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El mundo|Miércoles, 27 de enero de 2016
Destacados dirigentes caen presos por corrupción en España

Del PP a la cárcel valenciana

Una megaoperación anticorrupción en la Comunidad Valenciana reveló el pago de comisiones por la concesión de contratos públicos que involucra a políticos del Partido Popular. Se suma a otros escándalos del partido.

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Alfonso Rus, ex presidente de la Diputación de Valencia, fue detenido en el megaoperativo.

Un gran operativo policial y judicial contra una trama de corrupción en su partido dificulta aún más la complicada situación que atraviesa Mariano Rajoy en su pretensión de volver a presidir el gobierno de España tras las elecciones de diciembre. En la víspera de que el rey Felipe abra una nueva ronda de consultas con las fuerzas parlamentarias, con el objetivo puesto en encargar la formación del Ejecutivo a un candidato, la Guardia Civil irrumpió ayer en varios ayuntamientos y administraciones de la Comunidad Valenciana, histórico feudo conservador que en las últimas elecciones pasó a manos de la izquierda y los socialistas, y arrestó a una veintena de personas, buena parte dirigentes del PP. Se trata de una mega operación anticorrupción en torno del pago de comisiones por la concesión de contratos públicos de la administración local y regional, que se deriva de una denuncia contra la empresa pública Impulso Económico Local S.A (Imelsa).

La Guardia Civil arrestó a un total de 24 personas en las ciudades de Valencia, Castellón y Alicante, y efectuó 33 allanamientos. Uno de los detenidos es un político del PP retirado, Alfonso Rus, ex presidente de la Diputación de Valencia, ex jefe del partido a nivel provincial y ex alcalde de Xativa. La Guardia Civil lo acusa de blanqueo y corrupción. También fue arrestado el ex diputado y ex vicesecretario de Organización del PP en Valencia, David Serra, imputado en el caso Gürtel, red de corrupción que funcionaba en esa comunidad y en Madrid donde se favorecía a empresas contratistas a cambio de sobornos, y que se ha convertido en una de los mayores escándalos de corrupción destapados en España.

Los agentes allanaron las oficinas del grupo municipal del PP de Valencia y arrestaron allí a una secretaria y a una ex concejal, esposa de un implicado en el caso Nóos, otra de las tramas corruptas, liderada ésta, presuntamente, por Iñaki Urdangarín, esposo de la hermana del rey Felipe VI. La investigación salpica la gestión de la ex alcaldesa del PP Rita Barberá, figura emblemática para los conservadores y funcionaria que ahora se desempeña como senadora, avalada por Rajoy, presidente del gobierno en funciones desde los comicios del 20 de diciembre.

De acuerdo con fuentes citadas por el diario El Mundo, la causa investiga también una presunta financiación ilegal del PP de Valencia. A raíz del escándalo, la fuerza conservadora anunció que el Comité de Derechos y Garantías había suspendido de militancia a los personas detenidos en el curso de la operación desarrollada ayer en Valencia. Además, recuerdan que Alfonso Rus ya había sido suspendido en mayo de 2015.

“El suma y sigue de la corrupción del PP exige, a quienes creemos firmemente en la regeneración democrática, enviarles a la oposición”, sostuvo en Twitter el líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, que al frente de la segunda fuerza parlamentaria aspira a reemplazar a Rajoy como jefe del Ejecutivo. Las negociaciones para la investidura podrían quedar comprometidas. El PP tomó ayer rápidamente medidas para protegerse en las negociaciones ante la gran operación contra la corrupción que lo salpica en Valencia: abrió expediente a todos los afiliados arrestados y los suspendió de militancia cautelarmente. Además decidió destituir a todos los que ejercen cargos en el partido.

“No creo que (el escándalo de corrupción) afecte (a las negociaciones para formar gobierno) porque nosotros tomamos medidas contundentes contra todos los afectados”, manifestó su portavoz parlamentario, Rafael Hernando. “La corrupción lo condiciona todo”, advirtió el partido de centroderecha Ciudadanos, que se ha posicionado como cuarta fuerza, e hizo de las medidas contra las corruptelas políticas una de sus banderas electorales. Rajoy y su líder, Albert Rivera, abrieron el lunes contactos para explorar posibilidades de cara a la formación del nuevo Ejecutivo. No pueden llegar a nada, no obstante, a no ser que el PSOE cambie su posición de rechazo a entrar con ellos en una gran coalición de Gobierno o al menos sustituya su voto negativo por una abstención que permita la investidura de Rajoy.

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, ofrece a Pedro Sánchez formar un Ejecutivo de izquierda con el socialista como presidente y con él como vicepresidente, aunque las negociaciones, si llega a haberlas, se prevén difíciles, sobre todo por el rechazo de destacados barones socialistas a un pacto con esa formación. Las primeras fichas no se moverán, sin embargo, previsiblemente, hasta la semana que viene, una vez el rey cierre el martes próximo, con sendas reuniones con Sánchez y Rajoy, la segunda ronda de consultas. La primera terminó el viernes en fracaso, cuando Rajoy declinó el ofrecimiento del monarca para presentarse a la votación de investidura, al no contar con los apoyos suficientes para ganarla.

España enfrenta una situación sin precedentes en casi 40 años de democracia, derivada de la gran fragmentación política, la mayor en su historia, que los comicios de diciembre arrojaron en el Congreso de los Diputados, donde ningún partido tiene fuerza por sí mismo para investir a un jefe del Ejecutivo.

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