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Grecia devolvió ayer 220 migrantes y refugiados a Turquía, en el marco del acuerdo alcanzado entre la Unión Europea (UE) y Turquía y de un tratado bilateral entre Atenas y Ankara.
Dos barcos trasladaron ayer a 124 migrantes desde las islas griegas del Egeo hasta la ciudad costera turca de Dikili, cumpliendo con el acuerdo UETurquía. Según la televisión helena ERT, se trataba de personas procedentes de Pakistán, India, Marruecos, Irak y Palestina que no habían presentado solicitudes de asilo en Grecia. Las autoridades turcas devolvieron a un paquistaní a Grecia, al parecer por problemas con la identidad del hombre. Por el momento no se prevén más devoluciones, ya que primero tienen que estudiarse las peticiones de asilo de otros migrantes y refugiados, apuntaron círculos policiales griegos.
Las devoluciones forzosas en virtud del acuerdo de inmigración suscrito entre la UE y Turquía comenzaron el lunes, con la devolución de 202 personas, pero después se suspendieron hasta ayer. Dicho acuerdo establece que los inmigrantes que desde el 20 de marzo hayan llegado a Grecia de forma ilegal, serán devueltos a Turquía. Sólo se exceptúa a los que solicitan asilo y puedan demostrar que en Turquía son perseguidos. Por cada sirio que se devuelve a Turquía, la Unión Europea acoge a otro que se encuentre en Turquía, que entra así de forma legal y directa al bloque.
Algunos activistas protestaron ayer contra lo que han denominado “deportaciones” de inmigrantes. Tres de los activistas saltaron al agua y se aferraron al ancla, para impedir que zarpara, según se ve en las imágenes de televisión. Miembros de la guardia costera intervinieron y finalmente la embarcación partió. El jueves los inmigrantes en Quíos y Samos protestaron por su devolución a Turquía, a la que se oponen.
Por otro lado, Grecia devolvió también ayer a 97 migrantes llegados de forma ilegal desde Turquía de acuerdo con el acuerdo bilateral que existe entre los dos países desde hace 14 años. Se trata de 71 paquistaníes, 20 bangladeses, tres argelinos, dos iraníes y un marroquí, que fueron llevados a Turquía a través del paso fronterizo de Kipoi-Ipsala, en el río Evros (Meriþ, en turco).
En tanto, miles de migrantes y refugiados siguen varados en Grecia desde el cierre de la denominada ruta de los Balcanes. Durante la noche del jueves, la policía en Quíos puso fin a la ocupación parcial del puerto por parte de 300 migrantes. En Samos, la policía pudo convencer a los cerca de 250 inmigrantes para que regresaran a su campamento, del que se habían marchado, según informan medios locales. Pese al cierre de las fronteras europeas y las devoluciones, siguen llegando refugiados e inmigrantes desde Turquía a Grecia.
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