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El mundo|Sábado, 18 de noviembre de 2006
HUELGA DE HAMBRE DE UN MILLONARIO LIDER OPOSITOR

Los ricos también ayunan

La Asamblea Constituyente, trabada por desacuerdos en el sistema de votación, fue escenario de una llamativa medida de fuerza por parte del industrial cementero Samuel Doria Medina, de Unidad Nacional.

Por Pablo Ortiz
Desde Sucre
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Doria Medina, que entró tercero en las últimas presidenciales, al momento de votar.

Bolivia es el mundo al revés. A la medianoche del miércoles, uno de los hombres más ricos del país gobernado por un indígena pobre decidió que no comería más hasta que el Movimiento Al Socialismo, partido de Evo Morales, no aprobara como sistema de votación de la nueva Constitución los dos tercios del total de los votos. Se trata de Samuel Doria Medina, un industrial cementero que salió tercero en las elecciones de diciembre de 2005 y que consiguió un curul en la Asamblea Constituyente junto a otros siete miembros de su partido, el centrista Unidad Nacional.

Ayer, el escenario del Teatro Gran Mariscal de Sucre, que acoge las deliberaciones de la Asamblea, amaneció poblado de colchones en los que los siete huelguistas ayunaban esperando que el MAS retrocediera en su decisión de aprobar por mayoría absoluta la nueva Carta Magna. En las elecciones del pasado 2 de julio, el MAS, con sigla propia y prestada, consiguió 142 de los 255 asambleístas, lo que le da el control de la mayoría absoluta en las votaciones.

Sin embargo, eso no ha evitado que la Constituyente boliviana lleve más de 40 días empantanada. Hasta ahora no ha podido aprobar ni su reglamento de debates, una discusión que llevó el pasado 1º de septiembre a una pelea campal que terminó con Román Loayza, un líder histórico del movimiento campesino boliviano, en coma.

Desde ese día y para evitar nuevos enfrentamientos, la Constituyente trató de esquivar la decisión sobre el sistema de votación y el MAS, la mayor de las 16 fuerzas políticas representadas en la Asamblea, consiguió victorias y derrotas parciales. Su mayor ganancia fue declarar a la Constituyente originaria, lo cual le permite “refundar” Bolivia como un Estado plurinacional, que reconozca a las 36 naciones indígenas que habitan el país vecino.

La mayor derrota sufrida fue que hasta sus asambleístas votaran por la inmunidad procesal para todos los constituyentes, algo que causó la ira del propio Morales y de los movimientos sociales bolivianos.

Pero todos los atajos conducen al mismo nudo gordiano: el sistema de votación de la nueva Constitución.

Eso crispó a la oposición. Pese a que el MAS había conseguido el apoyo de las minorías de izquierda a su proyecto de estructura plurinacional del nuevo Estado, se quedó solo en su propuesta de sistema de votación. El resto de las fuerzas de la Asamblea se unió contra el partido de Morales en torno de los dos tercios, ya que así lo dispone la Ley de Convocatoria promulgada el pasado 6 de marzo.

Así entraron a la plenaria para entablar una batalla dialéctica que incluye 119 oradores con derecho a hablar 10 minutos. Como el reglamento transitorio contempla sólo sesiones de seis horas, la discusión tomará tres días antes de que el MAS pueda aprobar su propuesta con su mayoría absoluta.

A la sesión del miércoles, cada bando entró con sus armas: el MAS llevó carteles en los que se leía que los dos tercios era una imposición de Bush, del depuesto ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y una visión emanada del ámbito jurídico colonialista. Podemos, la agrupación ciudadana del ex presidente Jorge “Tuto” Quiroga, se llevó una bandera boliviana digna de barrabrava, de 40 metros cuadrados, con la inscripción “2/3 es democracia”.

Pero no contaban con el as bajo la manga del terno de Doria Medina. Cuando le tocó su turno de hablar 10 minutos, el industrial cementero dijo que aprobar que la Constitución se apruebe por mayoría absoluta era matar a la Asamblea y poner en riesgo la unidad del país. Fue en ese momento que se declaró en huelga de hambre, ante el asombro y la burla de los masistas. Ellos, curtidos de luchas sociales, bloqueos, marchas y huelgas de hambre, le recordaban que los pobres son los que hacen huelgas, mientras los ricos hacen dietas. El millonario y excedido de peso ex candidato presidencial no se dio por aludido y consiguió el apoyo del MNR, que se declaró en vigilia para acompañarlos.

Hoy el MAS hará uso de la mayoría absoluta para aprobar su fórmula de votos. Tal vez el lunes Bolivia esté nuevamente convulsionada, porque la decisión oficialista tendrá respuesta desde la autonomista “media luna”, que ya anunció su oposición a que sólo el MAS redacte la nueva Constitución.

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