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El mundo|Jueves, 4 de agosto de 2005
TEHERAN RECHAZO DEMORAR UN NUEVO ENRIQUECIMIENTO DE URANIO

Irán ya tiene un presidente bomba

En medio de gritos de “Muerte a América e Israel”, juró el nuevo presidente iraní y su país prometió reactivar su programa nuclear.

Por Angus McDowall y Anne Penketh*
Desde Teherán y Londres
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Mahmud Ahmadinejad saluda a sus partidarios tras jurar como presidente.
El ultraconservador iraní Mahmud Ahmadinejad juró como presidente mientras la crisis sobre el programa nuclear del país se profundizaba con Occidente. En un discurso ayer, después de ser nombrado por el líder religioso supremo de Irán, el populista Ahmadinejad dijo: “Voy a abogar por la supresión de todas las armas de destrucción masiva”. Pero el líder supremo, el ayatola Alí Jamenei, salió a defender el derecho de Irán al poder nuclear frente a la creciente presión internacional, diciendo: “Todos los poderes, y especialmente el Gran Satán de Estados Unidos, deberían saber que el pueblo iraní no rendirá tributo a ningún poder”.
Su discurso fue recibido con gritos de “Muerte a Estados Unidos, muerte a Israel” de funcionarios del régimen. La ceremonia, que se llevó a cabo antes que Ahmadinejad asumiera formalmente el sábado, tuvo lugar mientras Irán rechazaba un pedido de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) para demorar la reanudación del procesamiento de uranio en su planta de Isfahan. “Una semana no es aceptable para que Irán instale el equipo”, dijo el vocero del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Ali Aghamohammadi. “Irán estaba esperando poder reanudar las actividades hoy.”
Los tres países de la Unión Europea que han estado negociando con Irán con la esperanza de suspender su programa de armas nucleares han advertido que cualquier reanudación del enriquecimiento de uranio finalizaría ese proceso. Un vocero de la Cancillería dijo que Gran Bretaña, Francia y Alemania tratarían de lograr “en las próximas 24 a 36 horas” una reunión de emergencia con la AIEA en la que se unirían a Estados Unidos para presionar a fin de que el caso de Irán sea presentado ante el Consejo de Seguridad de la ONU para posibles sanciones. Los europeos dicen que la decisión de reanudar la actividad nuclear por parte de Irán, que suspendió la conversión de uranio en noviembre pasado, es una ruptura de tal acuerdo. Los tres países, sin embargo, están intentando ofrecer a Irán un paquete de incentivos económicos y de seguridad durante el fin de semana, después de ignorar una serie de fechas límite establecidas por Teherán. “Es una coincidencia feliz o infeliz desgraciada” que las propuestas de la UE se presenten bajo la presidencia de Ahmadinejad, y no la de su predecesor, dijo un funcionario británico. La última ronda de ruido de sables en Irán, que siguió a la sorpresiva elección de Ahmadinejad en junio, provocó temores en Occidente de que el régimen iraní intente un cambio radical de política que podría resultar en una gran crisis internacional.
A partir de la salida del presidente reformista Mohamad Jatami, las palancas iraníes del poder están ahora concentradas entre los extremistas por primera vez desde la caída del Sha, en 1979. Los diplomáticos dicen que Irán parece haber utilizado la elección de Ahmadinejad como pretexto para el fracaso en las negociaciones. Irán puede sentir que tiene el apoyo de Rusia y China, los dos con derecho a veto en el Consejo de Seguridad, lo que podría bloquear cualquier acción punitiva. También insiste en que tiene el derecho de enriquecer uranio bajo el tratado de no proliferación nuclear.
Los conservadores iraníes acusan a Europa de usar las negociaciones para obstruir el programa nuclear, que ven como una importante parte del desarrollo nacional de Irán a largo plazo. Algunos de ellos también consideran como inevitable el colapso de las negociaciones y quieren impulsar el desarrollo del programa tan rápido como sea posible. Estos conservadores de línea dura también quieren ver nuevas medidas políticas y sociales represivas. Pero muchos de los votantes que apoyaron al nuevo presidente estuvieron motivados por la oposición a la corrupción y se podrían oponer a nuevas restricciones a su libertad.
Reformistas y disidentes han estado bajo mayores presiones después de la elección. Un abogado de derechos humanos que representa a la familia de un periodista canadiense iraní que murió en prisión en 2003 fue arrestado el sábado. Y un prominente prisionero político, Akbar Ganji, está ahora muy cerca de la muerte, después de 53 días de huelga de hambre.
Los progresistas también están preocupados por algunos de los nombres propuestos como posibles miembros del gabinete. Un ex funcionario acusado de estar involucrado en el asesinato de disidentes políticos fue propuesto para el Ministerio de Inteligencia y el editor de un diario de línea dura ha sido sugerido como un ministro de Cultura, el cuerpo responsable de la censura.
Pero Ahmadinejad también debe reconciliar sus políticas populistas con la realidad económica. Ayer reiteró promesas para apoyar a los pobres y redistribuir mejor los grandes ingresos petroleros de Irán. Pero si no satisface las expectativas populares, recortando el alto desempleo y las tasas de inflación, corre el riesgo de perder gran parte del apoyo que lo llevó al poder.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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