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El mundo|Domingo, 3 de julio de 2016
TRAS 12 HORAS DE TOMA, MATARON A VEINTE REHENES Y A SEIS TERRORISTAS EN EL LOCAL DE LOS CHEFS ARGENTINOS EN BANGLADESH

El peor desenlace para el ataque al restaurante

Un total de 28 personas murieron en Daca, incluyendo a seis de los atacantes y a dos policías fallecidos el viernes en el asalto inicial, que fue reivindicado tanto por el Estado Islámico como por Al Qaida.

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Herido en el asalto al restaurante de Bangladesh que fue atacado por islamistas radicales, un policía se desangra a la espera de atención médica.

El grupo de jihadistas que atacó el viernes un restaurante de dos chefs argentinos en la capital de Bangladesh asesinó a 20 rehenes, entre ellos nueve italianos y un estadounidense, antes de que el Ejército irrumpiera ayer en el lugar y matara a seis atacantes tras un cerco de 12 horas.

Un total de 28 personas murieron en el ataque en Daca, incluyendo a seis de los atacantes y a dos policías fallecidos el viernes en el asalto inicial al ataque, que fue reivindicado tanto por el Estado Islámico (EI) como por la rama de Al Qaida en el subcontinente indio. El único de los dos argentinos que se encontraba en el lugar logró escapar ileso al inicio del ataque, saltando al vacío desde cuatro metros de altura pero sobreviviendo de esta manera a lo que ayer describió como una película de terror. La primera ministra del país, Sheikh Hasina, calificó la toma de rehenes de ataque terrorista, pero no nombró a ninguna organización como responsable. “No vamos a tolerar ningún acto terrorista en Bangladesh”, declaró.

El ataque marcó una dramática escalada en una campaña lanzada hace 18 meses por extremistas islámicos que hasta ahora había estado dirigida mayormente contra individuos que bregan por una forma de vida secular en este país musulmán y de 160 millones de habitantes. Los hechos comenzaron al atardecer cuando siete jóvenes provistos de granadas, pistolas, rifles y machetes ingresaron al restaurante, ubicado en la zona de la ciudad donde están las sedes diplomáticas. Una vez en el lugar, ordenaron a todos los bangladesíes identificarse antes de comenzar a matar a los que eran extranjeros o a los que no sabían recitar el Corán, dijeron ayer fuentes de seguridad y testigos citados por los medios locales.

Numerosos contingentes de diversos cuerpos de seguridad y tanquetas del Ejército se apostaron en torno al restaurante poco después de iniciado el ataque, dando comienzo a un largo sitio. Unas 12 horas después, efectivos del Ejército y de otras fuerzas irrumpieron finalmente en el local con los primeros rayos de luz y, a las pocas horas, la primera ministra comunicó a la nación que seis de los atacantes habían muerto y que uno fue capturado con vida. Trece rehenes, incluidos bangladesíes, el argentino y de otras nacionalidades como ceilandesa, india, italiana y japonesa, escaparon o fueron liberados durante el operativo, que sin embargo llegó demasiado tarde para otros 20 cautivos, acuchillados muchos de ellos por los extremistas, explicó ayer en rueda de prensa el general Nayeem Ashfaq, director de la operación. Lo hicieron tras comprobar quiénes sabían recitar el Corán, de acuerdo con la versión del padre de uno de los bangladesíes liberados que recoge el rotativo local The Daily Star.

“Algunos de los 20 rehenes muertos son bangladeshíes, otros son extranjeros. Hasta que la Policía traiga los cadáveres y sean limpiados, no podrán ser identificados”, aseguró el oficial Moahim, del Ejército. A las víctimas civiles y jihadistas se sumaron dos mandos policiales, que murieron en las primeras horas en tiroteos con los terroristas, y al menos otras 26 personas resultaron heridas, en su mayoría agentes. “¿Qué tipo de musulmanes son que en vez de rezar realizan ese tipo de actos?”, denunció la primera ministra Hasina tras varias horas de silencio oficial sobre un ataque ocurrido en las postrimerías del mes sagrado islámico del Ramadán.

En Estados Unidos, la Casa Blanca condenó ayer en los términos más enérgicos el ataque ocurrido en Daca y dijo que entre los muertos hubo un ciudadano norteamericano. La virtual aspirante demócrata a la presidencia, Hillary Clinton, condenó el atentado y subrayó que se trata de un ataque contra todos, por lo que no hay que retroceder ante el miedo y el odio. “Las víctimas en Daca eran de todas partes, de Italia, de Japón, de la India, y, por supuesto, de Bangladesh. Hemos sabido que al menos tres asistían a la universidad aquí en Estados Unidos, incluyendo un ciudadano estadounidense. Hoy, decimos con una sola voz: esta campaña de miedo, odio y violencia no tendrá éxito”, subrayó en un comunicado. “No vamos a retroceder. No nos vamos a dar la espalda los unos a los otros. Estados Unidos se mantiene firme con nuestros amigos y aliados en la lucha para derrotar al Estado Islámico y al jihadismo radical en todo el mundo. Nuestros pensamientos y oraciones están con las víctimas, sus familias y el pueblo de Bangladesh”, agregó la aspirante demócrata.

En Italia, la Cancillería comunicó que nueve italianos fallecieron en el ataque, sobre un total de 11 que había en el restaurante. Además, siete japoneses y un indio también murieron, dijeron los gobiernos de sus respectivos países. El viernes, la Cancillería argentina condenó el ataque y expresó su solidaridad hacia el gobierno y el pueblo de Bangladesh, en especial hacia los familiares de las víctimas. Por su lado, el Consejo de Seguridad de la ONU condenó enérgicamente en un comunicado el atroz y cobarde ataque terrorista. El organismo reafirmó en un documento que el terrorismo constituye una de las amenazas más graves a la paz y la seguridad internacional. Mediante un comunicado difundido por su portavoz, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó el ataque y manifestó esperanza de que los responsables de este crimen sean identificados y llevados ante la justicia.

Inmerso en una ola de atentados selectivos de corte islamista desde 2013, Bangladesh no sufría grandes ataques extremistas desde la pasada década, aunque fuentes diplomáticas y expertos de seguridad habían alertado de la probabilidad de una acción coordinada de este estilo ante la deriva extremista. Las agresiones selectivas, generalmente a machetazos, se intensificaron en 2015 y han provocado la muerte de más de 40 personas en los últimos tres años, entre ellas fieles de minorías religiosas, seguidores de sectas no adscritas a la rama ortodoxa sunnita, activistas homosexuales, pensadores laicos o extranjeros. Algunas acciones han sido reivindicadas por el EI y otras por Al Qaeda, si bien las autoridades responsabilizan a grupos autóctonos.

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