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El mundo|Sábado, 1 de octubre de 2016
LA TASA SUPERA EL ONCE POR CIENTO Y LA CIFRA ES LA MAS ALTA DE LOS ULTIMOS AÑOS

Doce millones de desempleados en Brasil

En relación con el número del mismo trimestre del año pasado, la cifra actual representa incluso un aumento del 36,6 por ciento, con 3,2 millones más de desocupados que entonces.

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La favela Rocinha de Río de Janeiro, uno de los bolsones de pobreza que sufrió con el alza en el desempleo.

El número de desempleados en Brasil aumentó a 12 millones de personas en el último trimestre, la cifra más alta registrada en los últimos años, según informó ayer el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). La cifra corresponde a una tasa de desempleo del 11,8 por ciento en el trimestre cerrado en agosto. Según la medición, 583.000 personas más estaban sin empleo en relación con el periodo anterior (marzo-mayo).

En relación con el valor del mismo trimestre del año pasado, la cifra actual representa incluso un aumento del 36,6 por ciento, con 3,2 millones más de desempleados que entonces en la primera economía de América Latina. Entre junio y agosto de 2015, en el primer año cerrado con una recesión económica tras varios de crecimiento ininterrumpido, Brasil registró una tasa de desempleo del 8,7 por ciento.

De la población económica activa, unos 90,1 millones de personas tenían empleo en el último trimestre, según la estadísticas del IBGE.

Brasil cerrará 2016 con una recesión de más del tres por ciento por segundo año consecutivo. Los últimos cálculos parten de una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) del 3,16 por ciento, después del retroceso del 3,8 por ciento registrado en 2015.

El país más grande de América Latina, con unos 200 millones de habitantes, tuvo hasta 2014 durante varios años un fuerte crecimiento que lo convirtió en una de las primeras economías del mundo y lo consolidó como potencia regional.

El desgaste de su modelo económico y la caída de los precios del petróleo han sumido a Brasil sin embargo en una dura crisis económica, a la que se suman varios escándalos de corrupción en el aparato estatal y una grave crisis política e institucional.

La destitución de la presidenta Dilma Rousseff a finales de agosto por acusaciones de haber cometido irregularidades fiscales puso fin entonces formalmente a más de 13 años de gobierno del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT).

Los mercados esperan que la política más liberal del antiguo vicepresidente y sucesor de Rousseff, Michel Temer, del centroderechista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), contribuya a la reactivación de la economía brasileña.

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