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El mundo|Martes, 19 de septiembre de 2006
AL QAIDA Y EL LIDER ESPIRITUAL IRANI, JAMENEI, SUMAN SUS VOCES CONTRA EL PAPA

La ira se desató en el mundo islámico

La red de Bin Laden amenazó con una guerra santa contra los cristianos. Todo comenzó con un discurso del Pontífice sobre el Islam.

Por Georgina Higueras *
Desde Madrid
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Miembros del grupo Frente de Defensa Islámico protestan.

La ira ha vuelto a inflamar el mundo islámico, cuando apenas se había extinguido la cólera que en febrero pasado recorrió desde Nigeria hasta Filipinas, pasando por todo el mundo árabe, Irán y el surcontinente asiático –donde se concentra casi la mitad de los creyentes de la fe de Mahoma– por las caricaturas del profeta. Al Qaida, a través de distintos grupos terroristas asociados a esta red, prometió llevar la “guerra santa hasta la derrota” de la cristiandad.

“Romperemos la cruz y derramaremos el vino... Dios ayudará a los musulmanes a conquistar Roma... Nos hará capaces de cortar el cuello... a los infieles y déspotas”, señala un texto colocado en Internet por el Consejo Consultivo Muyahidin, un grupo que sirve de paraguas de Al Qaida en Irak. El grupo advierte: “A los devotos de la cruz, (al Papa) y a Occidente, os decimos que os derrotaremos de la misma forma que veis todos los días en Irak, Afganistán y Chechenia”.

En Irán, el líder supremo de la Revolución Islámica, el ayatola Alí Jamenei, también reaccionó con dureza a las palabras del Papa. Sin mencionar por su nombre al presidente de Estados Unidos, George Bush, Jamenei se refirió a la “cruzada contra el Islam emprendida por ciertos políticos” y consideró que el discurso de Benedicto XVI es el “último eslabón” de esa “cadena de complots” contra la fe de Mahoma. Según Jamenei, los musulmanes deben hacer frente a una gran conspiración que, empezando por la invasión de Irak y continuando por las “caricaturas insultantes” del profeta, pretende crear “crisis interreligiosas en el mundo y fomentar la confrontación entre las religiones”.

El dirigente chiíta señaló que las protestas deben dirigirse contra el Gran Satán, nombre con el que se designa en Irán a EE.UU. “Todo el mundo debe considerar que el Gran Satán es el responsable”, por ser el que se beneficia de “las injustas palabras del Papa”, indicó el jefe espiritual de la Revolución Islámica y sustituto de su fundador, Jomeini. A su vez, el portavoz del gobierno iraní señaló que las disculpas presentadas por el Papa son “un buen gesto”, pero matizó que “no es suficiente”. El portavoz señaló que “es necesario que el Papa exprese más francamente que sus palabras fueron pronunciadas por error”.

Mientras, las manifestaciones de protesta se suceden. Ayer, en Basora, la segunda ciudad de Irak, más de 500 personas quemaron una efigie del Pontífice y el grupo radical sunnita Ansar al Suna amenazó a los occidentales y especialmente a italianos y alemanes: “Les reservamos la espada en respuesta a su arrogancia”. En Marruecos, el rey Mohamed VI se alzó también como uno de los principales abanderados de la defensa del Islam. No en balde es, además de jefe de Estado, el comendador de los creyentes en su país. Tras protestar y llamar a consultas a su embajador en el Vaticano, continuó ayer, por tercer día, su actividad diplomática. “Me dirijo a usted –afirma en una carta enviada al Papa– en su calidad de jefe de la Iglesia Católica para pedirle que tenga con el Islam el mismo respeto que con los demás cultos.”

En Egipto, el Parlamento solicitó que se congelen las relaciones diplomáticas con el Vaticano y exigió que el Papa presente “excusas directas y claras”. Por su parte, el jefe de la Unión Mundial de Ulemas (Sabios) Islámicos, el egipcio –residente en Qatar– Yusef al Qaradaui, instó a todos los musulmanes del mundo a expresar su ira el próximo viernes.

El gobierno islamista de Somalia afirmó el lunes que capturará y llevará ante la Justicia a los que el domingo mataron a la monja italiana Leonella Sgobarti. En Jordania, varios diputados cristianos y musulmanes protagonizaron una sentada de una hora y 14 sindicatos firmaron un comunicado en el que se considera que las palabras de Benedicto XVI “alimentan la feroz campaña de odio lanzada por el sionismo internacional”. Las reacciones violentas también se sucedieron. Así, en Indonesia, el Frente de Defensores del Islam, un grupo radical del país con mayor población musulmana del mundo –el 85 por ciento de sus 230 millones de habitantes–, pidió la “crucifixión del Papa”, al que calificó de “pequeño y vil”. Varios cientos de simpatizantes de ese grupo protestaron ante la Embajada de la Santa Sede en Yakarta, con pancartas que identificaban al Vaticano con el Eje del Mal, la terminología utilizada por Bush para referirse al Irak de Saddam Hussein, Irán y Corea del Norte.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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