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El mundo|Sábado, 22 de julio de 2006
NO CONSIGUE QUEBRAR LAS DEFENSAS DE HEZBOLA CON BOMBAS Y GRUPOS COMANDO

El ejército israelí prepara una invasión

Israel amontona tropas en la frontera con el Líbano y convoca a reservistas. Sus líderes militares dan a entender que una ofensiva terrestre es inminente, pero nadie se olvida del desastroso resultado de la última incursión, en 1982. Mientras tanto cayeron más cohetes en Haifa, que hirieron seriamente a dos personas.

Por Donald Macintyre *
Desde Haifa
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Funeral del sargento Yotam Gilboa, que falleció el miércoles luchando en el sur del Líbano.

Israel movilizó ayer a 3000 reservistas mientras se preparaba para una invasión terrestre a gran escala del sur del Líbano, después de aceptar que su objetivo de “inutilizar” a Hezbolá no se había logrado con sólo masivos ataques aéreos y operaciones terrestres de grupos comando. Israel está tratando de establecer una zona “estéril” de 1,5 kilómetro en el lado libanés de su frontera del norte, frente a lo que el ejército reconoce ha sido una efectiva y bien preparada resistencia de las fuerzas de Hezbolá, que le costó la vida a seis tropas terrestres de elite israelíes en las últimas 48 horas.

Después de un período de relativa calma en cuanto a ataques de misiles, dos personas fueron malheridas por un Katyusha que impactó en una oficina de correos cerrada en el centro de Haifa, uno de los 10 que fueron lanzados hacia la ciudad durante el día y subrayaron la capacidad de Hezbolá para atacar bien al norte de Israel, a pesar de nueve días de bombardeos y bloqueo en el Líbano.

Las tropas reservistas –que probablemente se usen en Cisjordania para liberar a más unidades de combate para llevarlas a la frontera del Líbano– fueron reclutadas mientras los aviones israelíes lanzaban panfletos sobre el sur del Líbano advirtiendo a los civiles que abandonaran los pueblos fronterizos y se dirigieran a áreas al norte del río Litani, a unos 20 kilómetros de la frontera. El área al sur del río normalmente está habitada por unas 300.000 personas, la mayoría de chiítas musulmanes.

En lo que podría resultar la única oportunidad diplomática para evitar otra escalada militar, se espera la llegada el fin de semana a la región de la secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rica, para mantener conversaciones. Un importante funcionario de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), el brigadier general Alon Friedman, del comando del Norte, dijo a AFP que las tropas que ya están en la frontera son una punta de lanza que permitiría, si fuera necesario, una operación terrestre a “gran escala”. Los funcionarios israelíes insisten en que es necesaria una gran debilidad de Hezbolá como precondición para lograr un acuerdo de cese del fuego. Para eso, es necesario que pueda cumplirse el compromiso internacional de desarmarlo –expresado en las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU– para ser implementado por el ejército libanés o una nueva fuerza multinacional. El brigadier Ido Yehushtan, jefe de política y planeamiento del FDI, dijo aquí ayer que el objetivo de Israel era “inutilizar significativamente” las capacidades militares de Hezbolá, pero dijo que cumplir con la tarea “llevaría tiempo” y que Hezbolá había estado preparándose para establecer bunkers ocultos y túneles durante seis años. “No será cuestión de días”, añadió.

Un importante funcionario israelí explicó que el objetivo de inutilizar la capacidad de Hezbolá incluye una zona de frontera de 1,5 kilómetros de ancho, donde las bases de Hezbolá, los árboles y las rocas serán derribados. No dijo si las casas serían destruidas o si los residentes civiles podrían regresar una vez que la zona de exclusión estuviera demarcada, pero dijo que sólo el personal del ejército libanés –si es que es desplazado– o una posible fuerza multinacional tendrían permiso para portar armas.

Acá se celebraron los funerales de tres de los cuatro soldados de FDI que murieron –y otros cinco fueron heridos– en batallas terrestres el jueves en la frontera libanesa, al norte de Moshav Avimim –donde dos soldados también murieron el miércoles–, mientras el ejército buscaba bases de Hezbolá y armas ocultas. El ejército dijo que Hezbolá también había sufrido pérdidas y un piloto de la fuerza aérea israelí fue muerto en medio de un choque entre dos helicópteros Apache al norte de la ciudad israelí de Kyriat Shimona.

Un oficial israelí dijo que los soldados que habían muerto habían formado parte de una operación terrestre limitada en que las unidades de combate normalmente inutilizan minas terrestres antes de demoler las bases enemigas. Pero Hezbolá había entrado al área en masa para evitar que el ejército alcanzara sus posiciones. Indicando que Hezbolá parecía estar protegiendo un blanco importante, el oficial añadió: “Estas posiciones estaban mucho más fortificadas de lo que esperábamos. Hay que darles crédito: son buenos combatientes. Esto es un asunto serio”.

El centro de la ciudad de Haifa estaba tenso ayer, mientras las sirenas sonaron durante el día y la policía y los rescatistas comenzaron la tarea de sacar los vidrios rotos y los escombros de las explosiones que dañaron un rincón del edificio de correos, cerrado como muchos otros negocios en la ciudad a causa de los ataques de cohetes. La explosión amputó la pierna a una mujer. El alcalde de Haifa, Yona Yahav, dijo a los periodistas que creía que Hezbolá había provocado un período de calma para que los residentes salieran. “Pero siguieron nuestros consejos y se quedaron en los refugios”, añadió.

Mientras que crece en la derecha el clamor por una invasión terrestre al Líbano, los políticos laboristas con antecedentes en Inteligencia, como Ami Ayalon, ex jefe de Shin Bet, y Danny Atom, ex jefe del Mossad, han salido públicamente en contra de la idea. Los funcionarios israelíes reconocen que una invasión terrestre –si sucede– puede requerir un avance inicial hasta el río Litani, si no más lejos, inevitablemente evocando comparaciones con la guerra del Líbano de 1982, que eventualmente se convirtió en la más impopular de la historia de Israel. Pero ellos insisten con que Israel no quiere reocupar el Líbano. Un funcionario dijo: “Cuando se termine la operación, no quedará ni un soldado en el Líbano, se los puedo asegurar”.

El más importante columnista israelí, Ari Shavit, escribió en el diario liberal Haaretz el jueves que como el poder aéreo no había logrado inutilizar a Hezbolá, Israel pronto tendría que elegir si recurrir a una invasión terrestre a gran escala o a una solución diplomática.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère.

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