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El mundo|Jueves, 1 de junio de 2006
LOS ESTUDIANTES DAN ULTIMATUM HASTA HOY AL GOBIERNO, QUE LO RECHAZA

Los pingüinos suben la apuesta en Chile

Tras la represión del martes a los alumnos secundarios que se habían movilizado y parado por sus reclamos, el gobierno socialista destituyó al jefe y al subjefe de las fuerzas especiales metropolitanas y suspendió a ocho carabineros. El diálogo seguía abierto.

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La jornada de ayer contó también con enfrentamientos entre policías y estudiantes.

Nadie puede parar la “revolución de los pingüinos” chilena. En una segunda jornada de movilización en reclamo de reformas educativas, los estudiantes no sólo mantuvieron las escuelas paralizadas, sino que también amenazaron al gobierno de Michelle Bachelet con lanzar una “movilización social” que incluiría a los trabajadores si no se accede a sus demandas antes de mañana. El gobierno respondió que “no opera en base a ultimátum”, además de sostener que la reunión entre los estudiantes y el ministro de Educación, Martín Zilic –que se extendía hasta el cierre de esta edición luego de seis horas de negociaciones–, estaba marchando sobre ruedas. La jornada de ayer, que contó con enfrentamientos entre policías y estudiantes, fue sin embargo más tranquila que la del martes, que había resultado en decenas de heridos y 730 detenidos. Los “excesos” de esa primera jornada no quedaron impunes, ya que provocaron los relevos del jefe y del subjefe de las Fuerzas Especiales metropolitanas, así como la separación preventiva de funciones de casi una decena de carabineros.

Ayer por la tarde, luego de casi cinco horas de una asamblea de los estudiantes secundarios, los “pingüinos” anunciaron su intención de realizar el próximo lunes un paro a nivel nacional que incluiría a los trabajadores si no se cumplen sus demandas antes de mañana. El ultimátum fue comunicado mientras en forma simultánea los líderes estudiantiles reanudaban el diálogo que iniciaron el martes con las autoridades de Educación. “De no haber respuesta por parte del Ministerio de Educación y las autoridades a las peticiones que hemos venido planteando, el día lunes se convocará a una movilización social a nivel nacional, con paro de actividades tanto de los estudiantes como de todos los sectores de la educación y los trabajadores chilenos”, dijo Juan Carlos Herrera, uno de los líderes del movimiento.

Sin embargo, el gobierno bajó el tono a ese “ultimátum”. Por la noche, tras una reunión de ministros encabezada por Bachelet en La Moneda, el ministro del Interior, Andrés Zaldívar, indicó que no sabía “de dónde salió la noticia de que (los estudiantes) habían provocado un ultimátum. Al contrario (...) los dirigentes estudiantiles están actuando responsablemente junto al gobierno”. En tanto, el vocero de gobierno, Ricardo Lagos Weber, fue más duro al indicar que “el gobierno no opera en base a ultimátum”.

Luego de un martes de represión, los estudiantes volvieron a protagonizar ayer enfrentamientos con la policía en el centro de Santiago y en Concepción, resultando en 50 personas detenidas y varios heridos. Los choques sin embargo no tuvieron la magnitud de los del martes, cuyos “excesos” por parte de los carabineros resultaron en los relevos del jefe de las Fuerzas Especiales de la zona metropolitana, coronel Osvaldo Exequiel Jara Soto, y del subjefe de esa misma fuerza, comandante Gustavo Seeicz. Además, se separó preventivamente a ocho carabineros de sus funciones. Los estudiantes, que habían convocado a una protesta pacífica, acusaron a “encapuchados” e “infiltrados” de iniciar los disturbios de ayer. Bachelet, por su parte, expresó su indignación por el trato dado por algunas unidades policiales a los manifestantes. “Queremos que nuestros carabineros resguarden la seguridad, pero no aceptaremos hechos repudiables como han sido vistos por todos los chilenos en el día de ayer (por el martes)”, señaló. El coronel Jara sin embargo dijo no arrepentirse “de ninguna de las órdenes que di”.

¿Qué es lo que piden los estudiantes? El objetivo principal es mejorar la calidad de la enseñanza y eliminar la brecha entre los colegios privados y los liceos públicos. Para ello se pide la reforma de la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE), promulgada por Augusto Pinochet un día antes de dejar el poder, además de la gratuidad en la prueba universitaria, el pase escolar y el transporte escolar. Sin embargo, las reformas a la ley de educación generan divisiones en la comunidad política chilena. Mientras la presidenta Bachelet afirmó que la reforma educativa se encuentra entre los planes de su gobierno, la derecha expresó que “noconsidera prioritario cambiar la LOCE”. “Las demandas de los jóvenes nos han parecido justas, legítimas, y expresan además un sentir nacional de que queremos que la educación sea mejor, y de mejor calidad para todos”, expresó ayer Bachelet.

Por el contrario, la derecha aprovechó la oportunidad para golpear al gobierno de la Concertación. El presidente de la UDI, Jovino Novoa, sostuvo que las autoridades “han tenido una pésima gestión en este tema”. Por su parte, el secretario general de ese partido, Patricio Melero, afirmó que para asegurar la calidad en la educación “hay que hacer muchas cosas antes de cambiar la LOCE” y que centrarse en esta ley “obedece más bien a una intencionalidad política e ideológica de volver a un sistema de control centralizado que en los hechos no se traduce en ninguna mejora”. La historia continúa y el futuro de la educación media parece estar en manos de los jóvenes “pingüinos”, que luchan por un futuro de equidad.

Informe: Virginia Scardamaglia.

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