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El mundo|Sábado, 21 de febrero de 2004
ESCASA CONCURRENCIA EN LA ELECCION PARLAMENTARIA

La rebelión de las urnas en Irán

Por Georgina Higueras *
Desde Teherán

Irán celebró ayer las elecciones más contestadas de los 25 años de historia de la República Islámica. Hasta hoy no está previsto que se conozca el índice de participación, sin duda el dato que más interesa de unos comicios que todos opinan que, gracias a las artimañas del Consejo de Guardianes, devolverán el Parlamento a los conservadores, los más fieles aliados del poder de los ayatolás. El panorama de los colegios electorales visitados por este periódico en Teherán no pudo ser más desolador.
“Es pronto”, “va a ser la hora de comer”, “están comiendo”, “ya es tarde” fueron las frases utilizadas por los responsables de los colegios para tratar de justificar la espectacular ausencia de votantes. Pese a ello, el gobierno decidió poco antes de cerrarse los colegios electorales extender otras tres horas más el período de votación, hasta las nueve de la tarde. “Si no inflan las urnas la abstención en todo el país rondará el 70 por ciento”, dijo el politólogo Mohamed Yamalí.
En Teherán la rebelión de las urnas contra los ayatolás es total. Sus 12 millones de habitantes se quedaron ayer en casa o se fueron a disfrutar del espléndido día a las cumbres nevadas que rodean el norte de la capital. En Irán se puede votar en cualquier colegio. Basta con enseñar la libreta de identidad, en la que se estampa un sello para impedir que se vote dos veces. Según denuncian los reformistas, agentes del régimen han esparcido por las aldeas del país el rumor de que quienes no tengan el sello de voto en la libreta de identidad no recibirán los subsidios para el pan, el arroz y otros alimentos básicos. En las zonas rurales es donde el régimen islámico tiene su caldo de cultivo y aunque no exista tal rumor se espera que en el campo la participación sea tres veces más alta que en las ciudades, donde podría situarse entre el 10% y el 20%.
La abstención obedece a un doble fenómeno. Por una parte, a quienes han seguido el consejo de Reza Jatamí, líder del Frente de Participación Islámica, el mayor partido reformista, de boicotear las elecciones porque son “ilegales” al haber sido descalificados por el Consejo de Guardianes, el órgano más poderoso del régimen, la mayoría de los candidatos reformistas. Por otra, la abstención es también un voto de castigo al reformismo que encabeza el presidente Mohamed Jatami y que, sobre todo para los jóvenes, no ha hecho más que alargar la vida de un “régimen agonizante y odioso”. La mayoría de los iraníes vaticina que el nuevo Parlamento estará formado casi exclusivamente por conservadores, como se denomina a los más firmes defensores del poder de los ayatolás.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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