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La Corte Suprema de Brasil anunció ayer que revocó la prisión preventiva que pesaba contra el senador Delcídio Amaral, ex jefe del oficialismo en la Cámara alta y arrestado desde noviembre pasado en el marco de la investigación de las corruptelas en la estatal Petrobras.
Amaral había sido detenido bajo la acusación de “obstaculizar a la Justicia”, pero esa decisión fue revertida ayer por el magistrado Teori Zavascki, quien determinó que el senador sea liberado, aunque no podrá dejar el país y tendrá que permanecer en su domicilio por las noches, los fines de semana y los días feriados. La decisión del juez establece, además, que Amaral podrá retomar su escaño en el Senado a partir de la semana próxima.
El senador es miembro del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), aunque esa formación decidió suspender su afiliación a fines del año pasado, debido a las sospechas que lo llevaron a prisión. Amaral, el primer senador en ejercicio de su cargo detenido por la policía en la historia legislativa brasileña, fue arrestado luego de que, segn la Corte Suprema, intentó sobornar a uno de los detenidos por las corruptelas en Petrobras para que no aceptara un acuerdo de cooperación judicial a cambio de una reducción de pena.
Según sostiene la Fiscalía, se comprobó que el senador contactó al ex director de Petrobras Nestor Cerveró, condenado por el caso, y le ofreció dinero a cambio de su silencio e incluso le planteó ayuda para una eventual fuga al exterior.
La oferta quedó registrada en documentos y grabaciones hechas por la Fiscalía con autorización judicial que “no dejan lugar a dudas” y suponen “el comportamiento digno de un miembro de la mafia”, según se explicó en la orden de detención dictada por la propia Corte.
En la misma operación también fueron detenidos el jefe de gabinete del senador, Diogo Ferreira, y el banquero André Esteves, hasta entonces consejero delegado del banco de inversión BTG Pactual.
Ferreira también fue liberado ayer, mientras que Esteves, hasta hace unos años dueño de una fortuna calculada en 3000 millones de dólares, cumple prisión domiciliaria desde diciembre pasado.
La Fiscalía sospecha que Esteves apoyó con dinero a Amaral en su intento de soborno a Cerveró, quien ya fue condenado a doce años de prisión por su participación en las corruptelas en Petrobras.
El caso Petrobras se refiere a los arreglos de contratos con terceras empresas y al reparto de coimas millonarias entre ejecutivos de la petrolera y los políticos que permitieron el fraude, que le costó a la empresa estatal pérdidas de cerca de 2000 millones de dólares a lo largo de la última década.
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