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El mundo|Lunes, 27 de diciembre de 2004
UN TERREMOTO Y UNA OLA GIGANTE DEJARON MAS DE DOCE MIL MUERTOS EN ASIA

El día que la naturaleza demolió todo

El sismo, 8.9 en la escala de Richter, tuvo lugar bajo el lecho del océano Indico, a 66 kilómetros de Sumatra. Fue el peor en 40 años. Siete países sufrieron sus consecuencias. Cientos de miles de heridos y refugiados. La zona no contaba con un sistema de alarma contra los pavorosos tsunamis.

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La estación de trenes de Wellawatte, en Sri Lanka, fue sacudida como si fuera de juguete.
Primero fue un aterrador rugido, un escalofrío que estremeció desde lo más profundo del suelo. Después, una pared de agua, una pared gigante que se elevó de la nada, para arrasar con todo lo que encontró a su paso a la increíble velocidad de 900 kilómetros por hora. En lo profundo del océano Indico, 25 kilómetros por debajo del lecho submarino y a 66 kilómetros de la costa de Indonesia, tuvo lugar el peor terremoto de que se tenga registro desde hace décadas, con 8.9 en la escala de Richter y más de diez repercusiones de alta intensidad. Todo se desató a las 7.59 de ayer (21.59 del sábado, hora de Argentina) durante la Navidad y dejó un saldo incierto pero horroroso: anoche las cifras de muertos por el terremoto y arrastrados por el gigantesco tsunami superaban los 12 mil (aunque todo hacía prever que la cifra aumentaría), y cientos de miles de heridos y refugiados en Indonesia (especialmente Sumatra), India, Sri Lanka, Maldivas, Malasia, Tailandia y Bangladesh. La zona no se encuentra protegida por el sistema de alarmas de olas gigantes.
La población de Banda Aceh, en la isla de Sumatra, fue la primera en enterarse de que, en segundos, todo cambiaría brutalmente. Temprano en la mañana del sábado, el terremoto movió durante varios minutos el piso de los pobladores. E inmediatamente, una ola gigantesca arrasó con las poblaciones costeñas. En segundos, los edificios se desplomaron mientras la gente huía despavorida a las calles donde se encontraría con la muralla de agua que superaba los diez metros de altura.
Pescadores, turistas, surfers, hoteles, viviendas, automóviles, vías ferroviarias, todo fue arrancado de su sitio y revuelto como si se tratara de maquetas de cartón. Segundos después, la primera e inmensa ola llegó hasta la costa de Sigli, conocida por el circuito de surfistas y próxima a Banda Aceh. Algunos sobrevivientes describieron que antes de la ola vieron crecer de una forma nunca vista el nivel del mar. Apenas segundos después, sobre ellos avanzaba el tsunami. De inmediato, a lo largo de las costas de Indonesia comenzaban a caerse los sistemas de comunicaciones, mientras los aeropuertos eran cerrados y las ciudades empezaban a vaciarse.
En Jakarta, las autoridades inicialmente mencionaron que el terremoto había alcanzado el nivel de 6.4 de la escala de Richter; más tarde, el Instituto Geológico estadounidense, en Colorado, informó que había alcanzado los 8.9 en la misma escala y que era el quinto terremoto más potente desde 1900, y el primero desde 1964, cuando ocurrió el de Alaska. La onda expansiva del sismo, seguida por la pared de agua, y las diez repercusiones que alcanzaron valores muy altos en la escala de Richter (hasta 7.5), fue recorriendo las costas de cinco países y derribando poblaciones como castillos de naipes.
“El terremoto ha sido totalmente impredecible”, aseguró el sismólogo Rainer Kind, del Centro de Investigaciones Geológicas de Potsdam. “En la región que rodea Sumatra las placas del fondo marino desaparecen debajo del continente en forma muy abrupta. Cuando la tensión supera la capacidad de enganche de las dos placas que se superponen, se produce una rotura y el fondo marino se desploma hacia abajo, mientras que el continente se eleva en forma muy brusca. Ese movimiento provoca la ola gigante conocida como tsunami.” El tsunami se desplaza a la velocidad de un avión de pasajeros. Existen sistemas de alarma contra tsunamis, aunque, según el experto, el océano Indico “no está dotado de alarmas”. El sistema da aviso a las naciones asociadas entre 3 y 14 horas antes de que llegue a sus costas una tsunami. Países como Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Australia, Filipinas, Japón, Nueva Zelanda están cubiertos por el sistema. También Tailandia, pero no en su costa oeste, que sufrió las consecuencias del desastre. El sistema de alarmas sí detectó, en una estación al sur del epicentro, la actividad de olas menores: una onda de apenas 60 centímetros de altura que se dirigía hacia Australia.
De acuerdo con datos aún provisionales, la región más afectada fue Sri Lanka con 4300 muertos, en tanto Indonesia sumaba 4185 e India 3000. Tailandia registró 310 muertos, Malasia 29 y Maldivas y Myanmar 10 cada uno. Una de las zonas más golpeadas fue el estado de Tamil Nadu, en el sur de la India, donde murieron al menos 1625 personas.

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