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El mundo|Lunes, 21 de noviembre de 2005

Misterio en Bolivia por 28 misiles que se habrían llevado los EE.UU.

Para el gobierno boliviano, fueron destruidos por “obsoletos”. Evo Morales denunció que han sido retirados por militares norteamericanos.

Por Pablo Stefanoni
Desde La Paz
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Los misiles portátiles HN-5 fueron adquiridos en los ’90.
La “crisis de los misiles”, vinculada a la virtual “desaparición” de 28 misiles chinos HN-5 del arsenal antiaéreo boliviano, puede llegar a transformarse en un escándalo político de proporciones si se comprueba que los mismos fueron “retirados” del país por fuerzas militares estadounidenses. El primero en denunciar la entrega del material de guerra fue el candidato presidencial del MAS, Evo Morales, rápidamente desmentido por las autoridades civiles y militares.
El presidente Eduardo Rodríguez Veltzé y el comandante del ejército, general Marcelo Antezana, defendieron la versión de que los misiles portátiles –todos con los que contaba la precaria defensa antiaérea boliviana y que son utilizados por la resistencia iraquí para derribar helicópteros norteamericanos– fueron destruidos en el país por tratarse de material “obsoleto” y “peligroso” sin indicar ni cuándo ni dónde se realizó esa operación. No obstante, son varias las fuentes militares que cuestionan la historia oficial y sostienen que “fueron entregados a militares de Estados Unidos”. La hipótesis de su salida del país cobra fuerza frente a la de su destrucción en territorio boliviano.
En primer lugar, no se trata de misiles obsoletos, ya que fueron comprados en los años ’90 a la República Popular China y no en los ’70, como había señalado el vocero presidencial, Julio Pemintel. “Creen que los bolivianos no somos capaces de guardar con cuidado nuestro material bélico, que puede terminar en manos de terroristas o algo así. Incluso temían que las movilizaciones sociales invadieran los cuarteles y se llevaran las armas. Ahora las susceptibilidades norteamericanas aumentan ante la posibilidad de un triunfo de Evo Morales”, le dijo un ex alto jefe militar a Página/12. “Bolivia está dentro de lo que Washington denomina Estados fallidos, sin derecho a poseer este tipo de armas”, agrega el analista militar Juan Ramón Quintana.
Documentos reservados a los que accedió este diario avalan la hipótesis de que el material antiaéreo fue sacado entre el 2 y el 4 de octubre pasado desde la base aérea de El Alto, en un avión C-130 de la fuerza aérea de EE.UU., “con destino desconocido”. A estos indicios se suman los dichos del ex canciller de Carlos Mesa, Juan Ignacio Siles, quien admitió que bajo su gestión la potencia del Norte quiso llevarse los misiles “unilateralmente, a cambio de nada”, lo cual fue denegado.
“Estados Unidos siempre presionó para llevarse los misiles. En marzo del 2004 hablaron con el entonces ministro de Defensa, Gonzalo Arredondo, quien convocó a una reunión de comandantes para definir una posición sobre el futuro de este material, pero el alto mando se opuso a la solicitud estadounidense bajo el argumento de que era el único material operativo estratégico que poseía Bolivia”, continúa la fuente militar que se mantiene en reserva.
Las hipótesis –en el caso de que los misiles hayan salido del país– apuntan a que habrían sido llevados a las bases norteamericanas de Manta, en Ecuador, o a Mariscal Estigarribia, en Paraguay. “Es una prueba de la falta de soberanía de Bolivia a la que contribuyen las propias fuerzas armadas, que en la práctica admiten que somos un Estado fallido”, concluye Quintana.
En una próxima interpelación al ministro de Defensa, Gonzalo Méndez –fue aplazado el primer intento la semana pasada–, los parlamentarios intentarán descubrir la misteriosa ruta del material antiaéreo, mientras el mandatario boliviano convocó a los medios a no tratar un tema “que hace a la seguridad nacional”.

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