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El mundo|Martes, 20 de septiembre de 2005
NEGOCIACIONES MULTILATERALES CON COREA DEL NORTE

La zanahoria que los nuclea

Pyongyang accedió a desmantelar su programa nuclear a cambio de ayuda energética. Pero casi 24 horas después declaró que el desarme se hará cuando sea reemplazado un reactor de agua liviana.

Por José Reinoso*
Desde Pekín
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Un avance en las conversaciones de las seis partes.
Tras dos años de encuentros y desencuentros, Corea del Norte accedió ayer a desmantelar su programa de armamento nuclear, regresar al Tratado de No Proliferación (TNP) y admitir el regreso de los inspectores de la ONU. A cambio, logró el compromiso de Estados Unidos de que no será atacado y de que recibirá ayuda energética. Pero al cierre de esta edición, Pyongyang le aclaró a Washington: no desmantelará su programa de armamento nuclear “si no es reemplazado por un reactor de agua liviana que le sirva para generar electricidad”.
“Las seis partes –que incluyen también a China, Rusia, Corea del Sur y Japón– han reafirmado unánimemente que el objetivo de las conversaciones multilaterales es la desnuclearización verificable de la península coreana de forma pacífica”, recoge el comunicado conjunto hecho público en la capital china. Según el documento, Pyongyang se “compromete a abandonar todas las armas nucleares y programas atómicos existentes y volver pronto” –no se fijó calendario– al TNP. Washington y Tokio han aceptado, además, normalizar relaciones con su rival.
El jefe de la delegación estadounidense y asistente al secretario de Estado, Christopher Hill, saludó el acuerdo, que culmina una semana de intensas negociaciones. “Es un buen pacto para todos, [...] una situación en la que todos ganamos”, dijo. “Hemos colocado un peldaño para desmantelar la estructura de la Guerra Fría y establecer un mecanismo de paz en la península coreana”, añadió Song Min-soon, responsable de la representación surcoreana.
Aunque el régimen de Kim Jong Il ha conseguido que los otros países “reconozcan” su petición de conservar el derecho al uso civil de la energía nuclear, la declaración conjunta no va más allá en este aspecto. Tampoco ha sido resuelta la exigencia de Pyongyang de que le sea entregado un reactor de agua ligera –algo a lo que se negaba Estados Unidos–, que ha sido dejada para más adelante. “Las otras partes han expresado su respeto y han acordado discutir [el asunto] en un momento adecuado”, dice el texto. Hill insistió, sin embargo, en que este punto sólo será abordado una vez que Corea del Norte regrese al Tratado de No Proliferación y permita la vuelta de los inspectores. La administración de Bush, apoyada por Japón, argumentaba que no se puede confiar en Pyongyang a la hora de utilizar centrales nucleares civiles. Pero China, Corea del Sur y Rusia defienden que si Corea del Norte pone fin a su programa atómico militar y se somete a estrictas salvaguardias, podría tener un programa nuclear de uso pacífico en el futuro.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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