Una gran explosión sacudió una zona a 156 kilómetros al norte de Pyongyang la semana pasada, según se informó ayer. Tanto funcionarios norteamericanos como surcoreanos se apresuraron a decir que a pesar de la aparición de una “nube con forma de hongo” en el área, no es probable que haya provenido de una prueba de armas nucleares.
El primer informe, de la agencia de noticias surcoreana, Yonhap, decía que “un hongo de humo con un radio de 3,5 a 4 kilómetros se vio en el estado de Kimhyongjik” el jueves, durante el 56º aniversario del establecimiento de Corea del Norte. La región montañosa despertó el temor de que Corea del Norte lleve a cabo una de esas pruebas si se incrementa el conflicto con los norteamericanos sobre el supuesto programa de armas nucleares de Pyongyang.
Una fuente diplomática en Pyongyang precisó que el informe apareció primero en Corea de Sur. “Puede haber sido una expedición pesquera de la prensa surcoreana, tal vez. Ocurre todo el tiempo.” Varios diplomáticos estaban sorprendidos sobre por qué Corea del Norte se arriesgaría a alienarse de casi su último aliado, China, al explotar una bomba en la frontera con este país, con todos los riesgos que implica para la población china. No quedaba claro por qué Corea del Norte se tomaría el riesgo de explotar una bomba en la atmósfera, con impredecibles pérdidas de vidas de sus propios ciudadanos. Si fue una prueba de bomba nuclear, probablemente signifique otro fracaso de Washington, que no predijo las pruebas de 1998 de Pakistán, que llevaron a una serie de fricciones con India, lo que puso a ambos países al borde de la guerra.
De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
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