Contradiciendo los pronósticos y con parte de los votos escrutados, el candidato de Lula, Berzoini, lograba una exigua ventaja ante Pont.
Lula votó en la segunda vuelta de la elección a presidente del PT.
Por Darío Pignotti
Desde San Pablo
Luiz Inácio Lula da Silva se impone por estrecho margen en las elecciones internas del Partido de los Trabajadores (PT). Ricardo Berzoini, candidato a presidente petista respaldado por Lula, obtiene menos del 3 por ciento de ventaja sobre su adversario Raúl Pont, cuando aún resta el escrutinio de unas 25 mil boletas, sobre un total estimado en 220.000. Ese resultado parcial de esta segunda vuelta sorprendió a los observadores –y acaso al propio mandatario brasileño– que habían pronosticado una holgada ventaja para la lista del Campo Mayoritario.
También sorprendió a los analistas y a los propios dirigentes petistas el alto número de votantes, estimado en 220.000, a pesar de que la mayoría de los cargos locales y provinciales no fueron a ballottage.
La masiva participación ratifica la sólida base social del PT, el único partido de masas brasileño que escoge a sus dirigentes por elecciones directas. A las 18.30 de ayer la Comisión Electoral partidaria informó que sobre 196.688 votos contabilizados, el moderado Berzoini había recogido 97.381 contra 92.066 de Pont, líder de la Democracia Socialista, fórmula que representa a las corrientes de izquierda. Blancos y nulos sumaban 7741.
Con esas cifras, informaron las autoridades petistas, todavía no es posible proclamar un vencedor, que sólo se conocerá cuando arriben las urnas procedentes en su mayoría de estados amazónicos. Para la mañana de hoy está prevista la divulgación de nuevos resultados parciales.
En todo caso ni el paulista Ricardo Berzoini ni el gaúcho Raúl Pont tendrán una vida fácil si son electos jefes de la Mesa Ejecutiva del PT, porque ninguno de los dos controlará el Directorio Nacional, órgano soberano a la hora de resolver la línea partidaria que incluye política de alianzas, la política económica y la relación con el gobierno. Esos puntos erizaron las contradicciones internas del PT desde que Lula asumió el gobierno en 2003 y lo pusieron al borde de la fractura, tras estallar el escándalo de corrupción en junio pasado.
Si bien estos comicios reportaron un marco de racionalidad a la guerra de facciones desatada en los últimos tiempos, los resultados parciales de el ballottage celebrado el domingo confirman que, en términos ideológicos, el PT sigue partido al medio. Eso se verifica en la composición del nuevo Directorio surgido de la primera vuelta de estas internas, celebrada el 18 de septiembre, donde ninguna agrupación logró controlar la mitad de los 81 integrantes. Durante 10 años, el Campo Mayoritario de Berzoini, Lula y el ex ministro José Dirceu (principal acusado de corrupción) había detentado la mayoría absoluta del directorio y con él la hegemonía política e ideológica del partido.
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