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El mundo|Miércoles, 2 de marzo de 2016
El socialista español compareció en el primer debate de investidura Sánchez implora un acuerdo contra el PP

Sánchez implora un acuerdo contra el PP

Ante un Congreso hostil, el dirigente del PSOE apeló a la necesidad de entendimiento entre formaciones. Podemos y los partidos de izquierda ratificaron su rechazo tras el pacto firmado por Sánchez con el conservador Rivera.

Por Flor Ragucci
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El líder socialista Pedro Sánchez llamó a Podemos a comenzar el cambio “la próxima semana”.

Página/12 En España

Desde Barcelona

Primer debate de investidura en la historia democrática española de un candidato que no ganó las elecciones o primer acto de campaña para unas posibles nuevas votaciones en junio, según se mire. Ambos podrían ser los titulares de lo que fue ayer el discurso del socialista Pedro Sánchez durante la sesión de investidura que hoy, después de que emitan su veredicto el resto de partidos, definirá si finalmente se forma gobierno en España o se debe continuar el proceso con un segundo acto el viernes.

Todo parece indicar hasta el momento que el líder del PSOE (Partido Socialista Obrero Español) no obtendrá en esta ocasión la mayoría absoluta que necesita para ser investido presidente, ya que sólo cuenta con el apoyo de Ciudadanos, partido de centroderecha con el que la semana pasada firmó un pacto de legislatura. Tanto Podemos como el Partido Popular (PP) anunciaron que no respaldarían a Sánchez, tampoco las formaciones independentistas ni las confluencias de izquierda, por lo que los 130 diputados que suman socialistas y Ciudadanos no serían suficientes para alcanzar los 176 que suponen la mayoría absoluta en el Congreso y el viernes tendría que repetirse la votación. En ese segundo debate, Sánchez necesitaría mayoría simple (más “sí” que “no”), hecho que –de mantenerse la postura que hasta hoy defiende el resto de partidos– tampoco sería posible.

En este contexto –y tras un mes de negociaciones– el candidato propuesto por el Rey para la presidencia de España subió ayer al estrado del Parlamento y profirió un discurso durante poco más de hora y media. Sus palabras apuntaron, principalmente, a un objetivo: Podemos. El partido de Pablo Iglesias abandonó el diálogo con el PSOE el pasado jueves, luego de que Sánchez firmara un acuerdo con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y ahora el socialista no pierde ocasión de reprochárselo. Ante los 350 diputados que lo aguardaban, Sánchez apeló, ya desde los primeros minutos, a la necesidad de entendimiento urgente entre formaciones porque “los españoles esperan de noso- tros que evitemos la campaña electoral”, según señaló al inicio de su discurso y acto seguido, en clara alusión al rechazo de Iglesias, advirtió: “No nos vale la imposición, el chantaje y el abandono de la mesa de negociación. Necesitamos ceder, entendernos e ilusionarnos por el cambio”.

Pedro Sánchez enfocó su larga intervención hacia la imperante necesidad de un “gobierno del cambio y del diálogo” que recupere al país de la degradación política y social de “la era” de Mariano Rajoy. El candidato socialista aseguró desde la tribuna que “18 millones de españoles votaron no a la continuidad del actual gobierno” y, para cumplir ese mandato, es urgente alcanzar un acuerdo que evite volver a las urnas (y correr el riesgo de que el PP vuelva a ser la fuerza más votada). “Si la investidura no finaliza con la elección de un presidente habremos hecho mal nuestro trabajo”, alertó y, por eso, durante toda la sesión, Sánchez llamó a Podemos a comenzar el cambio “la próxima semana”.

Desde su escaño, Pablo Iglesias recibía con sonrisa escéptica los ofrecimientos del socialista y confirmaba así la negativa que ya anunció que daría a su investidura. El pacto firmado con el dirigente de centroderecha, Albert Rivera, supuso para los de Podemos un portazo a todo posible acuerdo con el PSOE, dado que lo consideran un refuerzo de las medidas económicas de austeridad impulsadas por Rajoy, y que no garantiza la recuperación de los derechos sociales perdidos durante su legislatura.

Por eso, tanto Podemos como las confluencias de izquierda regionales –En Marea, En Comú Podem y Compromís– e Izquierda Unida (IU) mantuvieron intacta su postura después de haber escuchado la intervención de Pedro Sánchez en el debate. “Si el acuerdo con Ciudadanos sigue vigente nuestro ‘no’ es rotundo”, aseveró el portavoz de IU, Alberto Garzón y, por su parte, el número dos de Podemos, Iñigo Errejón, ratificó también tras el Pleno su “no a una serie de vaguedades que pretenden hacer una cosa y la contraria” y se mostró “decepcionado” con el discurso del candidato socialista que, según su opinión, fue “un conjunto de buenas intenciones” y una intervención “a la carta”.

Sánchez, sin embargo, no se da por vencido. Pese a que en el debate de ayer lo escuchaban 219 diputados que ya declararon votar en su contra, él defendió hasta el cansancio su tesis de un “gobierno de coalición”. Para el socialista, “hay una amplia mayoría que defiende, desde diferentes sensibilidades, un cambio de gobierno, un cambio de las políticas que se han impuesto y un cambio en las formas de gobernar” y asegura, pese a las reiteradas negativas de los partidos de izquierda a apoyar su acuerdo con Ciudadanos, que existe una opción conjunta entre quienes rechazan el mandato del PP, que él denomina –tal como repitió innumerables veces durante su discurso– “gobierno del cambio”.

“Existe un amplio acuerdo sobre los cambios que queremos en materia de regeneración democrática, reconstrucción del Estado del bienestar, reactivación y modernización económica, creación de empleo con derechos y lucha contra la dualidad del mercado laboral, o el combate sin cuartel contra la corrupción. Sólo hay dos opciones. Nos quedamos parados o nos ponemos en marcha”, advirtió Sánchez desde la tribuna, remarcando la idea de que si Rajoy sigue al frente del Estado será porque Podemos no quiso responder a su llamada y plegarse al pacto con Ciudadanos.

“No hay mayoría suficiente en este Parlamento para sumar un gobierno de izquierdas”, admitió en un momento el secretario general del PSOE, justificando así su polémico acuerdo con el joven partido conservador. En su insistencia al diálogo sin “renunciar a nada, ni traicionar a nadie”, Sánchez no dudó en agradecer directamente a Albert Rivera “por su valentía y coraje”. Según el socialista, “hasta la peor de las medidas propuestas en nuestro acuerdo con Ciudadanos es mejor que un gobierno de Rajoy”.

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