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El mundo|Sábado, 23 de enero de 2016
PODEMOS LE OFRECIO AL SOCIALISMO LIDERAR UNA COALICION SIN EL PARTIDO POPULAR EN ESPAÑA

Buscan pactar un gobierno de izquierda

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, afirmó que le expresó al rey Felipe VI su voluntad de formar un gobierno de cambio con el PSOE e Izquierda Unida, al tiempo que reclamó para sí la vicepresidencia de ese potencial gobierno.

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El rey Felipe VI recibe al líder de Podemos durante una ronda de consultas en el Palacio de la Zarzuela de Madrid.

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, propuso al Partido Socialista (PSOE) negociar un gobierno de coalición en el que él sería el vicepresidente y el dirigente socialista Pedro Sánchez, el presidente. El dirigente socialista se mostró dispuesto a explorar la opción propuesta por el líder izquierdista. De este pacto también formaría parte Izquierda Unida (IU), lo que acercaría a la izquierda al poder en España tras las elecciones del 20 de diciembre. Por su parte, el presidente del gobierno español en funciones, el conservador Mariano Rajoy, rechazó ayer ser propuesto como candidato a la reelección, por lo que el rey Felipe VI emprenderá una nueva ronda de consultas a partir del próximo miércoles.

Iglesias afirmó que le expresó al rey su voluntad de formar un gobierno de cambio con el PSOE e Izquierda Unida, al tiempo que reclamó para sí la vicepresidencia de ese potencial gobierno. “Hacen falta personas que aseguren con hechos la coherencia entre lo que se dice y se hace. Por eso tiene que ser un compromiso para gobernar. Por eso creo que tengo que ser vicepresidente”, argumentó. “Creo que incluso la posibilidad histórica de que (Sánchez) sea presidente es una sonrisa del destino que tendrá que agradecer”, añadió. “Hemos decidido tomar la iniciativa y dar un paso adelante. En este momento no caben medias tintas. O se está por el cambio o por el inmovilismo y el bloqueo.” El líder izquierdista le pidió sensatez al PSOE para lograr un entendimiento y afirmó que servirá para comprobar si Sánchez manda o no en su partido, pero lo cierto es que este paso deja muy pocas opciones a los socialistas.

El dirigente de Podemos señaló que el potencial gobierno debería ser proporcional a los resultados del pasado 20 de diciembre, por lo que tanto IU como su agrupación deberían contar con carteras ministeriales. Durante su comparecencia, explicó las propuestas pragmáticas que deberían marcar la acción del Ejecutivo que propone, las mismas que recoge el programa de su partido: un paquete de medidas urgentes a aplicar en los 100 primeros días de gobierno, una reforma constitucional basada en cinco ejes, entre los que se incluye la redefinición del encaje de Cataluña en España, y otras ideas como el rechazo al tratado de libre comercio que Washington y Bruselas negocian con sigilo, el TTIP.

Según comentó Iglesias, el rey le aseguró que le parecía “una propuesta razonable”. Iglesias quería que el monarca fuera el primero en conocer su iniciativa. “La idea era evitar filtraciones y rumores, para así mantener la lealtad institucional”, justificó.

La proposición fue recibida con cierta contención por el líder socialista, que consideró que primero deben ponerse de acuerdo en lo relativo al programa y las políticas, pero admitió que tienen que intentar llegar a acuerdos. “Los votantes de Podemos no entenderían, como tampoco los votantes socialistas, que no nos entendamos”, declaró, reiterando su oposición a reinvestir al jefe del gobierno saliente. “Si Rajoy fracasa en formar gobierno, por supuesto, hablaré con Pablo Iglesias para la conformación de un gobierno progresista y reformista”, respondió Sánchez a la oferta del dirigente del partido de izquierda radical.

Iglesias no había revelado hasta el momento su posición, la cual parece despejar el camino para una alianza de izquierdas en España, a imagen de la que llegó al poder en Portugal en noviembre. El pacto parecía complicado porque Podemos exigía celebrar un referéndum de autodeterminación en Cataluña, rechazado por los socialistas. Pero ahora la formación ya no pone esta consulta como condición indispensable aunque la sigue defendiendo.

Apenas unos minutos después de la comparecencia de Iglesias, el tercer socio de este hipotético gobierno, el líder de IU, Alberto Garzón, le dio luz verde para trabajar juntos. “Estamos de acuerdo en que tiene que haber cambio. Programa por delante, siempre”, señaló. “Necesitamos un gobierno de cambio, como en Portugal y Grecia, la periferia europea machacada por la política de austeridad de la Unión Europea (UE) y de la troika (UE-FMI-acreedores) tras cuatro años de brutales recortes.”

Por su parte, Rajoy, quien se reunió por la tarde con Felipe VI, declinó el ofrecimiento del monarca de someterse al debate de investidura. “El rey me ha ofrecido presentarme a la investidura. Le he agradecido el gesto. La deferencia que ha tenido con mi persona, pero le he dicho que en este momento no estoy en condiciones de presentarme”, dijo. “No tiene sentido que vaya allí con el único efecto de que empiece a correr el plazo de dos meses que pone la Constitución.” Sin embargo, el líder conservador rápidamente quiso dejar en claro que sigue aspirando al cargo. “Mantengo mi candidatura a la presidencia del gobierno, pero todavía no tengo los apoyos”, matizó. “Esta mañana (ayer) hemos conocido una candidatura que tendría menos votos en contra que la mía. No tendría sentido que prepare mi investidura mientras otros ya negocian el Gobierno.” La última esperanza de Rajoy es ganar tiempo especulando con que aparezcan dificultades en las negociaciones que se avizoran entre Podemos y el PSOE.

Las elecciones legislativas del 20 de diciembre dejaron un Congreso muy fragmentado, fruto del castigo de los electores al gobierno conservador por su política de austeridad y a los escándalos de corrupción estallados en los partidos tradicionales. El PP de Rajoy, en el poder desde 2011, ganó pero sólo obtuvo un 28,7 por ciento de los votos y 119 de los 350 escaños, que le dificultan enormemente la formación de un gobierno. Su idea es aliarse con el PSOE y los centro derechistas de Ciudadanos (40 diputados), los únicos que de momento le garantizaron la abstención. Los socialistas descartaron desde el principio un acuerdo con el PP, y se decantan por una alianza con Podemos y sus aliados (65 diputados), y los dos diputados de IU, lo que daría a esa alianza 156 escaños. Para salir adelante necesitarián la abstención de Ciudadanos o el apoyo de nacionalistas vascos y catalanes.

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