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El mundo|Viernes, 5 de agosto de 2005

Blair evitó un apretón de manos público con el brazo político del IRA

Una semana después del histórico anuncio del IRA sobre la deposición de las armas, el premier británico se reunió con Gerry Adams, flanqueado por Martin McGuinness. Blair insistió en que tal anuncio no había cambiado las bases del proceso de paz en Irlanda del Norte.

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Tony Blair (izq.) junto a Gerry Adams y Martin McGuinness, el líder y el negociador del Sinn Fein.
Por Colin Brown*
Desde Londres

Debió ser otro paso histórico en la cuidada coreografía hacia la paz en Irlanda del Norte, pero el primer ministro evitó ayer darse la mano públicamente frente a las cámaras con Gerry Adams, el presidente de Sinn Fein. Downing Street había indicado privadamente por adelantado a Sinn Fein que, en el encuentro de ayer, Tony Blair podría estar preparado para ser visto dándole la mano a Adams por primera vez después de la declaración del IRA de la semana pasada que ordenó a sus voluntarios deponer las armas.
Sin embargo, Blair lo evitó, después de las críticas de los lealistas de que el gobierno estaba concediendo demasiado a los republicanos después de anunciar que el Real Regimiento Irlandés se estaba desmantelando. Cuando Adams, flanqueado por Martin McGuinness e importantes miembros de Sinn Fein, entraron al hall en Downing Street Nº 10, Blair estaba parado un tanto rígido frente a las cámaras con las manos a sus costados. Adams posó para las cámaras con sus manos cruzadas, antes de entrar en conversaciones que duraron más de una hora.
La reunión de ayer apuntaba a retomar el impulso después de la impasse que llevó a la suspensión continuada del Poder Ejecutivo compartido en Belfast. Hubo un sacudón de manos de Blair con Ian Paisley, el líder de la línea dura del Partido Democrático Unionista (DUP), pero ninguna señal de movimiento por los Unionistas. Paisley, que se convertiría en el primer ministro en un gobierno autónomo compartido, si los dos lados pudieran ponerse de acuerdo en que fuera reformado, acusó al gobierno de haber cedido con el IRA. Dijo que había hecho “concesión tras concesión” aun cuando no había ninguna prueba de que la organización tenía la intención de abandonar su lucha armada. “No vamos a tener ninguna discusión sobre la autonomía hasta que el IRA cumpla con los requisitos que estableció Blair”, dijo.
Rechazando su crítica, Blair dijo que el desmantelamiento de las torres de observación del ejército y la reducción de fuerzas en Ulster eran “un resultado natural por el hecho de que la amenaza cambió”. Pero dijo que el proceso solamente funcionaría “si todos los socios clave (en el proceso) deciden trabajar juntos”, enfatizando que Sinn Fein solamente podría volver al gobierno autónomo compartido en Irlanda del Norte mientras estuviera comprometido a medios pacíficos y democráticos.
Sin embargo, el primer ministro insistió en que el anuncio del IRA no había cambiado las bases del proceso de paz en Irlanda del Norte. Como compensación por la adopción de todos los partidos y toda la gente, especialmente, la republicana, de medios exclusivamente democráticos puede existir un gobierno compartido, dijo. “No se puede lograr que las instituciones en Irlanda del Norte estén listas y funcionando salvo en base a que es claro en hechos y palabras que la única forma de lograr progreso es exclusivamente con medios pacíficos.” Adams acusó a Paisley de “jugar con el tiempo”. Añadió: “Si Ian Paisley no va a compartir el poder con el resto de nosotros, entonces deberemos seguir sin él”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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