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El mundo|Martes, 21 de junio de 2016
La Coordinadora Nacional de Educación denunció ocho muertos en las protestas en Oaxaca; según las autoridades son seis

Una nueva matanza de la policía mexicana

Durante 15 horas de enfrentamientos de maestros con fuerzas federales y estatales de Oaxaca, al menos ocho personas habrían sido asesinadas este domingo. Medios locales registraron 94 heridos y 21 detenidos. Sigue impune el caso Ayotzinapa.

Por Gerardo Albarrán de Alba
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Durante las últimas semanas, los maestros han bloqueado rutas y calles en varios estados del país, como en Oaxaca.

Página/12 En México

Desde Ciudad de México

Durante poco más de 15 horas de enfrentamientos de maestros con fuerzas federales y estatales de Oaxaca, al menos ocho personas habrían sido asesinadas el domingo pasado. Hasta el momento, ninguna autoridad ha sido responsabilizada por las muertes denunciadas por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), un grupo disidente del oficialista Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Versiones periodísticas registran 94 heridos y 21 detenidos.

Durante las últimas semanas, maestros han bloqueado rutas y calles en varios estados del país, particularmente Michoacán, Chiapas y Morelos, además de realizar constantes manifestaciones incluso en la capital del país. Oficiales de gobierno citados permanentemente por la prensa mexicana y extranjera han reducido los motivos del conflicto a la oposición de una parte del magisterio a someterse a una evaluación nacional como parte de una reforma educativa forzada desde el gobierno de Peña Nieto. En realidad, el problema es mucho más complejo y pasa por el desmantelamiento del poder sindical magisterial y el sometimiento de la disidencia, incluyendo el encarcelamiento de sus principales dirigentes, hace una semana, a los que se le endilgaron cargos por lavado de dinero entre 2013 y 2015, cuando la propia sección 22 controlaba la nómina de los maestros oaxaqueños.

Ayer, un centenar de artistas e intelectuales encabezados por el pintor Francisco Toledo condenó “la provocación y hostilidad por parte de las autoridades” y exigió al presidente Peña Nieto y al gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, poner alto a las incursiones policíacas para reprimir a maestros y población e instalar inmediatamente una mesa de diálogo con la CNTE.

El gobierno mexicano no respondió a estas demandas expresadas en una carta abierta. Para el presidente Enrique Peña Nieto, el tercer lugar obtenido por el piloto de Fórmula 1 Sergio Pérez en el Gran Premio de Europa que se corrió el mismo domingo en la nueva pista de Bakú, capital de Azerbaiyán, y el comercial festejo del Día del Padre fueron más importantes que los asesinatos ocurridos durante el conflicto en Asunción Nochixtlán, San Pablo Huitzo y en la ciudad de Oaxaca. Peña Nieto les dedicó tuits a los dos primeros eventos. Ante el conflicto social guardó silencio. “Papá, gracias por tanto. Te abrazo con el corazón donde quiera que estés”, fue el primer tuit de Peña Nieto el domingo. Más tarde: “Muchas felicidades,

@SChecoPerez. Muy merecido este podio para ti #EuropeGP”. Después, nada. El medio día de ayer, en cinco tuits dijo: “Ante los lamentables hechos de violencia ocurridos el día de ayer en Nochixtlán, Oaxaca: Lamento la pérdida de vidas humanas. Mi solidaridad con sus familiares, así como con las personas que resultaron heridas. Di indicaciones a las instituciones de salud del @Gobmx para que apoyen al Gobierno de Oaxaca en la atención de los lesionados. La @PGR_mx <https://twitter.com/PGR_mx> apoyará a la Fiscalía Gral. del Estado de Oaxaca en la investigación para deslindar responsabilidades y castigar a responsables. He girado instrucciones para que, en el marco de la ley, se tomen las acciones necesarias para solucionar el conflicto”.

La oficina del presidente no emitió ningún comunicado oficial.

Opositores a Peña Nieto condenaron la estrategia mediática. “Ojalá los subordinados de Peña Nieto chequeen sus redes sociales y se enteren de las instrucciones presidenciales”, ironizaron en Facebook. En el sitio oficial de internet de la Presidencia de la República no hay alusión alguna al conflicto.

Peña Nieto se dio tiempo de tuitear sobre Oaxaca ayer mientras recibía las cartas credenciales de la nueva embajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson, en una ceremonia con los también nuevos embajadores de Argentina, República Popular de Corea, Armenia y Emiratos Arables Unidos. Mientras, la tensión crece en el país.

En Oaxaca, un policía estatal comentó que los enfrentamientos habían escalado en forma desproporcionada. “Esto ya superó lo de 2006”, dijo el oficial citado por el diario La Jornada, en alusión al conflicto entre maestros y autoridades estatales que hace 10 años cimbró al país y exacerbó la tensión postelectoral tras las denuncias de fraude electoral que llevaron a la Presidencia de la República al derechista Felipe Calderón.

La violencia en Oaxaca respondió a un gobernador represivo, el priista Ulises Ruiz, y radicalizó al movimiento magisterial, que derivó en la formación de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) que tomó el centro de la ciudad de Oaxaca, varias oficinas públicas, estaciones de radio y la universidad estatal, desde mediados de junio hasta finales de octubre de 2006, cuando fueron sometidos por la Policía Federal Preventiva, enviada por el entonces presidente Vicente Fox, en auxilio del priista Ulises Ruiz, quien más tarde fue abandonado por todos los partidos que exigieron su salida del gobierno, la misma demanda que dio origen a la APPO y provocó un violento conflicto de casi seis meses con un saldo de cuatro personas muertas.

Una década después, y en una sola jornada de enfrentamientos, los muertos fueron al menos seis, según las autoridades, aunque la comisión política de la disidente sección 22 del SNTE, afiliada a la CNTE, aseguró que fueron ocho personas asesinadas en los operativos de la policía federal y estatal en tres ciudades de Oaxaca, incluyendo la capital del estado, pero no identificó por nombre a las supuestas víctimas, sólo aseguró que se trataba de “maestros, padres de familia y manifestantes”. Lo que sí dijo fue que, además, hay 22 desaparecidos y 45 heridos de bala.

Desde la noche del domingo, la CNTE exigió la renuncia del gobernador Gabino Cué, quien ocupa ese cargo gracias a una coalición entre el izquierdista PRD y el derechista PAN, una alianza que les ha funcionado para arrebatarle posiciones difíciles al oficialista PRI que, por cierto, recuperó el estado al ganar la gubernatura en las elecciones del pasado 6 de junio. Por lo pronto, el secretario de Asuntos Indígenas del gobierno de Oaxaca, Adelfo Regino Montes, renunció a su cargo en protesta por la masacre, hecho que calificó de “indignante”. El ahora exfuncionario declaró que “no puedo formar parte de un gobierno que usa la fuerza pública y la represión como salida, en lugar de apostar al diálogo”.

Ayer, varios puntos de Oaxaca permanecían bloqueados por maestros afiliados a la CNTE, particularmente en la zona del Istmo de Tehuantepec. Las delegaciones en varias partes del país se movilizaban en marchas y realizaban bloqueos de rutas, como los que hicieron junto con estudiantes de la normal rural de Amilcingo, en Morelos, que cortaron intermitentemente la circulación en la carretera federal que une a Cuernavaca con la Ciudad de México, donde se preparaban varias marchas en apoyo a los maestros de Oaxaca, que ayer mismo organizaron un impresionante sepelio para sus muertos en Nochixtlán.

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