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El mundo|Viernes, 10 de septiembre de 2004

El viejo truco de hacer la venia para ganar votos

Nuevas pruebas se agregan a las sospechas de que George W. Bush no sólo evadió el servicio militar en Vietnam, sino que también incumplió el que obtuvo en EE.UU., pero su intención de voto sigue aumentando.

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George W. Bush saluda a un veterano en Missouri.
Por José Manuel Calvo*
Desde Washington

Que George W. Bush hizo un servicio militar privilegiado en lugar de ir a Vietnam está probado desde que el presidente entró en política y ganó las elecciones a gobernador de Texas en 1992. Que ni siquiera cumplió con los requisitos de aquel servicio militar en que fue piloto en la Guardia Nacional de Texas también quedó claro desde el pasado invierno. Ahora, nuevos documentos encontrados por una cadena de televisión demuestran que al presidente y comandante en jefe se le prohibió seguir volando porque no se presentó a un examen médico y que sus superiores tuvieron que hacerse los distraídos para tratar su caso.
“En esta fecha he dado la orden de que el teniente Bush sea suspendido como piloto por no haber cumplido los niveles mínimos de la Guardia Nacional de Texas y no haberse presentado al examen médico anual, como se le había ordenado.” El documento, con fecha 1° de agosto de 1972, está firmado por el teniente coronel Jerry Killian, superior de Bush y ya fallecido. Killian quería que se abriera una investigación formal, pero no consta que se hiciera, aunque él escribió que dio la orden oral al comandante. Otros papeles sugieren que Bush recibió un trato especial –su padre era en aquel momento embajador de EE.UU. ante la ONU– y que hubo presiones políticas y militares en su favor. Killian dejó escrito, por ejemplo, que se encontró con dificultades con sus superiores por resistirse a conceder un trato de favor al joven Bush: “Estoy teniendo problemas de interferencias en mi trabajo”. Después de la interrupción de su carrera como piloto, George Bush consiguió un permiso para seguir su servicio militar en Alabama, pero no consta que llegara a incorporarse, excepto por una radiografía dental.
La Casa Blanca dijo hace siete meses que había entregado todos los documentos sobre el servicio militar del presidente, pero entre ellos no se encontraba el informe de Killian. Dan Bartlett, director de Comunicaciones del presidente, dijo a la CBS que desconocía por qué el informe dado a conocer por esa cadena de televisión estaba entre sus objetos personales y que Bush había cumplido sus obligaciones y había sido licenciado sin problemas. La CBS no reveló de dónde había sacado los documentos. Después de la tormenta sobre el pasado de Kerry en Vietnam y lo que le ha costado en los sondeos, los demócratas no quieren dejar pasar la oportunidad de marcar el contraste: “Bush tiene que explicar por qué ha engañado sistemáticamente sobre su servicio militar y sobre las ayudas que recibió”, dijo ayer el presidente del partido, Terry McCAuliffe.
A la espera de saber si estos grandes interrogantes en el pasado de Bush prenden en un electorado que en buena medida ha tomado ya decisiones, la Casa Blanca sigue encontrando estímulos en los sondeos. Ayer, una cuarta encuesta global, de la CBS, volvía a ponerle siete puntos por delante del demócrata. Pero lo que más alegró a las tropas republicanas fueron las encuestas de Gallup en dos lugares fundamentales, Missouri y Ohio. En Missouri –que algunos califican como el microcosmos más representativo del país– Bush consigue 14 puntos de diferencia sobre Kerry; en Ohio, otra de las grandes peleas de la campaña, la diferencia es de 9 puntos. Hace dos meses, Kerry llevaba una ventaja de seis puntos a Bush en Ohio y ambos estaban empatados en Missouri. El efecto de rebote que tuvo para Bush la convención de Nueva York debería ir disipándose en los próximos días. Depende de que cuajen o no entre los electores las ofensivas demócratas –Irak y la economía– lanzadas desde el pasado fin de semana. Si eso no ocurre –si Bush consigue mantener la ventaja de que disfruta desde hace una semana–, Kerry llegará en posición de desventaja a los debates. Por lo pronto, parece difícil que la Casa Blanca acepte los tres propuestos. Ambos equipos negocian con la Comisión de Debates, pero hay indicios que apuntan a que los republicanos optarán por dos en lugar de tres, para exponer menos al presidente en caso de que llegue a octubre con su actual margen de ventaja.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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