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El mundo|Viernes, 1 de septiembre de 2006

La ONU concluyó que Irán sigue enriqueciendo uranio

Un informe de los inspectores asegura que Teherán no desarmó su programa nuclear. Más tensión con Occidente.

Por Rupert Cornwell *
Desde Washington
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El gobierno iraní, que preside Mahmud Ahmadinejad, dijo que el informe de las Naciones Unidas no era totalmente satisfactorio.

La tirante relación entre Irán y Estados Unidos tuvo un pico de tensión después de que la ONU declarara formalmente que Teherán no había detenido el enriquecimiento de uranio en la fecha establecida, posibilitando sanciones por parte del Consejo de Seguridad. Después del último acto de desafío de Irán, incluyendo la apertura de una planta de agua pesada durante el fin de semana, el veredicto de ayer de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), con base en Viena, estaba cantado. “Irán no ha suspendido sus actividades relacionadas con el enriquecimiento”, decía un informe. En realidad, de acuerdo con la AIEA, Teherán comenzó una nueva ronda de enriquecimiento el 24 de agosto, una semana antes de la fecha límite.

Mientras la disputa se movía inexorablemente hacia la ONU y las medidas punitivas contra el régimen islámico, ambas partes aumentaron la retórica. En lo que fue considerado por la Casa Blanca como un importante discurso sobre la seguridad nacional, el presidente Bush ubicó el problema nuclear directamente en el contexto de la “guerra contra el terrorismo”. “Teherán tiene que pagar el precio por su negativa a acceder a las demandas de la ONU”, le dijo a una convención de veteranos en Salt Lake City. Nuevamente Bush se comprometió a buscar una solución diplomática a su crisis, pero advirtió que “es tiempo de que Irán haga su elección, debe haber consecuencias al desafío iraní y no debemos permitir que Irán desarrolle un arma nuclear”. Una vez más, insistió con que “conocemos la profundidad del sufrimiento que provocó el patrocinio de Irán sobre los terroristas. Podemos imaginarnos cuánto peor puede ser si se le permite a Irán adquirir armas nucleares”. Remató con que el mundo se enfrenta a “una grave amenaza por parte del régimen radical de Irán”. Bush ha criticado a Irán desde hace mucho tiempo, llamándolo parte del “eje del mal”. En su amplio y largo discurso, Bush cubrió Afganistán, el Líbano e Irak. Los inspectores de la AIEA han estado tratando, sin éxito, de determinar la naturaleza del programa que Irán ha mantenido en secreto durante dieciocho años.

La respuesta del gobierno iraní fue igualmente inflexible. Aunque el informe no era “totalmente satisfactorio”, dijo Mohamed Saeedi, el vicejefe de la organización de energía atómica del país, era suficiente para mostrar que “la propaganda y las declaraciones políticamente motivadas por EE.UU.” de que su programa nuclear estaban destinadas a producir una bomba “no tenían asidero y estaba basado en alucinaciones”. Pero John Bolton, el embajador de Estados Unidos ante la ONU, repitió ayer la posición de Washington de que el rechazo de Irán para cooperar probaba que su programa nuclear no tenía fines puramente pacíficos. La confrontación parece destinada a intensificarse en las semanas por venir. Bush resaltará la crisis de Irán cuando se dirija a la Asamblea General de la ONU el 19 de septiembre. Para entonces es probable que haya alguna indicación de la acción que tomará el Consejo de Seguridad.

Pero las perspectivas de que le impongan sanciones severas son débiles. La Unión Europea, que no pudo persuadir a Teherán de que acepte un paquete de incentivos para detener el enriquecimiento, se alineó detrás de Estados Unidos en su condena a Irán. Pero Rusia, que tiene poder de veto en el Consejo de Seguridad y cuya actitud será crucial, estuvo notablemente difusa, apuntando sólo que el asunto debería ir ahora al Consejo, sin dar un veredicto específico a la respuesta de Teherán. Los diplomáticos creen que tanto Rusia como China –que también tiene grandes intereses económicos en Irán– son reacios a apoyar las sanciones que vayan más allá de irritaciones menores, como restricciones a altos funcionarios iraníes para viajar.

En ese caso, advirtió Bolton, Estados Unidos estaba preparado para tomar acciones diplomáticas con la UE y otros aliados, fuera del encuadre del Consejo de Seguridad. “No se requiere la unanimidad”, dijo, refiriéndose a la posibilidad de una amenaza de veto por parte de Rusia o de China. Pero los contactos, formales e informales, continuarán. Mohammed Khatami, el anterior presidente reformista de Irán, estará en Estados Unidos la semana que viene, aunque Bolton dice que no tiene planes para reunirse con él. Mientras tanto, Javier Solana, el alto representante de la UE, mantendrá conversaciones con Ali Larijani, el principal negociador nuclear de Irán, en los próximos días, según diplomáticos de la UE. Sin embargo, si la última oferta de Irán es tan sólo para mantener “serias negociaciones” sobre la disputa nuclear, indica algo, eso es que seguramente no serán nada más que “conversaciones sobre las conversaciones anteriores”.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

Traducción: Celita Doyhambéhère

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