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El mundo|Domingo, 15 de octubre de 2006

Perpetua para el líder senderista

Abimael Guzmán, su esposa y un grupo de líderes de la guerrilla maoísta fueron condenados por un tribunal civil en Lima.

Por Carlos Noriega
Desde Lima
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Guzmán en uniforme carcelario tras su detención en 1992.

Notoriamente delgado y envejecido, con el pelo canoso, gruesos lentes y sin la barba que caracterizó su figura en los años que puso en jaque a todo el país, Abimael Guzmán, el líder de la agrupación maoísta Sendero Luminoso, que en 1980 inició una sangrienta lucha armada para capturar el poder, escuchó sentado junto a su pareja, Elena Iparraguirre, número dos de Sendero, la sentencia a cadena perpetua para ambos. Junto a ellos, sentados en dos filas frente a los jueces y teniendo a sus espaldas los vidrios antibalas que los separaban del público y de los periodistas, estaban otros diez miembros del Comité Central del Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso, quienes recibieron condenas que van de los 24 a los 35 años.

Durante la lectura de la sentencia, que duró ocho horas, en las afueras de la Base Naval del Callao, donde está detenido Guzmán y donde se llevó a cabo el juicio, un grupo de manifestantes exigía cadena perpetua para los líderes senderistas. Eran los familiares de las víctimas y sobrevivientes de Luccanamarca, un pequeño poblado de los andes donde en 1983 Sendero mató a 69 campesinos.

Guzmán, de 71 años, e Iparraguirre, de 59 años, podrían pedir una reducción de sus sentencias recién el año 2027. Manuel Fajardo, abogado de ambos, calificó la sentencia como “política” y anunció que apelará el fallo ante la Corte Suprema y, en última instancia, ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Fajardo exigió que se les dé una amnistía a los miembros de Sendero Luminoso. La fiscal, Luz Ibáñez, que había pedido cadena perpetua para los doce miembros de la cúpula de Sendero, también apelará en los diez casos en los que no se dictó esta sentencia. Por su parte, el procurador para casos de terrorismo, Guillermo Cabala, calificó la actitud del tribunal de “blandengue” por no haber condenado a cadena perpetua a todos los acusados.

Guzmán e Iparraguirre fueron capturados en setiembre de 1992 y un mes después fueron sentenciados a cadena perpetua en un juicio sumario por un tribunal militar sin rostro. Pero en enero de 2003 el Tribunal Constitucional declaró ilegales las sentencias emitidas por los tribunales militares secretos que impuso el régimen de Alberto Fujimori (1990-2000) y ordenó que todos esos casos fueran nuevamente juzgados en los tribunales civiles. El dirigente senderista que recibió la menor pena fue Oscar Ramírez Durand, el camarada “Feliciano”, número tres de Sendero, que fue el único de los procesados que se declaró arrepentido.

“Feliciano”, detenido desde 1999, testificó en contra de Guzmán, a quien calificó de “genocida”, y de sus ex compañeros. Eso le valió recibir la menor sentencia. Los primeros de los altos mandos senderistas que saldrán en libertad son Osmán Morote y Margot Liendo, que están en prisión desde 1988 y cumplirán su condena de 25 años en 2013, aunque podrían obtener su libertad condicional en 2010. Ambos fueron incluidos en este proceso acusados de haber seguido apoyando las acciones de Sendero desde prisión.

Guzmán fundó el Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso en 1970, como una de las tantas escisiones que en esos años sufrió la izquierda maoísta. La cuna de Sendero fue la Universidad de Huamanga en Ayacucho, poblado ubicado en los Andes centrales del Perú, donde Guzmán era profesor de filosofía. En mayo de 1980, el mismo día que se celebraban elecciones para el retorno a la democracia luego de doce años de dictadura militar, Sendero inició sus acciones armadas atacando un puesto electoral en un apartado poblado rural de Ayacucho.

Sendero desarrolló una violenta lucha armada, que incluyó la matanza de poblados enteros, asesinatos de dirigentes populares que se oponían a sus métodos y atentados terroristas contra la población civil. Desde el Estado se respondió con la violencia de la guerra sucia.

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