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El mundo|Sábado, 23 de enero de 2016
AL MENOS 42 MIGRANTES SE AHOGARON AYER, INCLUYENDO A 17 NIÑOS

El mar Egeo se tiñe de rojo

Unos 37.000 migrantes y refugiados llegaron a Italia y a Grecia por mar en lo que va de 2016, una cifra diez veces mayor que en el mismo período del año anterior. En enero se registró un record de víctimas, con 113 muertos en el Mediterráneo.

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Tras un naufragio, el cadáver de una migrante flota cerca de la isla de Lesbos.

Al menos 42 personas, entre ellas 17 niños, murieron después de que dos barcos con refugiados zozobraran en aguas del mar Egeo, informó ayer la Guardia Costera griega. Los cadáveres de seis niños y dos mujeres fueron localizados frente a la isla de Farmakonisi. La guardia costera griega logró rescatar a 41 personas que viajaban en esa embarcación, pero varias decenas están desaparecidas.

Pocas millas más al sur, frente a la isla de Kalolimnos, fueron hallados los cuerpos de otras 34 personas, entre ellos 11 niños. Las autoridades rescataron a 26 personas, pero se cree que a bordo del barco hundido había entre 70 y 100 personas. “Tememos que suba la cifra de víctimas”, dijo un miembro de la guardia costera. En la operación de búsqueda y rescate participaron tres helicópteros y varios pesqueros, así como barcos patrulleros de la guardia costera y de la agencia europea Frontex, encargada de la protección de las fronteras exteriores de la Unión Europea.

Decenas de miles de personas, muchos de ellos refugiados que huyen de la guerra en Siria, utilizan embarcaciones inseguras y sobrecargadas para viajar de Turquía a Grecia, desde donde esperan continuar su viaje hacia el norte. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) dijo ayer que en enero se registró un récord de víctimas, con 113 muertos en el Mediterráneo.

Según la OIM, unos 37.000 migrantes y refugiados llegaron a Italia y a Grecia por mar en lo que va de 2016, una cifra diez veces mayor que en el mismo período del año anterior. La agencia de la ONU para refugiados (Acnur) indicó que al menos 94 personas se ahogaron en el Egeo desde el comienzo del año y unas 35.455 llegaron a las islas griegas en ese período.

Los refugiados que llegan a Grecia utilizan luego la ruta de los Balcanes. Macedonia, Croacia y Eslovenia, que forman parte de este grupo, están autorizando el ingreso a su territorio únicamente de sirios, afganos o iraquíes que quieren solicitar asilo en Austria o Alemania. Las medidas en los países balcánicos fueron adoptadas ante el temor de que naciones de Europa occidental cierren sus cupos y los refugiados queden varados en sus territorios.

El temor creció el miércoles, cuando Austria anunció que limitaría la cantidad de refugiados que recibirá hasta mediados de 2019. En un intento por frenar el flujo migratorio, Viena dispuso que este año permitirá el ingreso de un máximo de 37.500 refugiados, es decir, 50.000 menos que los admitidos en 2015.

Hungría formaba parte de esta ruta hasta que cerró sus fronteras. El primer ministro Viktor Orban dijo que no volverá a permitir el ingreso de migrantes. “La ruta puede ir por el camino que quiera, pero sin duda no pasará por Turquía”, aseguró en su entrevista radial semanal. Hungría cerró sus pasos fronterizos con Serbia en septiembre y con Croacia un mes después. Además construyó una valla de 175 kilómetros a lo largo de la frontera con Serbia y otra en parte de las zonas limítrofes con Croacia. Orban dijo que su Gobierno quiere extender la valla a Rumania.

Ante la crisis, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, consideró ayer en Davos que los países del mundo deberían aumentar un 30 por ciento a 13,000 mil millones de dólares, las contribuciones para organizaciones de ayuda humanitaria que trabajan con los refugiados.

En tanto, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, aseguró que la crisis de los refugiados supone tanto un reto colosal como también una oportunidad para un mayor crecimiento económico para Europa. “El gasto público que se necesitará para hacer frente a este reto podría llegar a traducirse en el mayor proyecto de inversión pública que hayamos visto en muchos años”, explicó el presidente del BCE en el Foro Económico Mundial de Davos. A la vez, Draghi admitió que el flujo de migrantes, que alcanzó el millón de personas en 2015, representa un desafío mayor para Europa.

La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, advirtió en Davos que el resurgimiento de los controles fronterizos en Europa, donde el tratado de Schengen garantiza la libre circulación, podría perjudicar la recuperación económica del bloque. “Nos arriesgamos a volver a una situación económica difícil, autoinfligida”, señaló.

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