Al menos tres personas murieron y otras 50 fueron heridas ayer en una jornada que volvió a exponer la tensión que se vive en la Franja de Gaza. El choque entre fuerzas del movimiento radical Hamas y la policía palestina comenzó cuando una patrulla detuvo el auto en el que viajaba Mohamed Rantisi, hijo del dirigente de Hamas Abdelaziz Rantisi, asesinado por los israelíes. Rantisi se negó a entregar sus armas y se inició un tiroteo que continuaría durante el resto del día.
Este primer enfrentamiento precipitó la reacción de otros militantes de Hamas del barrio de Shej Raduán que rodearon la comisaría del lugar y la atacaron con lanzacohetes antitanque. El resultado fueron dos muertos, un miembro de Hamas y el jefe de la comisaría, y unas 50 personas heridas, en su mayoría niños. Así, una vez más queda expuesta la tensión que existe entre las autoridades de la Autoridad Palestina y los grupos radicales palestinos que se niegan a no exhibir públicamente su armamento, como lo ordenó el presidente de la AP, Mahmud Abbas. El control que tenga Abbas sobre el territorio es crucial ahora que las fuerzas israelíes se han retirado. A pesar de los disturbios de ayer, Tel Aviv mantiene su decisión de suspender los ataques aéreos que había comenzado el fin de semana pasado en respuesta a los ataques de Hamas a su territorio.
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