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El mundo|Jueves, 4 de agosto de 2005
UN EXPLOSIVO CAMINERO DEJO 14 MARINES Y UN INTERPRETE MUERTOS EN IRAK

Ataque para descarrilar la Constitución

Por Kim Sengupta *
Catorce marines norteamericanos y su intérprete civil fueron muertos ayer en Irak, en uno de los peores ataques contra las fuerzas ocupantes desde el fin oficial de la guerra. El ataque, al oeste de Bagdad, elevó el número de bajas estadounidenses a un 45 por ciento en las dos últimas semanas y evidenció de modo brutal la deteriorada situación de inseguridad del país. Alrededor de 7000 iraquíes murieron en los últimos tres meses.
Anoche había información no confirmada de que fuerzas estadounidenses estaban involucradas en enfrentamientos luego de la explosión en la ruta. El grupo insurgente Ejército de Ansar al Sunna anunció que tenía capturado a un marine herido luego de la batalla y que su foto aparecería en Internet. Sin embargo, el Pentágono negó que hubiera personal militar desaparecido. El recrudecimiento de la violencia sucede en coincidencia con la polémica por la nueva Constitución, que hace énfasis en la ley islámica, incluyendo límites sobre algunos derechos de la mujer y que recibió duras críticas de parte de sectores seculares y kurdos.
Las muertes representan también un revés para los planes de la administración Bush de reducir el número de tropas de Estados Unidos en el país dando mayores responsabilidades a las fuerzas de seguridad iraquíes. Los marines, miembros del Equipo de Regimiento de Combate 2, murieron cuando su vehículo blindado impactó un dispositivo explosivo escondido al sur de la ciudad de Haditha, en la provincia de Al Anbar. Los enfrentamientos se han incrementado en semanas recientes en el área a lo largo del río Eufrates, mientras los efectivos norteamericanos tratan de impedir los accesos a la frontera siria, la que dicen es la vía de acceso más común de los insurgentes. Los marines lanzaron una serie de operaciones en la región en mayo y junio con la esperanza de pacificarla para que las fuerzas militares y civiles iraquíes pudieran asumir un control efectivo.
Otros siete efectivos de la misma unidad fueron muertos hace tres días. Ansar al Sunna se atribuyó los decesos. Ayer dijeron en una declaración: “Los Leones de la unidad tomaron de rehén a un marine y mataron a ocho cruzados en una emboscada exitosa al norte de Haditha”.
Por otra parte, el periodista free-lance norteamericano Stephen Vincent fue muerto cerca de la ciudad de Basora, controlada por las fuerzas británicas estacionadas en el sur de Irak. Su traductor iraquí, Nouriya Ita’is, también fue baleado de muerte, tras haber sido secuestrado por cinco hombres armados en un patrullero. Vincent, que estaba escribiendo un libro sobre Basora, escribió recientemente para The New York Times diciendo que la policía de esa ciudad había sido fuertemente infiltrada por las milicias chiítas, incluyendo el Ejército Al Mehdi de Muqtada al Sadr, y que habían sido los responsables de varios asesinatos de miembros del Partido Baas. El cuerpo de Vincent, con un disparo en la cabeza de “estilo ejecución” y tres heridas de bala en su pecho, fue hallado en la calle. Las fotos en la morgue mostraban un trapo rojo alrededor de su cuello y esposas de plástico, de un tipo que usa la policía, en sus muñecas. “Steve al Rebaat”, dice en árabe la identificación de Vincent y el área del centro de Basora donde fue encontrado el cuerpo.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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