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El mundo|Martes, 14 de diciembre de 2004
ZAPATERO SE REFIRIO A LA FALSA LIGAZON DEL 11-M CON ETA

“Aznar realizó un engaño masivo”

El actual jefe de gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, acusó con pruebas a su predecesor ante la comisión del 11-M.

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El jefe del Ejecutivo socialista acudió a la comisión cargado de documentación.
Por Jorge A. Rodríguez *
Desde Madrid

El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, acusó ayer a su antecesor, José María Aznar, de haberse embarcado desde el 11 de marzo en un “engaño masivo” a la ciudadanía para mantener hasta el día de las elecciones generales que ETA había perpetrado el asesinato de 191 personas en Madrid, a pesar de que no había “ninguna pista, ni un solo dato” que cimentase esa autoría.
El líder socialista subrayó durante su comparecencia en la comisión del 11-M que “la preparación, autoría y responsabilidad del atentado corresponden en exclusiva al terrorismo internacional de signo islamista radical” y que ya se vio que esto era así desde que ese aciago día por la tarde se supo que la furgoneta hallada en Alcalá de Henares tenía una cinta coránica. Todo lo que ha habido después por parte del PP para intentar mezclar a ETA con el terrorismo islamista, montar teorías conspirativas o sugerir que no se quiere investigar, tal y como afirmó Aznar, obedece a otra campaña, ahora “de confusión masiva”, dijo.
El jefe del Ejecutivo acudió a la comisión cargado de documentos para cimentar sus afirmaciones y sus propuestas. Como ya ocurriera con Aznar, Zapatero fue arropado por medio centenar de diputados de su partido –ninguno ministro–, que mantuvieron algún choque sottovoce con sus adversarios del PP. Resultó evidente que el presidente se había estudiado a fondo la comparecencia de Aznar y que había traído abundante munición documental para rebatirlo. También llevó bajo el brazo sus propuestas de futuro, fundamentalmente su plan de crear un gran pacto contra el terrorismo islamista, y sus proyectos para “corregir y mejorar” la capacidad de defensa de España ante el terror islamista, sin descuidar a ETA.
El discurso inicial del líder socialista dejó en claro que pretendía abrumar a los comisionados con datos para que, a partir de ahora, “nadie tergiverse ni pueda venir, meses después de los atentados, a ofender con insidias e insinuaciones”. Por ello, desde su discurso inicial sentó que la retirada de tropas de Irak no fue una concesión a los terroristas, que el envío de tropas españolas a ese territorio elevó el nivel de la amenaza islamista para España –“que fue claramente subestimada”– y que el 11-M, como dijo en una docena de oportunidades, se debió “única y exclusivamente al terrorismo islamista”.
“Es imposible que un español, de buena fe, pueda sostener que los españoles se plegaron al terrorismo” con la retirada de las tropas de Irak, dijo Zapatero, antes de preguntarse, en referencia a Aznar: “¿Cómo es posible que alguien haya ido con el cuento de nuestra docilidad a otros gobernantes?”. Mostrar al pueblo español “como acobardado por el terrorismo es inadmisible e indecente”, clamó, antes de remachar que esa decisión era un compromiso electoral previo.
Zapatero se esmeró especialmente en desmontar una de las insinuaciones lanzadas por el ex presidente del gobierno durante su comparecencia: la duda que sembró sobre la voluntad del gobierno y del PSOE de investigar la masacre hasta el final, incluyendo las posibles conexiones entre los islamistas que cometieron el atentado y ETA. El presidente citó informes del Centro Nacional de Inteligencia, de Instituciones Penitenciarias, de los servicios de Información de la Policía y la Guardia Civil para sustentar que no ha habido conexiones y que el 11-M fue preparado y ejecutado “en exclusiva por el terrorismo islamista”.
Para remachar su aserto, explicó que ni una sola de las “25.000 evidencias obtenidas de los atentados, de las 80 inspecciones oculares, las 1300 huellas dactilares analizadas, los 80 perfiles genéticos y de los más de 100 informes enviados al juez (de la Audiencia Nacional Juan del Olmo) no hay “ni uno” que sugiera una participación de ETA. Lo mismo dijo de las decenas de miles de conversaciones y cartas intervenidas a terroristas en prisiones, de lo que se ha ido sabiendo del sumario de la Audiencia Nacional, de los interrogatorios de los 70 detenidos por vinculaciones con el 11-M y de los 42 arrestados por participar en otras tramas radicales islámicas o de los miles de documentos incautados a ETA en los últimos años: “Nunca ha salido un dato que vinculara a ETA con el terrorismo islamista. Nunca ha habido ni un indicio, ni remoto”, de esa colaboración.
El presidente aprovechó el larguísimo interrogatorio, de más de cuatro horas, al que lo sometió Eduardo Zaplana, portavoz del PP, para expresar y argumentar la acusación de “engaño masivo” que le endosó al PP por su actuación entre el 11 y el 14 de marzo y para remachar su teoría de la “confusión masiva” montada por dicho partido y medios de comunicación afines. Su resumen de la actuación popular fue éste: “Primero hemos vivido el proceso de deficiencias objetivas antes del 11-M, luego el engaño y ahora estamos en el momento del intento de confusión masiva”.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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