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El ex presidente Fidel Castro dijo que Cuba “no necesita que el imperio le regale nada” y que su pueblo no renunciará a “la gloria, los derechos y a la riqueza espiritual que ha ganado con el desarrollo de la educación, la ciencia y la cultura”. En un artículo titulado “El hermano Obama” publicado ayer por la prensa oficial cubana, Castro contrastó el llamado del presidente Barack Obama a dejar atrás el pasado con las agresiones infligidas a la isla por los gobiernos norteamericanos. En un comunicado, la Casa Blanca señaló ayer que las críticas al viaje del mandatario estadounidense demuestran que la visita tuvo su “efecto previsto” en el sentido de “aumentar la presión” para que el Gobierno de la isla mejore su respeto a los derechos humanos.
La nota del líder de la Revolución Cubana apareció cuando falta menos de un mes para el inicio del Séptimo Congreso del Partido Comunista Cubano (PCC), el próximo 16 de abril, fecha en que se conmemorará el 55º aniversario de la proclamación del carácter socialista de la revolución, y a cinco años del anterior simposio, que propuso las reformas para construir un “socialismo próspero y sostenible”. “Nuestros esfuerzos serán legales y pacíficos, porque es nuestro compromiso con la paz y la fraternidad de todos los seres humanos que vivimos en este planeta”, escribió Castro. De 89 años y retirado del poder en 2006, el ex mandatario cubano analizó en su reflexión el discurso que Obama ofreció el martes pasado en el Gran Teatro Alicia Alonso, de La Habana.
Sobre la invitación del visitante a olvidar el pasado y mirar el futuro, Castro consideró que utilizó las palabras más almibaradas y agregó que los cubanos corrieron el riesgo de un infarto al escuchar al presidente de Estados Unidos hablar de cubanos y estadounidenses como amigos, familia y vecinos. “Tras un bloqueo despiadado que ha durado ya casi 60 años, ¿y los que han muerto en los ataques mercenarios a barcos y puertos cubanos, un avión de línea repleto de pasajeros hecho estallar en pleno vuelo, invasiones mercenarias, múltiples actos de violencia y de fuerza?”, se preguntó.
A su vez, recordó la invasión de Bahía de Cochinos, en 1961, cuando “una fuerza mercenaria con cañones e infantería blindada, equipada con aviones, fue entrenada y acompañada por buques de guerra y portaaviones de Estados Unidos” atacó por sorpresa a Cuba. “Nada podrá justificar aquel alevoso ataque que costó a nuestro país cientos de bajas entre muertos y heridos”, sostuvo Castro sobre aquel acontecimiento que profundizó la división entre Cuba y Estados Unidos. El líder histórico cubano también criticó que Obama, al hablar sobre el origen mestizo tanto de Cuba como de Estados Unidos, no mencionara que “la discriminación racial fue barrida por la Revolución”, que aprobó “el retiro (jubilación) y el salario de todos los cubanos” antes de que el presidente estadounidense cumpliera 10 años.
Con respecto al Congreso del PCC, el diario Granma señaló que más que “desplegar a mitad de camino un nuevo proceso de debate a escala de toda la sociedad (como ocurrió en 2011), lo que corresponde es terminar lo iniciado, continuar la ejecución de la voluntad popular expresada hace cinco años y seguir avanzando por el rumbo que trazó el Sexto Congreso”, el primero que planteó reformas para salir del estatismo total en el país.
Y agregó que el próximo congreso “permitirá delinear con mucha más exactitud el camino a recorrer para que nuestra nación, soberana y verdaderamente independiente desde el triunfo del 1º de enero de 1959, pueda construir un socialismo próspero y sostenible”.
Los 1000 delegados del partido elegidos por los militantes para asistir al congreso debatirán varios documentos: uno sobre la marcha de la economía en el período 20112015; otro sobre cumplimiento de las reformas y un tercero sobre el plan de reformas para la etapa 20162021. Además, analizará otro documento que recoge una conceptualización del modelo económico y social cubano de desarrollo socialista, así como el programa de desarrollo económico y social previsto hasta 2030. Algunos analistas esperan que en el próximo congreso se tomen decisiones sobre el relevo de poder en Cuba, ya que el presidente Raúl Castro tiene previsto dejar el cargo en 2018, aunque el artículo de ayer en Granma no mencionó nada al respecto.
Respecto a los dichos de Fidel Castro, el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, señaló que el hecho de que el ex presidente “se sintiera obligado a responder de forma tan contundente” es una indicación del “significativo impacto de la visita del presidente Obama a Cuba”. Earnest reaccionó así al artículo publicado en los medios oficiales de Cuba. “Nos agradó mucho la recepción que Obama recibió del pueblo cubano, y la conversación que pudo tener con funcionarios cubanos”, sostuvo el portavoz estadounidense.
Obama pudo dejar claro en privado y en público que el compromiso estadounidense con los derechos humanos “es sólido como una roca, y que eso no va a cambiar”, de una forma que “no habría sido posible si no hubiera hecho el viaje”, agregó. Earnest destacó que dos periodistas estadounidenses pudieron hacer preguntas al mandatario cubano, Raúl Castro, sobre los derechos humanos en la isla durante una conferencia de prensa en La Habana. “Son cosas que nunca han pasado antes, y creo que eso genera más presión sobre el Gobierno cubano”, dijo.
Consultado sobre si la Casa Blanca tiene previsto invitar a Raúl Castro a visitar Washington en los próximos meses, Earnest respondió que no está previsto de momento, porque Estados Unidos considera que la visita de Obama a Cuba permitió progresos en varias áreas. En sus reuniones en La Habana, Obama dejó claro que para él es una prioridad que se avance en las negociaciones sobre justicia y extradición de fugitivos de ambos países, tema que supone un “verdadero factor de tensión” en la relación, según Earnest.
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