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El mundo|Lunes, 29 de agosto de 2005

Un predicador le contesta a otro que incitó al asesinato de Chávez

El reverendo de centroizquierda Jesse Jackson condenó como “repugnante e ilegal” la incendiaria declaración del telepastor Pat Robertson. Ambos se ubican en polos ideológicamente opuestos.

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Jackson (der.) expresó su “sincero agradecimiento” a Chávez por “elevar a los pobres”.
El reverendo Jesse Jackson, líder centroizquierdista en Estados Unidos, calificó ayer de “repugnante, inmoral e ilegal” una propuesta del pastor evangélico Pat Robertson, que la semana pasada instó a Washington a asesinar al presidente venezolano Hugo Chávez, durante un acto en la Asamblea Nacional venezolana. Jackson abogó por un mejoramiento de las relaciones entre Caracas y Washington.
Al referirse al llamado al magnicidio de Robertson, Jackson dijo que “fue una declaración repugnante, inmoral e ilegal; merece una investigación de nuestra FCC (Comisión Federal de Comunicaciones) y del Departamento de Justicia, y un rápido rechazo de nuestro presidente. Hasta ahora esto no ocurrió”. Jackson fue invitado a ser el orador principal en un acto en la Asamblea Nacional para conmemorar los 42 años de la marcha sobre Washington, liderada por el pastor Martin Luther King, para reclamar los derechos civiles de los negros estadounidenses.
“La buena noticia es que las políticas de asesinato forman parte de nuestro sórdido pasado y ahora son ilegales. Debe quedar inequívocamente claro que ese tipo de acto hediondo no es deseable, no está diseñado ni planificado. Debemos usar nuestro poder para reducir tensiones, reducir la retórica de nuestras amenazas”, dijo el líder negro estadounidense.
Jackson, que recibió una ovación de pie de los asistentes a la ceremonia, expresó su “sincero agradecimiento al presidente Hugo Chávez, democráticamente electo líder de Venezuela, cuya visión de inclusión y compromiso para elevar a los pobres responde al imperativo moral de nuestro tiempo”.
Jackson y Robertson son dos pastores protestantes que se encuentran en ambos extremos del espectro político estadounidense. El primero fue candidato a la presidencia en 1985 por la Coalición Arcoiris, expresión de la izquierda estadounidense, y el segundo en 1988 por la derecha cristiana, en las primarias republicanas.
Tras la sesión parlamentaria de homenaje a King, el vicepresidente venezolano, José Vicente Rangel, estimó que “no hay ninguna razón para ese ominoso silencio de la Casa Blanca” sobre las declaraciones de Robertson. En una conferencia de prensa previa a su discurso, Jackson abogó por un mejoramiento de las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela. “Tenemos muchos elementos que permiten construir una buena relación, por lo tanto, espero que se reduzca la retórica que exacerba las tensiones”, declaró Jackson. Al hablar en el programa Aló Presidente, al que fue invitado por Chávez, el reverendo señaló que Venezuela y Estados Unidos deben “ser buenos vecinos” y que “los conflictos deben resolverse con nuestras mentes y no con nuestros misiles”.
La polémica, lo políticamente incorrecto y Pat Robertson –Virginia, 1930– han ido de la mano desde que el telepredicador puso en marcha la primera emisora de radio de su Red Cristiana de Radiodifusión –CBN, en inglés– hace más de 40 años. En 1992, por ejemplo, describió el feminismo como un “movimiento socialista contrario a la familia, que estimula a las mujeres a abandonar a sus maridos, matar a sus hijos, practicar la brujería, destruir el capitalismo y convertirse en lesbianas”.
Robertson afirmó el lunes pasado en su programa de auditorio televisado que “si (Chávez) cree que estamos tratando de asesinarlo, creo que tendríamos que proceder y hacerlo”. “No necesitamos otra guerra de 200.000 millones de dólares para desembarazarnos de un dictador violento. Es mucho más fácil tener a agentes encubiertos para hacer el trabajo”, añadió el evangelista. Robertson, cuya grey constituye uno de los más sólidos apoyos políticos del presidente George W. Bush, dijo posteriormente que su declaración había sido malinterpretada, y explicó que lo que había querido decir era que “nuestras fuerzas especiales debían ‘sacarlo’, y ‘sacarlo’ puede ser un número de cosas, incluido secuestrarlo”.

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