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El mundo|Miércoles, 20 de diciembre de 2006
OTRO SOSPECHOSO PRESO POR LAS PROSTITUTAS MUERTAS

Asesinos seriales en paralelo

Por Marcelo Justo
Desde Londres

En una nueva vuelta de tuerca en el caso de las cinco prostitutas asesinadas en Ipswich, la policía británica arrestó ayer a un hombre de 48 años que vive en la zona roja de esta somnolienta ciudad en el sudeste de Inglaterra en la que hasta hace poco nada parecía suceder salvo los partidos del equipo local de primera B los sábados por la tarde. La policía también obtuvo autorización para seguir interrogando al primer sospechoso, Tom Stephens, arrestado el lunes por la mañana. Las autoridades subrayaron que no se ha acusado formalmente a ninguno de los dos, pero el segundo arresto “por los cinco asesinatos” abre una posibilidad bastante inusual en este tipo de casos: que se trate de dos asesinos seriales actuando juntos.

El sorpresivo anuncio de la policía fue similar al del lunes por la mañana. Las palabras del comisario Stewart Gull, a cargo de la investigación, resultaron un calco de escuetas. “El hombre fue detenido a las cinco de la mañana bajo sospecha de haber matado a las cinco mujeres. Se encuentra en una estación de policía en Suffolk donde va a ser interrogado. Por el momento no vamos a decir más nada al respecto.” Por razones legales no se dio a conocer el nombre del sospechoso. Sin embargo, poco después del anuncio, las cámaras de televisión saturaban la calle London, en la zona roja de la ciudad: del número 79 se veía entrar y salir a miembros del equipo forense de la policía vestidos con mamelucos blancos. Hacia el mediodía, un camión se llevó un coche Ford Mondeo azul como parte de las pesquisas. Dentro del hermetismo de la investigación, fuentes policiales señalaron a la prensa que el arresto era “significativo”.

El lunes la policía detuvo a Tom Stephens, de 37 años, empleado de supermercado y taxista part-time, bajo sospecha de haber matado a las cinco mujeres. La policía no reveló su nombre, pero los medios lo identificaron de inmediato por una entrevista en el Sunday Mirror. Allí, Stephens admitía que era el principal sospecho porque conocía a las cinco mujeres, pero juraba que era inocente, aunque no tenía coartadas para las fechas en que desaparecieron las muchachas. Los cadáveres de las cinco prostitutas fueron hallados en la carretera que bordea Ipswich entre el 2 y el 12 de diciembre. Las cinco mujeres estaban desnudas y sin señales de violencia sexual, una enigmática clave en este caso. Las cinco eran heroinómanas: ejercían la prostitución para pagar su adicción. En sólo dos de los cinco casos se ha podido establecer hasta el momento la causa de la muerte: estrangulamiento.

La conmoción por estos asesinatos renovó el debate sobre la política a seguir con la prostitución y la drogadicción. En ambos casos se enfrentan dos modelos, el tolerante, ejemplificado por Holanda, que busca legalizar la prostitución y controlar la drogadicción mediante el suministro dosificado de drogas por parte del Estado, y el método represivo, vigente en casi todo el mundo, que penaliza ambas actividades.

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