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El mundo|Lunes, 12 de abril de 2004
AMENAZAN CON MATAR A LOS JAPONESES Y CAPTURAN a SIETE CHINOS

Noticias de los secuestros de Irak

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Un japonés muestra una viñeta en la que se burla de George W. Bush y Junichiro Koizumi.
Por David McNeill *

La fecha límite de ejecución de los tres japoneses secuestrados en Irak expiró ayer pero había señales alarmantes sobre el destino de los mismos. Según la agencia Kyodo, la persona que negociaba su liberación dijo al gobierno japonés que estaban sanos y cerca de Faluja. Se informó más tarde que las Brigadas de los Mujaidines –grupo de filiación poco conocida– los mantenían secuestrados y los matará “uno por uno” a menos que Japón se disculpe con el pueblo iraquí y retire sus tropas del país, dándole 24 horas más no prorrogables. Por otra parte, varios hombres armados secuestraron ayer a siete ciudadanos chinos en el centro de Irak, según informó la agencia oficial China Nueva citando a un diplomático chino destacado en Bagdad, pero no dio más detalle.
Los familiares del redactor free-lance Noriaki Imai, el trabajador voluntario Nahoko Takato y el fotoperiodista Soichiro Koriyama esperaron ansiosamente a ver si los liberaban. El grupo autodenominado “Brigadas de los Mujaidines” los secuestró hace tres días y amenazó con quemarlos –para ayer– hasta matarlos si Japón no retiraba sus tropas de Samawah, sur de Irak y acababa con su apoyo a la guerra liderada por Estados Unidos. Enviaron una cinta que mostraba a hombres enmascarados apuntándole al trío con rifles y cuchillos, transmitida por los canales Al Jazeera y APTN. Los captores dijeron el sábado que desistían de su decisión de matarlos gracias al pedido del Consejo de Ulemas, la máxima autoridad de los sunnitas en Irak, y que los rehenes iban a ser liberados ayer. Sus familiares pidieron otra vez que el gobierno del premier Junichiro Koizumi accediera a las demandas de los secuestradores. Representantes de los parientes pasaron un petitorio de 130 mil firmas reclamándole al premier que tome cartas en el asunto.
Dirigiéndose a los que manifestaban en contra de la guerra ayer en Tokio, la hermana de Takato, Ayako, dijo que quería que las tropas se replegaran para “salvar la vida” de los tres cautivos. “Por favor, no dejen que mi hermano muera”, clamó. Fuentes del gobierno japonés habían dicho temprano que iban a ser “liberados al mediodía”. Pero más tarde llegó la información sobre las nuevas condiciones que ponía el grupo captor. Un alto funcionario del gobierno, Ichiro Aisama, que está a cargo de una fuerza operativa en Amman, Jordania, dijo que las negociaciones continuaban con contactos imprecisos y estaban en un “nivel muy sensible”. Con la angustia de estar a la espera de noticias, los familiares de los secuestrados expresaban su frustración a los medios de comunicación. Naoko Imai, madre del secuestrado de 18 años de edad, Noriaki Imai, dijo que “estuve esperando su liberación desde temprano en la mañana. Estoy empezando a dudar de que regrese a casa”. La madre de Koriyama, Kimiko, dijo a su vez que “esperaba ver la cara de mi hijo al mediodía”, y de nuevo reclamó al premier Koizumi que “haga todo lo que pueda” para ayudar.
Mejor suerte tuvieron otros extranjeros en Irak. El británico Gary Teeley, secuestrado en Nasiriya, en el sur de Irak, fue liberado “sano y salvo”, dijo ayer el Ministerio de Relaciones Exteriores británico. Teeley fue secuestrado hace seis días en esa ciudad sagrada chiíta. Por otra parte, Al Jazeera informó –mostrando en imagen a los captores y sus rehenes– que un grupo armado liberó ayer a ocho camioneros, pero al dar el recuento total de sus nacionalidades habló de nueve: tres paquistaníes, dos turcos, un nepalés, un indio, un iraní y un filipino.
Koizumi, quien ha declarado que no se rendirá ante el terrorismo, se ha negado a recibir a los familiares. “No hay nada de lo que podamos hablar”, dijo. Pero las imágenes de los tres cautivos y sus aturdidas familias ocupando todas las emisiones de televisión a lo largo del país, y las manifestaciones fuera del Parlamento japonés nuevamente un llamado a ponerle fin al involucramiento de Japón en Irak, revelan que Koizumi está bajo intensa presión para solamente repetir la línea de “no negociación”.
Cientos de ciudadanos, organizaciones, periodistas y líderes del opositor Partido Democrático Social de Mizuko Fukushima se han sumado aleco de voces que exigen el retiro de la fuerza de autodefensa de Japón. Fukushima señaló que “Koizumi está rompiendo con la Constitución al enviar las fuerzas japonesas a Irak y es a quien hay que culpar por la crisis del secuestro. Debería asumir la responsabilidad y renunciar”.
Mientras monitorea la situación que se está dando en Irak y Japón, el premier también debe prestar atención a su invitado, el vicepresidente norteamericano Dick Cheney, que está actualmente en Tokio en una visita oficial. Cheney, cuya agenda de visita original consistía en la discusión de temas mundanos como la exportación de carne, urgirá a Koizumi a mantenerse firme cuando hoy se encuentre con él.
Entretanto, un sondeo que divulgó Kyodo este fin de semana reveló que la opinión pública japonesa se dividía equitativamente sobre la presencia de Japón en Irak, con más del 80 por ciento señalando que Koizumi sería el responsable de la muerte o daño de alguno de los ciudadanos japoneses allí. Un 45 por ciento dijo que se oponía a la política del gobierno de no responder a la demanda del retiro de sus tropas.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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