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El mundo|Sábado, 25 de marzo de 2006
LUCES Y SOMBRAS DE UN FILM SATIRICO SOBRE BERLUSCONI

El caimán devora al Cavaliere

Por Enric González *
Desde Roma

Nanni Moretti, cineasta y agitador político, ha añadido un nuevo elemento de debate, y de tensión, a la campaña electoral italiana. En 380 salas de todo el país se estrenó esta semana su película El caimán, un drama familiar envuelto en comedia que concluye con un alegato pesimista y feroz contra Silvio Berlusconi. La centroizquierda teme que la obra de Moretti acentúe la crispación y favorezca de forma indirecta a “Il Cavaliere”. La centroderecha berlusconiana habla de “incitación al asesinato” del presidente del gobierno en funciones.

En otros países, una película sería solamente una película, aunque se estrenara con exagerados honores de obra maestra y fuera esperada con devoción en el Festival de Cannes. En Italia, El caimán constituirá un elemento de propaganda para ambas coaliciones. Romano Prodi dijo el miércoles que confiaba en que el film no se convirtiera en un boomerang y, como los documentales de Michael Moore en Estados Unidos, acabara beneficiando al objeto de denuncia, en este caso Berlusconi. El ministro de Bienes Culturales, Rocco Buttiglione, lamentó a su vez la aparición de “obras que incitan al asesinato” y pidió que cesara “la campaña de demonización” contra su jefe político.

Nanni Moretti es un tótem del antiberlusconismo y, hasta cierto punto, un azote para los dirigentes de la centroizquierda. El grito que una vez le lanzó a Massimo D’Alema –”¡Decí algo de izquierda!”– se convirtió en lema de los militantes de base y sigue persiguiendo al presidente de los Demócratas de Izquierda (ex PCI). Su nueva película carece de los rasgos típicos del cine de denuncia, hasta el tramo final. Arranca como una comedia sobre un productor cinematográfico desgraciado, arruinado e incompetente, en cuyo currículum figuran largometrajes titulados Maciste contra Freud y Mocasines asesinos y se enmaraña con la separación matrimonial y los problemas personales del productor, desembocando allí donde espera el público: el cineasta infeliz y apolítico empeña todo lo que tiene para realizar un cortometraje contra Silvio Berlusconi.

El Berlusconi del corto, interpretado por el propio Moretti con toda la antipatía y arrogancia de que es capaz (mucha), resulta condenado a prisión e inhabilitado para el ejercicio de cargos públicos. Pero queda libre y fomenta una rebelión ciudadana contra los jueces. La escena final, llena de hogueras, parece sugerir el inicio de una guerra civil. “Ustedes, los italianos, sólo hablan de televisión y de Berlusconi”, dice uno de los personajes de El caimán. “Aunque Berlusconi pierda las elecciones, ya ha ganado”, dice otro.

Pero las encuestas aparecidas ayer reflejaron que la crispación fomentada por “Il Cavaliere” no ofrecía, de momento, resultados positivos para la centroderecha. Una, del diario La Repubblica, otorgaba cinco puntos de ventaja a la centroizquierda. La segunda, de SkyNews, estimaba una diferencia menor, 48 por ciento para Berlusconi y 51,5 para Prodi, pero muy estable.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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