informe y negó la implicación de sus servicios secretos en el asesinato del opositor. “Lo llevo repitiendo hace años”, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

Muchos creen que Litvinenko pagó el precio más alto porque estaba investigando presuntos vínculos entre la mafia rusa, el presidente Vladimir Putin y oligarcas que residían en Gran Bretaña. Las famosas bandas de gangsters de Moscú y San Petersburgo fueron el área de especial experiencia de Litvinenko cuando trabajó para la KGB y el Kremlin lo sabía. El propio Servicio Secreto de Inteligencia británico lo sabía también. De manera que cuando desertó en 2000, el MI6 lo puso rápidamente a trabajar investigando las operaciones de lavado de dinero que parecían vincular las bandas del crimen a Putin, así como a muchos de los empresarios rusos que disfrutan de la protección de Moscú.

En esa línea, apuntan a que Putin actuó para proteger las fuentes y las rutas de los miles de millones de manchados rublos que estaban siendo lavados a través de las empresas europeas. Y esto se sabe por los atisbos de evidencia que pudieron compartir en los tribunales la viuda de Litvinenko, Marina, y su amigo Boris Berezovsky.

Marina Litvinenko dijo que su esposo estaba siendo pagado por el MI5 o el MI6 para ayudar en operaciones conjuntas con los servicios secretos españoles que estaban investigando negocios de propiedad corruptos. Este lavado de dinero vinculaba a Putin y los oligarcas a España, donde las bandas del crimen rusos habían asegurado una posición en la década de 2000. Marina Litvinenko le dijo a la investigación que el trabajo de inteligencia de su marido también se relacionaba con la presencia del crimen organizado ruso en el Reino Unido.

Antes de la dudosa muerte de Berezovsky (magnate ruso, exiliado en Londres) en 2013, presentó pruebas que corroboraban esa línea de investigación. Otros amigos de Litvinenko también hablaban sobre las reuniones que tuvo con agentes de inteligencia británicos que trabajan en esa investigación. Pero la idea de que esto podría ser un motivo para el asesinato de Litvinenko es descartada por el juez Robert. que concluye: “Ninguna de las pruebas indican que Lugovoi y Kovtun fueron encargados de matar a Litvinenko por miembros de bandas del crimen”.

Al responder a la pregunta de esta manera el magistrado se excusó de investigar si la motivación del Kremlin para sancionar con el asesinato de Litvinenko fue para que éste dejara de exponer esta relación criminal. Las órdenes de asesinato reales no necesitan venir directamente de cualquier jefe de la mafia rusa para beneficiarse de su muerte.

El fracaso para hacer frente a una cuestión tan importante va al centro de un defecto fatal en la investigación. El informe de Robert no puede responder a la sencilla pregunta de si Litvinenko trabajó para cualquiera de los servicios de seguridad británicos. De modo que probablemente nunca se sepa en qué operación secreta Litvinenko estaba trabajando en los días antes de su muerte. Todo lo que tenemos son acusaciones no probadas hechas en público pero nunca adecuadamente investigadas.

Una de estas afirmaciones se originó con Berezovsky. Como evidencia para la investigación, alegó que Litvinenko le dijo que el rival de la oligarquía empresarial y antiguo amigo Roman Abramovich, propietario del Chelsea Football Club, fue uno de los temas de su interés. Una declaración de un testigo que Berezovsky le dio al Servicio de la Policía Metropolitana en diciembre de 2006, y presentado a la investigación, afirma: “Yo sé que también recibió algo de dinero por la cooperación con los servicios de inteligencia españoles. El los estaba ayudando en relación a la mafia rusa”.

El informe de Robert cita un cable diplomático estadounidense difundido por WikiLeaks en 2009 que dice que Litvinenko estaba convencido de que “los servicios de inteligencia y de seguridad rusas controlan la delincuencia organizada en Rusia”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhere.

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