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El mundo|Martes, 21 de marzo de 2006
AMIGOS Y RIVALES PIDEN QUE BLAIR SE VAYA PRONTO

Tony, tu tiempo ha acabado

Por Walter Oppenheimer *
Desde Londres
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Tony Blair perdió su sonrisa.

Los días de Tony Blair como primer ministro podrían estar contados. El creador del Nuevo Laborismo, que perdió el carisma ante muchos de sus seguidores a raíz de la guerra de Irak, se ve acosado ahora lo mismo por sus críticos que por sus aliados para que ceda cuanto antes su cargo de primer ministro al número dos del laborismo, el ministro del Tesoro, Gordon Brown. Tras una semana especialmente difícil, una catarata de editoriales periodísticos le está marcando el calendario y presionándolo para que abandone Downing Street hacia agosto de este año.

Blair ha sido protagonista de numerosas resurrecciones políticas. Pero ahora no se encuentra ante un determinado problema explosivo que puede superar a base de carisma, sino ante una situación de debilidad crónica. Los problemas de las últimas semanas sintetizan bien el origen de su situación: ni la crisis desatada por los problemas de la ministra de Cultura, Tessa Jowell, salpicada por los dudosos negocios de su marido, ni el escándalo de los créditos blandos recaudados en secreto entre multimillonarios donantes del partido, constituyen ningún delito. Pero ambos casos ponen de relieve las poco escrupulosas relaciones del Nuevo Laborismo con el mundo del dinero y los negocios, ensuciando su imagen y haciendo añicos su vieja promesa de que el laborismo sería más puro que la pureza.

En el plano parlamentario, la aprobación de la reforma educativa –posible gracias al apoyo del Partido Conservador– parece llamada a convertirse en la norma, más que la excepción, porque los rebeldes laboristas se oponen a numerosas reformas pendientes y porque ven en su rebeldía la mejor forma de acelerar la salida de Blair. Y por los Comunes están por desfilar aún numerosos asuntos abiertos a la polémica, desde nueva legislación en materia de educación y sanidad hasta la reforma del sistema de pensiones y la revisión del Estado de bienestar y la discusión sobre la moratoria para construir nuevas centrales nucleares o la renovación del programa Trident sobre armamento nuclear. En todos esos asuntos, Blair puede necesitar de nuevo el apoyo de los conservadores.

Algunos medios tradicionalmente próximos al primer ministro o a sus políticas, como The Economist, The Guardian o The Financial Times, han subrayado estos días esa dependencia y los dos primeros le han sugerido que lo mejor que puede hacer es retirarse cuanto antes, ahora que aún está en condiciones de manejar el calendario, en lugar de esperar a que el partido termine por echarlo. A juicio del Financial Times, probablemente el diario más blairista del Reino Unido porque siempre ha visto en él al líder moderado más capaz de poner en marcha la agenda neoliberal, europeísta y reformista que defiende editorialmente, Blair se enfrenta a la paradoja de que “cuanto más empuja para asegurar su legado como primer ministro, más obligado se ve a depender del apoyo de los conservadores”. Y ve “poco probable” que el Nuevo Laborismo no pueda restaurar ni la unidad de un partido roto en dos ni la coherencia del gobierno. Aunque no pide su salida, llega a afirmar que Blair ya no controla los Comunes.

The Economist, en un editorial extraordinariamente duro con el que domina la primera página de su último número, “Los últimos días de Tony Blair”, subraya que Blair prácticamente ya no es necesario para llevar a cabo su programa de gobierno y recuerda que “Brown no está agitando a los diputados laboristas rebeldes, pero podría hacerlo si pensara que Blair está meramente haciendo tiempo o, aun peor, dañando las posibilidades electorales de Brown en el futuro”. Y concluye que Blair sólo debería seguir “si está absolutamente seguro de que es capaz de dirigir sus reformas sobre sanidad y otras materias durante los próximos dos años”. Pero agrega: “Hacer eso, tras nueve años en el cargo, sería un trabajo enorme. Seguramente sería mejor para él renunciar cuando aún está en cabeza”.

The Independent, de centroizquierda, se sumó el sábado a los pedidos de renuncia. Y The Guardian, el diario más próximo al Partido Laborista aunque a menudo crítico con las políticas de Tony Blair, sostiene que “nueve años son suficientes”, en un editorial publicado ayer con ese encabezamiento. El diario apuesta directamente por la renuncia de Blair cuanto antes: “Debería renunciar este año. El último discurso de Brown esta semana en la presentación del presupuesto debería ir seguido en la última parte del año de su primer discurso en el congreso del partido como primer ministro”. The Guardian afirma que Blair debe hacer público un calendario de retirada, sostiene que su presencia no es una ayuda para sacar adelante las reformas que propone y le recomienda que se pregunte a sí mismo: “¿Tiene que arrastrar las cosas otros 12 o 24 meses difíciles y vacíos sólo porque puede hacerlo?”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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