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El mundo|Miércoles, 13 de diciembre de 2006
TRES ATENTADOS EN BAGDAD DEJARON UN TENDAL DE MUERTOS Y HERIDOS

Sesenta muertos y Bush sin brújula

Mientras el presidente norteamericano y sus asesores deciden qué estrategia tomar en Irak, la violencia sectaria ataca a civiles.

Por Andrew Buncombe *
Desde Washington
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Dos bombas explotaron con diferencia de segundos, dirigidas a obreros que buscaban trabajo.

Más de sesenta personas resultaron muertas en Irak ayer mientras un George Bush cada vez más aislado mantenía reuniones con asesores para preparar una nueva estrategia para lidiar con la incesante violencia. Los funcionarios dijeron que el presidente norteamericano probablemente no anuncie la nueva política para Irak antes de Navidad. Dos bombas que explotaron con diferencia de segundos estuvieron dirigidas a obreros que buscaban trabajo en Bagdad. Además de los muertos, 235 personas resultaron heridas, mientras que en un incidente aparte un cameraman de televisión de Associated Press fue muerto a balazos, supuestamente por insurgentes.

Los testigos dijeron que los ataques en la Plaza Tayaran de Bagdad involucraban a un atacante suicida que se acercó al grupo de trabajadores temporarios chiítas afirmando que estaba interesado en contratarlos. Mientras se subían a su camioneta, se detonó una bomba. Al mismo tiempo, otra bomba explotó en un automóvil estacionado a no más de veinticinco metros. Algunos informes dicen que hasta 71 personas murieron. Khall Ibrahim, un negociante local, le dijo a Associated Press: “En la primera explosión, vi gente que se caía, algunos de ellos en pedazos. Cuando explotó la segunda bomba, unos segundos después, la onda expansiva me arrojó contra la pared de mi negocio y me desmayé”.

La violencia ocurría mientras Bush se reunía con asesores para abordar una nueva estrategia para enfrentar la violencia en Irak. El presidente habló con los altos comandantes militares, su saliente secretario de Defensa Donald Rumsfeld y su reemplazante Robert Gates, que debía mantener una reunión después con el vicepresidente iraquí, Tarik al-Hashemi, líder del poderoso partido sunnita árabe en Irak. Bush ha estado bajo creciente presión para anunciar una nueva estrategia desde la contundente derrota de los republicanos en las elecciones legislativas de mitad de término y, aún más, desde la publicación la semana pasada de un informe del Grupo de Estudio de Irak (GEI) que recomienda diplomacia regional, un impulso a las fuerzas de seguridad iraquíes con entrenadores de Estados Unidos y el retiro de la mayor parte de las tropas de combate para 2008.

Sin embargo, un funcionario de la Casa Blanca les dijo a los periodistas que era “más probable” que Bush diera a conocer su nuevo plan después del 25 de diciembre. “Ha estado apurando bastante a la burocracia”, dijo el funcionario. “Todavía hay trabajo para hacer. La clave es hacerlo bien.” Gran parte de las discusiones entre el presidente y sus consejeros aparentemente se enfoca en los esfuerzos por persuadir el primer ministro iraquí, Mouri al Maliki, de que haga más para enfrentar a las milicias armadas en Irak. Esto es más fácil de decir que de hacer; hay numerosas milicias operando en Irak, todas con lealtades políticas que compiten, y los recursos del gobierno para tratar con los temas de seguridad son más bien escasos.

Algunos críticos dijeron que Maliki no está dispuesto a actuar porque uno de sus principales partidarios es un clérigo chiíta, Moktada al Sadr, que controla el Ejército Mahdi, una de las milicias más grandes y más poderosas. El informe GEI sugiere retacear el apoyo de Estados Unidos al gobierno iraquí si no llega a cumplir una serie de metas. Ayer, en medio de informes de que los dos socios más importantes de su gobierno de coalición habían mantenido conversaciones sobre las formas de reducir la influencia del clérigo, Maliki dijo que no había alternativa alguna para su gobierno. “Lo que sucede ahora es positivo cuando el objetivo, contrariamente a lo que se ha dicho, es ensanchar la base política del gobierno y no intentar socavar su ideología o buscar otras alternativas”, dijo. “No hay alternativas en Irak para este gobierno de unidad nacional porque es la garantía para que continúe el proceso político.”

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12

Traducción: Celita Doyhambéhère

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