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El mundo|Lunes, 24 de julio de 2006
RECIBE EL APOYO DE EE.UU. Y EUROPA PARA UNA FUERZA QUE CONTROLE LA FRONTERA

Israel, a favor de la intervención de la OTAN

Tras los combates, las fuerzas israelíes ocupan la estratégica Marun al Ras, en el sur del Líbano, y habrían incursionado en dos ciudades en el oeste. Atacaron Sidon, Beirut y Tyre. Hezbolá lanzó unos 80 cohetes al norte israelí, que mataron a dos personas en Haifa.

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Las ciudades libanesas más golpeadas por las bombas israelíes fueron Sidon, Beirut y Tyre.

Israel continuó ayer adentrándose en el sur libanés y controla al menos una ciudad, Marun al Ras. El saldo de la ofensiva israelí ayer fue de 15 muertos y alrededor de 60 heridos –suman 360 los fallecidos–. Mientras las fuerzas israelíes continuaron bombardeando las ciudades del sur libanés, la milicia chiíta Hezbolá no dio tregua al norte israelí, especialmente a la ciudad de Haifa, en donde ayer hubo nuevamente dos civiles muertos y otros doce heridos. Lejos de las bombas, Estados Unidos, Europa e Israel se pusieron de acuerdo sobre la posibilidad de conformar una fuerza de intervención liderada por la OTAN (Organización del Tratado de América del Norte) para desmilitarizar la zona fronteriza del lado libanés.

Después de varios días de combate y de al menos 30 milicianos de Hezbolá muertos, Israel logró ocupar y controlar la primera ciudad en el sur libanés. Se trata de la pequeña población fronteriza de Marun al Ras, una posición estratégica en la región. Una vez controlada la situación, los soldados israelíes tomaron como prisioneros a dos milicianos de Hezbolá, que serán transportados a Tel Aviv. A pesar que la milicia chiíta sólo ha reconocido perder Marun al Ras, el jefe de staff del Comando Norte del Ejército Israelí, el brigadier general Shuki Shachar, aseguró que sus fuerzas controlaban otras dos ciudades libanesas: Marwahin y Aita al Shaab, las dos en el oeste.

Durante la tarde, las otras ciudades más golpeadas por las bombas israelíes fueron Sidon (ver página 16), Beirut y Tyre. En esta última, hubo más de 40 ataques. En uno de ellos murió una fotógrafa libanesa de 23 años. Layal Nejim se convirtió así en la primera periodista que fallece en el conflicto. La fuerza aérea israelí también volvió a atacar el este del Líbano ayer. El objetivo esta vez fue una base militar del Frente Popular para la Liberación de Palestina-Comando General en el valle de la Bekaa. Durante la madrugada de hoy, se reanudaron los bombardeos israelíes sobre los supuestos bastiones de Hezbolá y, al cierre de esta edición, todavía no se conocía la cifra exacta de víctimas.

En tanto, fuentes militares israelíes informaron que dos personas murieron en Haifa y otras doce resultaron heridas por los misiles Katyusha lanzados desde el sur del Líbano. En total, se estima que Hezbolá lanzó unos 80 misiles contra el norte israelí en el día de ayer. Según la radio militar, 20 golpearon la región de Galilea, dejando una persona gravemente herida. Las otras ciudades afectadas fueron Carmiel, Rosh Pina y Nahariya. Doce días después del inicio de las ofensivas israelíes contra el Líbano, las víctimas israelíes ascienden a 36 (17 civiles y 19 soldados).

Mientras las fuerzas israelíes continúan con su estrategia de ataques aéreos y suman de a poco incursiones terrestres –y algunas ocupaciones–, el ministro de Defensa, Amir Peretz, sigue negando que su gobierno quiere una invasión total del Líbano. Siria, sin embargo, ya adelantó que no aceptará de ninguna manera una ocupación total del Líbano y amenazó con involucrarse de lleno en el conflicto. Pero Tel Aviv parece tener otra estrategia en mente. Ayer, por primera vez, el premier israelí Ehud Olmert aceptó la posibilidad de una fuerza de intervención internacional para controlar un cese del fuego en la zona fronteriza.

Pero Olmert fue claro. La fuerza no estaría liderada por la ONU –que desde hace décadas mantiene una misión en la zona, sin mucha efectividad—, sino por la OTAN. Aunque Peretz caracterizó a esta eventual fuerza de intervención como “fuerte, temporal y europea”, la realidad es que en la OTAN, el principal poder militar recae en Estados Unidos, y no en sus socios europeos. El ministro de Defensa –y líder laborista– explicó que los objetivos de esta misión serían hacer retroceder a Hezbolá para adentro del Líbano y suspender el supuesto contrabando de armas desde Siria.

Esta semana estaría marcada por dos sucesos diplomáticos. Por un lado, la visita de la secretaria de Estado estadounidense, Condoleezza Rice, a Jerusalén hoy. Según informaron fuentes del gobierno israelí al diario británico The Independent, Tel Aviv recibiría un apoyo informal para extender su ofensiva sobre el Líbano una semana más. Por otro lado, está la Conferencia de Roma el miércoles próximo. El gobierno italiano convocó una conferencia internacional para tratar la situación en Líbano. Luego de su visita a Jerusalén, Rice viajará a Roma para conversar con las autoridades libanesas y de otros países árabes. Beirut ya advirtió que boicoteará la reunión si Israel es invitado, aunque el premier libanés, Fuad Siniora, reconoció que todavía no ha recibido una invitación oficial para participar.

Según el diario israelí Maariv, los representantes de la ONU en Roma propondrán crear en el sur de Líbano una franja desmilitarizada con una profundidad de 20 kilómetros al norte de la frontera con Israel. Por primera vez, la comunidad internacional parece tener algo que se le acerca a un plan. Sin embargo, Estados Unidos –el país al que la mayor parte del mundo árabe le demanda intervenir llamativamente– continúa negándose a dialogar con los países que considera como aliados de Hezbolá, Irán y Siria. Damasco dio un paso ayer al anunciar que estaría dispuesta a conversar con Washington para encontrar una solución pacífica a este conflicto. Pero la Casa Blanca ya rechazó esta propuesta. Más que nunca la comunidad internacional se reduce a Estados Unidos y sus aliados.

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