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El mundo|Sábado, 20 de agosto de 2005
RENUNCIO EL MINISTRO DE DEFENSA

Fusible ecuatoriano

El presidente de Ecuador, Alfredo Palacio, enfrenta su mayor crisis en cinco meses de gobierno a causa de las protestas en la Amazonia que forzaron la suspensión de las exportaciones estatales de crudo –motor de la economía– y la intempestiva renuncia de su ministro de Defensa. Palacio se dirigió al país la noche del jueves para anunciar la caída a cero de la producción de Petroecuador, como consecuencia del sabotaje a las plantas estatales por parte de los pobladores y autoridades de Sucumbíos y Orellana, que reclaman la renegociación de los contratos con las multinacionales. La crisis petrolera que golpea a Ecuador por la suspensión de las exportaciones estatales desató una “emergencia económica interna” y aumentó el nerviosismo en el mercado internacional de crudo.
En medio de los coletazos de la crisis económica, que incluso dispararon el precio del crudo en el mercado internacional, su ministro de Defensa, Solón Espinosa, renunció ayer por supuestas discrepancias con el manejo de las medidas de emergencia que rigen en la Amazonia desde la noche del miércoles. Palacio designó en su reemplazo al general (R) Oswaldo Jarrín, quien ayer mismo asumió la cartera comprometiéndose con las medidas adoptadas por el gobierno para sortear la situación en Sucumbíos y Orellana. Jarrín respaldó las acciones de emergencia adoptadas por el gobierno, enfatizando que las mismas están orientadas a “proteger la vida de la población y recuperar el orden ante los graves atentados” que sacuden la Amazonia.
El mandatario enfrenta desde el pasado lunes una protesta que en un principio fue contra las multinacionales petroleras, pero que fue desviándose hacia el gobierno tras las tomas de pozos estatales, carreteras y aeropuertos. A raíz de ello, Palacio declaró el estado de emergencia en ambas provincias para enfrentar la ola de protestas, que dejaron 60 heridos y 12 detenidos, según sus líderes. Palacio anunció la noche del jueves la caída a cero de la producción de la estatal Petroecuador como consecuencia del sabotaje al sistema petrolero, lo que forzó a la suspensión de las exportaciones de crudo de esa entidad (144.000 de los 201.000 barriles diarios). La medida faculta al Ejecutivo a restringir derechos civiles y militarizar la región, única fuente de extracción de petróleo de Ecuador, quinto productor sudamericano de crudo con unos 500.000 barriles diarios.
Por su parte, las fuerzas militares ecuatorianas retomaron ayer el control de los aeropuertos del Coca y Lago Agrio, en la Amazonia, que habían sido ocupados por manifestantes que reclaman la revisión de los contratos petroleros con multinacionales y un aumento en la inversión social. Además, el gobierno anunció ayer que la huelga iniciada el domingo en las provincias de Orellana y Sucumbíos, que están en estado de emergencia y bajo control militar, le va a costar al país cerca de 500 millones de dólares hasta noviembre. La suspensión de las exportaciones estatales ecuatorianas generó una disparada de los precios del petróleo, que en Nueva York finalizó en 65,35 dólares, luego de experimentar un aumento de 2,08 dólares en su cotización, un 3,3 por ciento más que anteayer.

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