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El mundo|Domingo, 30 de mayo de 2004
UN ATAQUE DEJO 16 MUERTOS EN UNA CIUDAD DE ARABIA SAUDITA

Al Qaida vuelve a su propio hogar

La organización de Osama bin Laden, un expatriado saudita cuya familia es una de las más ricas del reino, se reivindicó un triple ataque con 16 muertos contra un complejo de residencias para extranjeros. Es el segundo ataque de este tipo en el mes.

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Una toma de TV muestra un auto incendiado tras el ataque.
Arabia Saudita vuelve a arder. Al menos 16 personas, entre ellas siete extranjeros y un niño, murieron ayer en un triple ataque reinvidicado por Al Qaida contra un complejo de edificios de oficinas y residencias para los empleados extranjeros de las compañías petroleras occidentales que operan en la ciudad de Al Khobar, a 400 kilómetros al este de Riad. El complejo El Oasis fue atacado por individuos armados que abrieron fuego en el edificio de oficinas y tomaron rehenes en el área residencial. Un estadounidense, un británico, dos filipinos, un indio, un paquistaní y un niño egipcio de diez años están entre las víctimas mortales. Hubo informaciones señalando que también murió un sueco, aunque esto no fue confirmado. Varios rehenes lograron escapar del edificio, mientras que otros fueron liberados por sus captores. Los hombres estaban atrincherados en un edificio de seis pisos con un número no precisado de cautivos de varias nacionalidades. Las fuerzas de seguridad se preparaban ayer por la noche para lanzar un asalto al edificio.
Los agresores, armados y vestidos con uniformes militares, irrumpieron por la mañana en las oficinas del complejo y luego se atrincheraron en el área residencial del complejo. Militares y miembros de brigadas especiales intentaban recuperar a los rehenes, que serían al menos 50, según una información que no fue confirmada. Las fuerzas de seguridad evacuaron en vehículos blindados y ambulancias a los habitantes del complejo y habrían abatido a cinco de los presuntos extremistas islamistas, cuyo número exacto se desconocía. Cientos de policías rodearon el Complejo Oasis, cuyo dueño es un empresario saudita, mientras helicópteros sobrevolaban la zona. Una serie de disparos y explosiones se escucharon ayer por la noche junto al edificio. Tres occidentales, dos mujeres y un hombre lograron escapar del edificio al escalar una valla mientras que tres rehenes holandeses fueron liberados. “Vamos a intentar repatriarlos a Holanda lo antes posible”, anunció una portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores en La Haya, aunque rehusó dar detalles sobre las circunstancias de su liberación o la identidad. El embajador del Líbano en Arabia Saudita, Ahmed Chammat, dijo que cinco rehenes libanos fueron liberados del complejo. Por su parte, el ministerio sueco de Relaciones Exteriores declaró que no puede confirmar si un ciudadano sueco figura entre los muertos. Un empleado del complejo había indicado que un sueco que trabajaba como cocinero en El Oasis había perdido la vida.
Oliver Alabaster, familiar de una residente del complejo que se escondió detrás de un placard y telefoneó a sus familiares en Estados Unidos, le dijo a la BBC: “Ella se despertó y vio que un hombre encapuchado entraba a una casa vecina y vio que su vecina salió corriendo por la puerta trasera, luego la vio con disparos en las piernas”. Otro testigo, Mohammed Sweidan, dijo: “Las ambulancias están entrando y saliendo del complejo. Escuchamos muchos disparos”.
La organización Al Qaida se adjudicó la autoría del atentado en una página web donde la red del millonario de origen saudí Osama bin Laden ya difundió mensajes en anteriores ocasiones. “Los mujaidines (combatientes) heroicos del Comando de Jerusalén pudieron, gracias a Dios, llevar a cabo el sábado en la mañana ataques contra compañías estadounidenses especializadas en el crudo y en las actividades de explotación, y que saquean los recursos de los musulmanes”, indica el comunicado firmado por la organización Al Qaida en la península arábica.
El príncipe Abdullah bin Abdulaziz acusó a los militantes de dañar deliberadamente la economía de su país. El príncipe heredero, que dirige de facto el reino debido a la delicada salud del rey Fahd, acusó a los “grupos marginales”, en referencia a los simpatizantes de Al Qaida, de “querer perjudicar la economía del reino y a los extranjeros. “Las fuerzas de seguridad, si Dios quiere, harán su tarea”, expresó. “Los extranjeros vinieron aquí para ser útiles a nuestro país, nosotros los invitamos. Los extremistas actúan contra ellos para que no vengan más”, declaró. El príncipe aseguró que las autoridades sauditas van a “perseguir y eliminar estos grupos” y reiteró el llamado a sus compatriotas para que denuncien a los sospechosos.
Se trata del segundo ataque sobre empleados extranjeros en el país este mes. El 1º de mayo, cinco extranjeros y un policía saudí fueron asesinados en un ataque a las oficinas de una empresa petroquímica en Yanbu, sobre la costa del mar Rojo. El gobierno saudita lanzó una ofensiva antiterrorista luego de los atentados con bomba en otro complejo residencial en Riad, atribuidos a Al Qaida, en los que murieron más de 50 personas. Hace un año, atacantes suicidas hicieron explotar sus autos simultáneamente en tres complejos habitados principalmente por extranjeros occidentales en Riad, 35 personas murieron y unas 60 personas resultaron heridas. El gobierno saudita sostiene que ha frustrado decenas de ataques terroristas en el reino, la mayoría de los cuales fueron adjudicados a Al Qaida.
La Embajada de Estados Unidos en Riad reiteró ayer su llamado a los estadounidenses para que abandonen el reino. “Luego de los ataques de Yanbu y los últimos de Al Khobar, la embajada reitera su llamado a los ciudadanos estadounidenses aconsejándoles abandonar el reino”, indicó un mensaje de advertencia.

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