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El mundo|Sábado, 10 de enero de 2004
EN PLENA CAMPAÑA ELECTORAL, EL PRESIDENTE LANZA UNA COLONIA LUNAR

Una chance de mandar a Bush a Marte

El miércoles de la semana próxima, George W. Bush lanzará un plan de conquista del espacio para conquistar su reelección en noviembre.

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El astronauta Edwin E. Aldrin Jr. baja la rampa del módulo lunar el 20 de julio de 1969.
Tres décadas y media más tarde, el presidente de EE.UU. propondrá una colonia humana permanente.
Por Andrew Buncombe *
Desde Washington

Treinta y cinco años después de que un astronauta pusiera el pie por primera vez en la seca, muerta superficie de la Luna, Estados Unidos va a revivir las misiones lunares tripuladas como un escalón intermedio en el envío de seres humanos a Marte. El presidente George Bush anunciará la semana próxima planes para revigorizar el programa de la NASA –todavía golpeada por el desastre del transbordador Columbia el año pasado– estableciendo una colonia humana permanente en la Luna. “Va a ser un unificador, no un divisor –dijo a periodistas un asesor de la Casa Blanca–. Vamos a tratar de reunir a la gente emocionalmente en torno de un gran propósito nacional.”
El anuncio de Bush el próximo miércoles indudablemente capturará la atención nacional, como lo hizo el presidente John F. Kennedy en mayo de 1961 cuando dijo que creía que “esta nación debe comprometerse a lograr el objetivo, antes de que termine la década, de hacer aterrizar a un hombre en la Luna y traerlo con seguridad de vuelta a la Tierra”. Fuentes de la Casa Blanca han admitido que Bush aspira a lograr lo que llamó “un momento Kennedy”. Pero sus críticos dicen que el momento del anuncio está elegido para impulsar la campaña de reelección del presidente. Ya esta semana, Bush anunció una amnistía para trabajadores hispanos ilegales que fue visto como un buen truco preelectoral y muchos creen que este proyecto es poco más que politiquería propulsada con nafta espacial.
Hasta ahora el presidente Bush ha mostrado poco interés personal en la exploración del espacio. Ralph Hall, un miembro republicano del Comité de Ciencia de la Cámara de Representantes, ha dicho que estuvo tratando de interesar más al presidente en los viajes al espacio. “Durante los últimos dos años y medio, he tenido la impresión de que la gente preferiría hacer un viaje al supermercado antes que a la Luna, debido al estado de la economía.” El programa espacial norteamericano ha estado paralizado desde febrero último, cuando el transbordador espacial Columbia se desintegró en su regreso a Cabo Cañaveral después de una misión orbital de rutina. Murieron siete astronautas y una investigación detallada y compleja reveló que el transbordador había sido dañado de modo irreparable en la etapa del despegue, cuando su ala izquierda fue golpeada por un trozo de espuma aisladora endurecida que se desprendió del tanque de combustible externo de la nave. Desde entonces, el vicepresidente Dick Cheney ha encabezado una fuerza de tareas que examina opciones para el futuro de la NASA.
Todo regreso a la Luna enfrentaría dificultades serias, y los científicos admiten que efectivamente estarían empezando desde cero. Los cohetes, el equipamiento e incluso los planes que pusieron a 12 norteamericanos en la Luna en siete misiones de alunizaje entre 1969 y 1972 han sido abandonados o perdidos. Y los ingenieros que estuvieron involucrados se han retirado. Para las misiones de alunizaje, la NASA construyó naves específicamente diseñadas para un solo descenso y estadías breves. Las reservas de emergencia de electricidad y combustible propulsor eran muy limitadas, lo que casi costó las vidas de los astronautas de la única misión de alunizaje que falló, la Apolo 13.
Los expertos dicen que establecer una colonia permanente requeriría una gran “nave madre” capaz de trasladar tripulaciones y un gran inventario de suministros, así como una nave de alunizaje equipada para transportar a los astronautas a la superficie de la Luna. Viajar a Marte requeriría multiplicar muchas veces los suministros, el combustible, el oxígeno y las dimensiones de la tripulación. Llegar a la Luna puede tomar sólo tres días, pero una misión a Marte demandaría tres años.
Con EE.UU. enfrentando el déficit federal más grande de su historia, se ha hablado poco del costo del proyecto, y ha trascendido que la propuesta ha resultado polémica, incluso dentro de la propia Casa Blanca. Un asesor ha dejado trascender que la propuesta le parece “una locura”. Y Douglas Osheroff, un Premio Nobel de Física y miembro del panel sobre el Columbia, dijo: “El costo de un enclave habitado en la Luna va a hacer que la estación espacial internacional parezca barata... En cualquier caso, creo que estamos a 30 años de ir a Marte, y si hay alguna razón para hacer eso, yo no la conozco”.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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