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El mundo|Martes, 19 de marzo de 2002

–Y ahora ¿quién podrá defendernos? –Yo, Lionel Jospin, pero no tanto

En un contexto europeo que vira a la derecha, el premier francés presentó su programa para las presidenciales de abril.Pero no se distingue tanto del derechista Jacques Chirac.

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Lionel Jospin (centro), su vocera, Martine Aubry (izq.), y el líder socialista François Hollande.
Página/12
en Francia
Por Eduardo Febbro
Desde París

Doce millones de ejemplares contra ocho, 24 páginas contra 40 y un contenido a veces cercano, otras totalmente distinto, los dos proyectos políticos más importantes de las elecciones presidenciales de abril próximo fueron presentados respectivamente por el presidente conservador y candidato a su reelección Jacques Chirac y el premier socialista Lionel Jospin. Chirac lo hizo el viernes, tres días antes que Jospin, mediante un cuaderno de 24 páginas editado en 12 millones de ejemplares y organizado en torno a ocho compromisos. Lionel Jospin presentó el suyo el lunes en un elegante cuaderno de 40 páginas editado en ocho millones de ejemplares que se articula alrededor de cinco compromisos. En un texto que recoge tanto las inquietudes de la derecha como del centro, el mandatario francés se compromete a “detener la violencia, renovar las solidaridades que fundan nuestra comunidad nacional, restablecer la igualdad de posibilidades en la escuela, devolverle su lugar al trabajo y al mérito, liberar las energías de los franceses y hacer de la Europa unida nuestro horizonte”.
Amplio programa compuesto por ideas que forman un ramo consensual (un poco para todos) contra el cual Jospin, en vez de un programa firme, propone de hecho una serie de orientaciones basadas en cinco compromisos para una Francia “activa, segura, justa, moderna y fuerte”. Para llegar a sus fines, el candidato socialista se fija un objetivo de crecimiento del orden del tres por ciento. El actual jefe de gobierno pone el acento en la reducción de los gastos públicos y promete privilegiar los “gastos de seguridad, de la justicia y los gastos para el porvenir” (educación, capacitación, formación, nuevas tecnologías y medio ambiente). En el capítulo del desempleo, el candidato socialista adelanta la idea de acelerar el descenso de los impuestos a fin de favorecer el empleo, la justicia social y las ganancias ligadas a la actividad económica.
Lionel Jospin se fija un ambicioso objetivo que consiste en reducir en unas 900.000 personas el número de desempleados de aquí al año 2007. Los socialistas presentan también un “contrato de capacitación profesional válido para todo lo largo de la vida profesional”, con el cual cuentan con las 35 horas semanales aplicadas a partir de 1995. En un plano más internacional, las orientaciones socialistas no mencionan más como antes la aplicación de la tasa Tobin sobre los movimientos de capitales y sólo menciona “una tasa internacional sobre los flujos financieros a corto plazo”. Fiel a las propuestas de la izquierda plural, el premier defiende la anulación de la deuda para los países en vías de desarrollo y el derecho de voto para los extranjeros.
En el programa de su rival conservador, Jacques Chirac hace hincapié en la lucha contra el desempleo y propone como solución un descenso general de las cargas patronales. En lugar de la intervención directa
del Estado, el candidato de la derecha sostiene que esa es lasolución más eficaz para reactivar el mercado de trabajo. Respondiendo casi punto por punto a los cinco argumentos de Jospin, Chirac afirma que “Francia es menos segura .-se comete un crimen cada 7 segundos–, es menos activa, menos fuerte, menos justa y menos moderna”. En lo que atañe a la gran realización de los últimos cinco años del gobierno de Lionel
Jospin, es decir las 35 horas semanales sin pérdida de salario, Chirac promete que ese principio se mantendrá pero estará acompañado por una “suavización” de la ley que se negociará entre los interlocutores sociales.
Comparado a este esquema, los socialistas eligieron un camino más moderado que el señalado en la campaña para las elecciones presidenciales de 1995 y luego en las legislativas anticipadas que ganaron en 1997. Loprimero que se destaca en el texto de Jospin es que la palabra “socialista” figura una sola vez a lo largo de las 40 páginas: “La lucha contra la desigualdad forma parte de la identidad del socialismo, de la izquierda y, más allá, de la identidad de Francia”. El texto socialista es el fiel reflejo del pensamiento de los llamados “modernos”, es decir, de los moderados del PS que miran desde el centro. Cabe resaltar que en el cuaderno programa de Jospin figuran también un par de ideas inspiradas directamente del laborismo del premier británico Tony Blair. Este decía “hay que ser duros con el crimen y duros también con las causas del crimen”.

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