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El mundo|Viernes, 13 de mayo de 2005

Escalada de ataques en Irak, como también de acusaciones encontradas

El Senado de EE.UU acusa a dos políticos europeos de recibir pagos de Saddam. Piden una explicación sobre Irak a la Casa Blanca.

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Un iraquí grita al paso del estallido de un coche-bomba en Bagdad.
Por Sandro Pozzi*
Desde Nueva York

El Senado de EE.UU. señaló ayer a dos políticos europeos entre los implicados en el plan ilícito de contrabando diseñado por Saddam Hussein y que utilizó como tapadera el programa Petróleo por Alimentos de la ONU. Los acusados son el ex parlamentario británico George Galloway y el ex ministro de Interior francés Charles Pasqua, que negaron haberse enriquecido con pagos directos de Saddam en forma de petróleo –Galloway y Pasqua ya fueron citados en un informe previo de los servicios de inteligencia estadounidense, publicado en octubre de 2004–. En un nuevo día de atentados en Irak, al menos 26 personas murieron ayer, entre ellas un general del ejército y un coronel de la policía, y más de 80 resultaron heridas en una serie de ataques perpetrados en el país, incluidos tres con coches-bomba.
Al mismo tiempo que acusa, EE.UU. es acusado. La Casa Blanca está siendo presionada por 89 congresistas demócratas para que explique los documentos británicos filtrados que sugieren que los presidentes George W. Bush y Tony Blair habían decidido invadir a Irak en julio del 2000, meses antes de que recibieran la autorización del Congreso estadounidense. Estas revelaciones volverían a generar dudas sobre la legitimidad de la invasión y la integridad de la administración Bush en relación a la manipulación que se habría hecho de la información de inteligencia y de las acciones diplomáticas previas.
Ahora, los senadores norteamericanos Norm Coleman y Carl Levin ponen sobre la mesa nuevas evidencias sobre el contrabando organizado por Hussein. En concreto, señalan que Saddam Hussein pagó con 20 millones de barriles de petróleo a Galloway y con 11 millones a Pasqua como recompensa por sus acciones políticas, utilizando como paraguas el programa de la ONU. Coleman y Levin se apoyan en entrevistas realizadas a altos funcionarios del antiguo régimen iraquí, ahora custodiados por EE.UU., y otros documentos oficiales. El diputado británico, uno de los principales opositores en el Partido Laborista a la intervención en Irak, dijo que las revelaciones son “completamente absurdas”. “Esto no puede ser calificado de investigación”, remarcó Galloway, quien se mostró dispuesto a comparecer ante el comité del Senado el próximo 17 de mayo.
Mientras, los muertos se cuentan cada día por decenas en Irak. Ayer, un suicida hizo explotar un coche-bomba en un barrio de Bagdad habitado mayoritariamente por chiítas. Doce personas que viajaban en un pequeño autobús fallecieron calcinados. Y son ya alrededor de 400 los muertos en atentados desde el 28 de abril, cuando se formó el nuevo gobierno iraquí.
Los insurgentes también mataron ayer a dos militares que trabajaban para los ministerios del Interior y de Defensa. El general Ayad Imad Mehdi fue asesinado a tiros en Bagdad por tres hombres armados que detuvieron su automóvil y se dieron a la fuga. En otro atentado, los rebeldes acribillaron en la capital al coronel Mohamed al Taie.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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